VENEZUELA: Pepsi entabla batalla legal en la guerra de las colas

Pepsi entabló una batalla legal contra Coca- Cola en Venezuela, acusándola de complot para monopolizar este mercado, mientras su rival sacó hoy a subasta seis plantas, para evadir los cargos de monopolio.

El nuevo capítulo en la planetaria "guerra de las colas" se desarrolla desde el viernes, cuando Coca-Cola y Hit de Venezuela, que durante 47 años embotelló y distribuyó a Pepsi, anunciaron una asociación valorada en 500 millones de dólares.

Hit, del grupo venezolano Cisneros, dejó de elaborar Pepsi-Cola en sus 19 plantas y de distribuirla en sus 1.000 camiones, produciendo a marchas forzadas millones de litros de Coca-Cola y dejando a Pepsi al borde del colapso.

Camiones y anuncios antes dominados por el azul de Pepsi cambiaron al rojo de Coca-Cola, y hay certeza de que la Pepsi-Cola disponible en los expendios se agotará esta semana, mientras la empresa descartó la importación desde Colombia o Brasil.

Pepsi comenzó con un pleito legal en Venezuela, preámbulo de una posible batalla en ese terreno en Estados Unidos. Acudió a la oficial Superintendencia de Protección de la Libre Competencia para acusar de conspiración y complot a su secular rival.

"Sin previo aviso y por razones altamente discutibles por cualquier norma legal o ética, Coca-Cola y la familia Cisneros conspiraron en secreto para dejar fuera del mercado venezolano a Pepsi, en el cual ha gozado de enorme éxito durante los últimos 50 años", alegaron los abogados de Pepsi.

La alianza Pepsi-Hit copaba 87 por ciento del mercado venezolano, donde se consumen unos 1.600 millones de bebidas gaseosas al año. Diez por ciento quedaba en manos de Coca-Cola y el resto en pequeñas embotelladoras independientes.

Pepsi acusa a la nueva alianza Coca-Cola-Cisneros de "intento ilegal para crear un monopolio en el segmento de bebidas gaseosas", pues según sus cálculos "quedarán con 98 por ciento del mercado", en su concepto hasta que Pepsi regrese, dentro de unos seis meses, "solos o con nuevo socio".

Luis Mendoza, abogado de Pepsi, pidió a la Superintendencia de la Libre Competencia que declare inválida la alianza de Coca-Cola con Cisneros y ordene a la embotelladora Hit que envase y coloque el refresco azul y cese de embotellar y distribuir el rojo.

El superintendente, Eduardo Garmendia, recordó este martes tras recibir el alegato que su oficina dispone de cinco días para admitirlo, a lo que siguen 15 días hábiles para requerir a la contraparte y que, en fin, todo el proceso puede demorar 60 días hábiles, casi tres meses.

"En todo caso, obraremos en beneficio del consumidor antes que de las empresas", advirtió, tras recordar que como sanción extrema puede multarse a una compañía con 20 por ciento de sus ingresos por ventas anuales, además de ordenar el cese de la conducta prohibida por la ley de libre competencia.

Según Alberto Uribe, director de Pepsi para la subregión andina, "para empresarios venezolanos e inversionistas extranjeros esta es una prueba para saber si en verdad funcionan en Venezuela las leyes de la libre competencia".

Coca-Cola, a través de la firma de corretaje Merinvest, anunció este martes la subasta de seis plantas, 500 vehículos, depósitos y otras instalaciones y equipos, esperando que los interesados se inscriban en cuestión de dos semanas.

Uribe rechazó la posibilidad de adquirir esas instalaciones para Pepsi y reiniciar desde esa base la reconquista del mercado venezolano, pues "esas plantas y equipos son pura chatarra".

La otra acusación de Pepsi, que seguramente irá a tribunales, señala que Hit incumplió un contrato que obligaba a embotellar y distribuir sus productos hasta el año 2003.

Como réplica, Oswaldo Cisneros, presidente de la embotelladora, apeló a los elementos que hacen rescindible la asociación, como serían poco cuidado de Pepsi para con su mercado venezolano y negativa a inversiones en nuevas tecnologías.

Coca-Cola, trascendió, aprontó 100 millones de dólares para la batalla legal con Pepsi por el caso Venezuela. Entretanto, pagó 300 millones de dólares a Cisneros, de contado, y prepara un programa de inversiones de cuatro años con los recursos que originalmente había destinado a una megaplanta en este país.

El presidente mundial de Coca-Cola, Douglas Ivester, dijo en Atlanta (Estados Unidos) que "por décadas, el mercado venezolano ha sido un nubarrón en el firmamento de Coc-Cola. Ahora se ha despejado y el cielo vuelve a brillar".

Keith Hughes, portavoz de Pepsi en Estados Unidos, calificó el golpe de Coca-Cola como 'un atentado contra el derecho de los consumidores a escoger libremente, y una completa traición al pueblo venezolano" por parte de Cisneros.

La última jornada, las acciones de Pepsi en la bolsa de Nueva York retrocedieron 87 centavos y se cotizaron a 30,71 dólares. (FIN/IPS/hm/dg/if/96

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