Unos 18.000 mexicanos deliraron la noche del miércoles con la "bestia satánica" del rock de Estados Unidos, Marilyn Manson, quien haciendo alarde de violencia y bajo una atmósfera de niebla y luces multicolores destruyó el escenario y varios instrumentos.
La presentación de Manson y los tres músicos que los acompañan, famosos por incrementar sus ventas en proporción a los escándalos y controversias que suscitan, incluyó los temas más conocidos de su disco Antichirst Superestar, y fue el colofón de su gira anual Kill the World Tour.
Al igual que en otros conciertos, la "banda de los reverendos", como acostumbran llamarse los miembros del grupo, cuyo maquillaje y vestimenta evocan una película de zombies, repitió sus famosas rutinas.
Cuando terminó de cantar golpeó con la base de su micrófono todo lo que encontró en el escenario. Su guitarrista y baterista hicieron lo propio con sus instrumentos.
Marilyn Mason, nombre que combina el de la actriz Marilyn Monroe y el del conocido asesino de fines de la década de los años 60, Charles Manson, convocó en el Palacio de los Deportes de la capital mexicana a decenas de jóvenes que bailaron, saltaron y cantaron junto a su ídolo durante poco más de una hora.
Brian Warner, nombre verdadero del líder de la banda, declaró a la prensa local que su música y espectáculo "solamente reflejan la actitud autodestructiva y enfermiza de la sociedad estadounidense".
El grupo antiabortista Provida y la asociación de Padres de Familia pidieron a las autoridades prohibir la presentación de la banda por considerar que ofende a la religión y a los "esenciales" valores de los mexicanos.
"La actitud autodestructiva, apocalíptica y retadora hacia la religión cristiana, mediante un concepto visual de sangre, pornografía y sadomasoquismo son inaceptables", apuntó un comunicado del grupo Provida.
Según María Teresa González, integrante del grupo conservador, "aunque en México existe libertad de expresión no se puede aceptar a este artista, pues más que tal representa una aberración".
Los jóvenes, que este miércoles hicieron largas colas antes de entrar al Palacio de los Deportes, no piensan así y luego de presenciar el concierto declararon que Manson es una excelente artista y que sus canciones tienen un mensaje de denuncia social.
Mientras escuchaban el concierto, hubo conatos de violencia entre los asistentes y algunos lograron, burlando los controles, prender varios cigarrillos de marihuana.
Cubierto con pequeñas mallas negras, tatuado en sus brazos con imágenes de cíclopes y fogatas, el rostro maquillado y una contextura física delgada, Manson cantó varios de sus temas al tiempo que saltaba por el escenario y era alumbrado a contrapicada por las luces.
Desde la aparición de su último disco Antichrist Superstar, de marcadas tendencias antirreligiosas y según algunos críticos cercana al fascismo, Manson ha enfrentado periódicas críticas de autoridades y grupos conservadores.
La gente "se molesta conmigo porque no tienen sentido de la ironía y algunas veces la gente se avergüenza de lo que es, Marilyn Manson es muy honesto al admitir que la maldad es al mismo tiempo Dios y Satán", declaró.
Warner, quien en su infancia actuó en la serie televisiva estadounidense "Los años dorados" como un pequeño niño de lentes gruesos, tímido y buen estudiante, indicó que es una "tradición hermosa" cortarse con navajas en el escenario o romper una biblia.
Aunque no lo hizo en su primero y único concierto en México, el cantante prometió que si regresa al país latinoamericano intentará introducir esa parte violenta de su show.
Manson se incluye en la tradición impulsada por roqueros "satánicos" como Alice Cooper, Kiss y Ozzy Osborne, aunque según los críticos su show es mucho más violento que el de sus colegas.
Grupos conservadores afirman que el grupo de rock sacrifica a niños y animales en el escenario y mantiene contactos homosexuales frente al público. Sin embargo, ninguna de esas acusaciones ha sido probada. (FIN/IPS/dc/dg/cr/97)
