PORTUGAL: El fin de "era Soares".

Tras medio siglo de intensa actividad que culminó con dos mandatos presidenciales en los últimos diez años, al traspasar el mando a Jorge Sampaio este sábado, el veterano dirigente socialista portugués Mario Soares considera cerrada su vida política.

Durante dos días, Lisboa será el punto de encuentro de jefes de Estado, primeros ministros, líderes partidarios y altos emisarios de Naciones Unidas, organizaciones internacionales y pactos militares, decididos a rendir homenaje a Soares, una de las personalidades más influyentes del Portugal contemporáneo.

Al mismo tiempo, dirigentes de los partidos miembros de la Internacional Socialista (IS se disponen también a subrayar la importancia de Soares.

A la ceremonia oficial de este sabado, asistirán, entre otros, los presidentes de Alemania, Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Grecia, Italia, Santo Tomé-Príncipe y Turquía, así como los primeros ministros de Dinamarca, Holanda, Finlandia, Mozambique y los príncipes de España, Inglaterra y Marruecos.

Los convidados que a la vez sean dirigentes de partidos socialistas y socialdemócratas congregados en la IS, una vez acabada la ceremonia, se reunirán el fin de semana, para, luego de rendir homenaje a Soares, celebrar los sucesivos triunfos electorales en Portugal.

Caso excepcional en Europa, donde se ha verificado una caída de los socialistas, en Portugal el partido del primer ministro Antonio Guterres logró ganar las cuatro elecciones celebradas en los últimos dos años : municipales, europeas, legislativas y presidenciales.

Al entregar la banda del poder al ex alcalde de Lisboa Jorge Sampaio Soares cerrará su vida política con el sabor del triunfo, al dejar en su país la presidencia, el parlamento, el gobierno y la mayoría de los municipios en manos socialistas.

Todos los análisis y comentarios coinciden en apuntar que dos personalidades antagónicas, el socialista Soares y el dictador Antonio de Oliveira e Salazar, instaurador de "O Estado Novo" fascista, fueron quienes más marcaron la historia del Portugal de este siglo.

Sin embargo, al régimen salazarista (1926-1974), la más larga dictadura europea en los últimos 200 años, se opuso un vasto movimiento no sólo en Portugal sino en todo el mundo democrático.

A fines de los años 50, comenzó a distinguirse el joven abogado lisboeta, que ya a comienzos de la siguiente década constaba en la ficha de la Policía Internacional de Defensa del Estado (PIDE) como "Mario Alberto da Nobre Lopes Soares, defensor de comunistas y de terroristas de las provincias de ultramar".

De defensor a actor, Soares se convirtió en una de las figuras centrales de la resistencia a Salazar y no tardó en compartir las celdas de "O Estado Novo" con líderes independentistas de la ex India Portuguesa (Goa, Diu y Damao), asi como de Angola y Mozambique.

Conoció los campos de concentración de la PIDE en las ex colonias insulares africanas de Cabo Verde y de Santo Tomé- Príncipe, como paso previo a un largo exilio forzado en Francia, su última residencia antes de su regreso a Portugal tras el triunfo de la "Revolución de los Capitanes", en abril de 1974.

Durante el período revolucionario encabezado por los sectores "comunista" del general Vasco Goncalves y del almirante Antonio de Rosa Coutinho y por los "izquierdistas" del mayor Otelo Saraiva de Carvalho, jugó la carta de la "tercera vía" de los "moderados" de los mayores Ernesto de Melo Antunes y Vasco Lourenco.

La batalla política concluyó a fines de 1975, con el triunfo de Soares en este terreno y con la derrota de los sectores radicales del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), con escasa simpatía en una Europa donde conservadores, socialistas y socialdemócratas compartían temores ante la posibilidad de un Portugal izquierdista.

Veinte años más tarde, Soares deja el poder en medio de alabanzas que van desde los militares más radicales del ex MFA hasta la derecha conservadora, al coincidir en que el viejo guerrero antifascista, a la vez de proyectar su país en el extranjero supo siempre eludir la pequeña rencilla política interna.

En las últimas horas del mandato Soares, las radioemisoras han dedicado programas especiales con participación de oyentes cuyo común denominador es el inconformismo ante su partida y, como él mismo anunció, su retiro total y cabal de la política.

Sampaio, discreto pero de fuerte personalidad, ya anuncia un nuevo estilo, porque se coincide en que Soares es reemplazable pero no sustituible. Mientras citarle rinde dividendos, quienes intentaron imitarle nunca lograron sus metas.

En varias ocasiones Soares hizo hincapié en autodenominarse como "socialista, laico y republicano".

Sin embargo, la paradoja se presenta ante su partida, cuando se impuso entre los portugueses el apodo de "O Rei" (el Rey), porque, según un comentarista radial, al igual que a los monarcas "Mario Soares si lo desea, todo se lo puede permitir y a nadie en este país, se le pasaría por la cabeza criticarle". (FIN/IPS/md/dg/ip/96)

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