Las comunidades y la empresa envueltas en la llamada "guerra del gasoducto" en Chile, acordaron hoy una tregua de una semana, que aleja posibles enfrentamientos entre civiles y la policía de Carabineros.
Dirigentes del poblado de San Alfonso y la familia propietaria de un fundo (hacienda) declarado santuario natural, lograron que la empresa GasAndes acepte estudiar una tercera opción para el trazado del ducto que traerá gas natural desde Argentina.
Las conversaciones, que se iniciaron a primeras horas de este martes, contaron con la participación del presidente de la Cámara de Diputados, Jaime Estévez, del cogobernante Partido Socialista.
El acuerdo evitó el inminente ingreso de efectivos de Carabineros al fundo Cascada de las Animas, de la familia Astorga, cuyos numerosos miembros habían anunciado que resistirían a la policía con el apoyo de grupos ecologistas.
GasAndes, una compañía creada por la transnacional canadiense Novacorp y consorcios energéticos chilenos, estudiará ahora el posible paso del gasoducto por el sector cordillerano de La Caldera, alternativo a los trazados por San Alfonso y la Cascada de las Animas.
Hasta ahora, la compañía sostenía que las tuberías que vienen desde Argentina debían pasar necesariamente por uno de esos dos lugares, a lo cual se oponen sus habitantes por razones ambientales y de seguridad.
San Alfonso es una localidad precordillerana situada unos 50 kilómetros al sudeste de Santiago en el Cajón del Maipo, en la ribera norte del río del mismo nombre, en cuya ribera sur, frente al poblado, está Cascada de las Animas.
Esta apacible localidad de 3.000 habitantes está alterada desde que en 1995 se anunció el paso por el sector del gasoducto trasandino, un megaproyecto para traer gas natural a la región central de Chile desde la provincia argentina de Neuquén.
El gas natural, como "energía limpia", sustituirá el uso de combustibles contaminantes en el transporte, la industria y los hogares, en los planes para terminar con continuas emergencias ambientales en esta capital de casi cinco millones de habitantes.
Ricardo Astorga reiteró este martes que su familia no se opone al proyecto, pero exige que el paso del gasoducto a través del Cajón del Maipo, un sector volcánico y de inestabilidad geológica, sea por áreas despobladas y sin destruir los santuarios naturales.
Astorga calificó de "mal informado" al ministro de la Secretaría General de Gobierno, José Joaquín Brunner, quien el lunes sostuvo que los cinco millones de habitantes de Santiago "no pueden permanecer como rehenes" de grupos minoritarios.
La familia Astorga cortó el lunes el único puente de acceso a Cascada de las Animas para impedir el ingreso de los ingenieros de GasAndes que debían llegar hasta el lugar con protección policial.
GasAndes resolvió hacer efectiva la autorización gubernamental para hacer trabajo en el fundo luego de que el jueves último los vecinos de San Alfonso bloqueran la única carretera del pueblo en una protesta contra la compañía.
La acción culminó con el desalojo de los ocupantes por parte de efectivos de Carabineros, cuya acción fue denunciada como brutal por parte de parlamentarios y dirigentes vecinales.
En el acceso de la Cascada de las Animas se montó desde este lunes un campamento donde permanecieron durante toda la noche unas 30 personas, soportando temperaturas invernales de dos grados bajo cero.
Flavia Liberona, dirigente de San Alfonso, señaló que en esta semana de conversaciones se analizarán tanto las dos opciones originales del trazado, como el posible paso del gasoducto por La Caldera, un sector despoblado más al norte.
"Aceptamos negociar sobre esa base. Si se sacara la opción de La Caldera, en ese mismo momento nos retiraríamos de las conversaciones", puntualizó Liberona.
Angel Santander, presidente de la Junta de Vecinos de San Alfonso, señaló que el paso por La Caldera elevará el costo del proyecto en unos ocho millones de dólares, suma que calificó de irrelevante para GasAndes.
El ministro de la Comisión Nacional de Energía, Alejandro Jadresic, abogó este martes por una "solución consensuada" del conflicto entre la empresa, la comunidad de San Alfonso y la familia Astorga.
Jadresic subrayó que Santiago debería contar con los suministros de gas natural para el invierno de 1997 y advirtió que por cada día que se atrase el proyecto del gasoducto el país perderá 300.000 dólares. (FIN/IPS/ggr/ag/en/96)
