CANADA: La separación de Quebec vuelve a escena

Las elecciones convocadas por el gobierno separatista de Quebec para el 30 de noviembre podrían derivar en la secesión de esta provincia de Canadá.

El primer ministro de Quebec, Lucien Bouchard, líder del gobernante Parti Quebecoise, prometió el miércoles la realización de un tercer referéndum para decidir si la provincia se separará del Canadá mayoritariamente anglófono, en caso que sea reelegido en las elecciones.

Las encuestas demuestran que la mayor parte de los votantes se oponen a realizar otro referéndum, pero Bouchard aclaró que la consulta sólo se celebrará si hay una nueva victoria de los separatistas.

Cerca de 90 por ciento de la población de la provincia es francófona, pero en dos oportunidades ya votaron contra la separación de Canadá, el segundo país del mundo por su territorio.

A mediados de año, la Corte Suprema de Canadá decidió que los electores de Quebec tienen el derecho de decidir si quieren permanecer con Canadá. Además, advirtió que el gobierno federal debería negociar los términos de la secesión si los separatistas ganan en forma clara.

"Esta será la batalla más grande de mi vida. Tengo confianza aunque es necesario trabajar muy duro, pero creo que ganaremos si peleamos hasta último minuto", dijo Bouchard el miércoles.

Queda un mes días de campaña, y se presume que será clave para el futuro del territorio francófono constituido hace 400 años. Los electores decidirán entre un gobierno que desea separarse de Canadá, y otro que prefiere mantener la unidad.

A comienzos de año, parecía que el gobierno separatista estaba en apuros. Había perdido apoyo y enfrentaba críticas de partidos que apoyan la federación, que lo acusaban de reducir el aporte a servicios sociales con el fin de equilibrar su presupuesto.

La provincia tiene los impuestos a las personas más elevados de todo Canadá, una infraestructura en crisis, desempleo creciente y problemas de pobreza crónica, en especial en Montreal y en zonas rurales del valle del río San Lorenzo.

Desde que se inició el movimiento separatista hace 30 años la población se estancó, muchas industrias emigraron y los ingresos bajaron.

En comparación, la provincia anglófona de Ontario, con el mismo tamaño de Quebec, duplicó su población. Y Columbia Británica también se situará por encima de la región francófona dentro de una generación.

A mediados de año, el popular partidario de la federación Jean Charest abandonó el liderazgo del Partido Progresista Conservador para pasarse al Partido Liberal de Quebec. En ese momento, era el favorito de las encuestas para triunfar en las próximas elecciones.

En los últimos tres meses, sin embargo, Charest fue blanco de intensas críticas por parte de Bouchard, quien lo acusó de ser un peón del gobierno nacional.

La situación se complicó para los partidarios de un Canadá unido cuando el primer ministro de Canadá, Jean Chretien, que siempre se opuso al separatismo, anunció que no negociará nuevas cesiones a la provincia de poderes hoy en manos del gobierno nacional.

"La constitución no es una tienda", dijo Chretien, quien advirtió que la negociación de una "condición especial" que proteja el francés y la cultura propia de Quebec ya no es un asunto urgente desde el punto de vista constitucional.

Bouchard consideró esas declaraciones una prueba de que el gobierno pretende subyugar a Quebec e ignorar su condición especial. "Antes, el Partido Liberal demandaba una situación especial, pero ya no lo hace. Antes pedía soberanía cultural, y ahora desistió", dijo.

También calificó a los partidarios de la federación como "derechistas" y "neoliberales", y propuso a los separatistas como la última línea de resistencia contra los gobiernos norteamericanos que recortan los gastos sociales.

Los gobiernos provinciales de Canadá pueden convocar elecciones en cualquier momento durante su período de cinco años. Bouchard decidió hacerlo un año antes de terminar, y, según analistas locales, lo hizo para evitar que la recesión afecte sus planes de reelección.

En las semanas que precedieron al anuncio del miércoles, los dos bandos que compiten en Quebec ya habían iniciado sus campañas a través de agresivos anuncios en la prensa y la televisión y manifestaciones.

La disputa es muy compleja porque los dos bandos disputan cuerpo a cuerpo las preferencias del electorado, con 45 por ciento de apoyo en las encuestas para cada uno. (FIN/IPS/tra-en/mb/mk/lc- mj/ip/98

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