La decisión adoptada esta semana por el gobierno de Sri Lanka, de prolongar el estado de emergencia en el país, parece ser un complemento de las incesantes ofensivas en el norte y sur de la isla contra los secesionistas Tigres Tamil.
"Despues de todo, la nación está en guerra", explicó un funcionario oficial.
Sin embargo, la iniciativa ha servido de excusa al gobierno de la presidenta Chandrika Kumaratunga para postergar las cruciales elecciones generales previstas para mayo.
La consulta habría servido como referendum de lo actuado por el Partido de Alianza Popular en los tres años que lleva en el poder.
Muchos analistas concuerdan que la imágen de Kumaratunga se ha deteriorado a raíz de los paralizantes cortes diarios de energía, los aumentos en los precios de los productos básicos y su fracaso para poner fín a la guerra civil con los Tamil, ya sea militarmente o por medio de negociaciones.
"Aunque este gobierno está en el poder, sigue manteniendo una mentalidad opositora", declaró Sasanka Perera, un profesor de sociología de la Universidad de Colombo.
Señaló que el ejecutivo no se muestra demasiado preocupado por la continuación de la guerra civil. "La gente está más interesada en problemas cotidianos como el empleo, la inflación y la vivienda. Lo que pone nervioso al gobierno es el malestar de la población".
Despues de registrar un aumento del cinco por ciento en el Producto Bruto Interno (PIB) durante un bienio, este año se prevé que la economía se frenará. El ataque terrorista suicida de febrero, que devastó el corazón del distrito financiero de Colombo, mató a 120 personas e hirió un millar, afectó gravemente la economía, especialmente el sector del turismo.
Para colmo de males, una sequía en las altiplanicies de la isla secó los principales estanques del masivo esquema Mahaweli, lo que obligó a cortar la electricidad seis horas diarias en la isla.
Los planificadores energéticos han estado advirtiendo una crisis desde enero, cuando no se produjeron las esperadas lluvias. Sin embargo, la electricidad fué necesaria durante los partidos de cricket, que se prolongaron todos los días del mes pasado, para que los srilankeses vieran que su escuadra nacional se adjudicaba la Copa del Mundo.
"Ahora estamos pagando el hecho de haber usado todo el agua para mirar el cricket", apuntaron.
Paradójicamente, Kamaratunga ha ido mas lejos que cualquier líder srilankés anterior para poner fín a la guerra separatista de los Tamil, ofreciéndoles un consistente paquete de concesiones que no fué del agrado de los elementos derechistas dentro de la mayoritaria comunidad singalesa de la isla.
El paquete daría una autonomía sin precedentes a las áreas del norte controladas por los Tamil. Los radicales singaleses piensan que se trata de concesiones excesivas, mientras los elementos Tamil más moderados se encuentran demasiado intimidados como para apoyar abiertamente a Kumaratunga.
No hay nada nuevo en el paquete de compensación, parte del cual ya había sido ofrecido por el padre de Kumaratunga, Solomon Bandaranaike, en 1956. El mandatario fué luego asesinado por fanáticos singaleses porque quería otorgar demasiadas ventajas a los Tamil.
Fué esa intransigencia la que condujo a Sri Lanka por el camino de la guerra civil. La retórica antiautonomista en Colombo muestra que ni los radicales singaleses ni los Tamil han aprendido la lección, luego de 13 años de conflicto y 90.000 muertos.
"Nuestro fracaso para establecer los cimientos de una sociedad multiétnica, basada en igualdad, pluralismo y coparticipación en el poder, ha exacerbado el conflicto", lamentó Neelan Tiruchelvam, un Tamil miembro del parlamento.
Tiruchelvam dijo que las propuestas formuladas por el gobierno necesitan ser mejoradas, especialmente en cuestiones irritantes como la tierra, la jurisdicción sobre disputas, leyes y orden.
Los detalles del paquete de ofertas fueron discutidos por una comisión especial en el parlamento mientras Kumaratunga, personalmente, promovía su campaña de "guerra por paz".
La presidenta ha mantenido la presión militar sobre los Tigres, incluso despues que el baluarte sececionista de Jaffna, en el norte de la isla, fué conquistado por los gubernamentales hace cuatro meses. El conflicto se ha desplazado ahora a la provincia oriental, donde diariamente se producen emboscadas y choques sangrientos.
No obstante, algunos militares dudan si funcionará la estrategia de conquistar más territorio Tamil. Mediadores indios de paz que conocen la dificultad del problema porque en 1988 trataron de pacificar a los Tigres, opinaron que los srilankeses necesitarán el doble de las tropas que actualmente disponen para conservar los territorios conquistados a los separatistas.
Actualmente, los militares de Colombo se están modernizando desesperadamente. Pesados aviones rusos Antonov de transporte aterrizan regularmente en el aeropuerto capitalino para descargar helicópteros artillados Mi-24. A su vez, la fuerza aerea adquirió aviones de combate israelíes Kfir, equipados con sistemas antimísiles y miras de bombardero laser, luego que los separatistas abatieron varios de sus aparatos con el empleo de cohetes.
Kumaratunga está jugando con la posibilidad que el pueblo Tamil se distancie de los Tigres y elija el camino de la democracia.
En una entrevista a un diario indio, declaró el mes pasado que "depende de los líderes Tamil, aquellos democráticos, preparar a su gente para aceptar (el paquete de concesiones) sinceramente. Por el momento, están a mitad de camino…"
Las iniciativas de paz de Kumaratunga le hicieron ganar amigos en la comunidad de donantes occidentales pero, como el ex presidente soviético Mijail Gorbachov, parece ser menos popular en su patria. La real medida de su impopularidad la dará ahora el impacto porque acaba de postergar las elecciones. (FIN/IPS/tra- en/kd/an/ego/ip).
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