SRI LANKA: ONG llevan batalla contra el sida a los soldados

El personal militar y los trabajadores emigrantes fueron identificados como dos nuevos grupos de alto riesgo en la batalla contra el sida en Sri Lanka, donde el conflicto étnico está por cumplir 16 años y numerosas mujeres se marchan al exterior.

Estas dos categorías reciben atención prioritaria en la mayoría de los programas sobre VIH/sida en Sri Lanka, explicó Manel De Silva, funcionaria de la oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Desrrollo (PNUD) en Colombo.

Agencias no gubernamentales (ONG) que trabajan en ese campo dijeron que se iniciaron nuevos proyectos en el ejército para educar a los soldados sobre temas del sida, enfermedades de transmisión sexual (ETS) y precauciones.

Existe un gran interés en los programas y el ejército ha solicitado mayor instrucción para sus oficiales, afirmó Swarna Kodagoda, funcionaria ejecutiva de Alianza Lanka, que inició proyectos en dos acantonamientos militares el año pasado en la región meridional del país.

Kodagoda dijo que la mayoría de los soldados ignoraban todo sobre las ETS, pero a través de esos programas pudieron ampliar sus conocimientos sobre seguridad sexual y otros temas relacionados con el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Los dos acantonamientos en el sur son unidades de entrenamiento militar para las zonas de combate en el norte y este de la isla, donde la minoría tamil reclama autonomía.

Trabajadores de la salud dijeron que, si bien la epidemia de sida tiene baja incidencia en Sri Lanka, el índice de infección podría aumentar debido a la prolongación de la guerra civil en el país y su proximidad con India, que en el próximo milenio, previsiblemente, será el lugar más afectado del planeta.

"La continuación del conflicto étnico y nuestra proximidad con India hacen a Sri Lanka muy vulnerable a la epidemia de sida", apuntó De Silva, quien maneja el programa de prevención del PNUD.

Según el Programa Nacional de Control del Sida y ETS, patrocinado por el estado, 73 personas murieron hasta agosto último por la enfermedad, mientras los casos positivos de VIH (virus de inmunodeficiencia humana) totalizaban 286 y los enfermos de sida 100.

Según cálculos de la ONU, hay alrededor de 8.000 personas que viven con el VIH/sida, pero la cifra podría ser mucho más alta, dijo De Silva. Resulta difícil obtener datos y una estadística ajustada porque el problema está vinculado con la conducta sexual de las personas.

Sin embargo, admitió que existe hoy mayor conciencia que en 1986, cuando se conoció el primer caso de sida en Sri Lanka a través de un visitante extranjero que había contraído la enfermedad.

Desde entonces se cumplieron una serie de programas, bajo supervisión de la ONU y distintas ONG, que dieron buen resultado.

El personal militar es un grupo de alto riesgo porque se mezcla con la población local y tiene contacto temporal con muchachas del lugar, dijeron operadores sanitarios especializados en sida.

En la población septentrional de Anuradhapura, donde los soldados están acampados en una base de tránsito, se ha producido en los últimos tiempos una proliferación de burdeles. La policía ocasionalmente efectúa controles en esos lenocinios temporales instalados en pequeños hoteles y restaurantes.

Anuradhapura, que se encuentra a mitad de camino de las regiones septentrional y oriental, donde las tropas gubernamentales combaten contra las guerrillas separatistas Tamil desde 1983, cuenta con una gran base militar y un aeródromo.

Los trabajadores migrantes en riesgo en su mayoría son mujeres que viajan a Medio Oriente como empleadas domésticas, señaló De Silva, y agregó que Sri Lanka es el único país asiático donde el número de mujeres emigrantes supera largamente a la cantidad de hombres que van a trabajar al exterior.

El PNUD indicó que cada año cerca de 160.000 personas viajan al exterior por empleos, de las cuales 80 por ciento son mujeres en su mayoría de 18 a 40 años de edad. En su lugar de trabajo tienen bajo nivel social, son extremadamente vulnerables y padecen muchas formas de explotación, incluso abusos sexuales.

Acotó que de acuerdo con las estadísticas disponibles, 50 por ciento de los casos registrados de VIH positivo son de empleadas domésticas que han retornado de Medio Oriente.

Kodagoda, de Alianza Lanka, explicó que su ONG, establecida en 1995 en Colombo, trabaja a nivel de aldeas a través de una cadena de grupos comunitarios con el objetivo a largo plazo de frenar la propagación del VIH y reducir el impacto de la epidemia de sida.

Desde 1995, Alianza Lanka ha proporcionado apoyo técnico y financiero a 151 proyectos de 98 ONG locales basadas en 14 distritos de Sri Lanka.

"Uno de nuestros mayores logros ha sido movilizar la ayuda de las ONG que trabajan en amplios campos de salud y desarrollo pero no específicamente con VIH-sida", destacó Kodagoda.

Expresó que la tarea de Alianza Lanka conectada con la Alianza Internacional VIH-sida, con sede en Londres, fue mas allá de meros programas preventivos acerca de sexualidad segura y ETS.

"Nuestros programas también tienen que ver con cambios de conducta para sujetos específicos que son vulnerables", explicó.

Un proyecto de Alianza en la población central de Dambulla está dirigido a camioneros, prostitutas y conductores de triciclos- taxi. Dambulla es un gran centro arrocero y de cultivos vegetales adonde muchos forasteros acuden por negocios.

Kodagoda dijo que su ONG se dirigió a un pequeño grupo de 30 personas. "Se trata de un proyecto delicado porque tenemos que hablar de sexo con camioneros, conductores de triciclos-taxi y prostitutas".

De Silva dijo que el programa de dos años del PNUD, que cuesta 300.000 dólares, fue lanzado el año pasado y pretende suplir el programa nacional vigente que es financiado por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida.

El proyecto está destinado a sensibilizar a la gente sobre VIH- sida, porque la enfermedad no es sólo un tema sanitario, sino también un problema socioeconómico que afecta a toda la familia. Puede agotar la salud de la nación al afectar su productividad, señaló.

El programa del PNUD apunta a grupos de alto riesgo como los militares, trabajadores migrantes tanto internos como externos, conductores de taxi, camioneros, meretrices, escolares egresados y operadores turísticos.

"Estamos realizando programas para consolidar proyectos vigentes sobre VIH/sida, en tanto solicitamos a los consejos provinciales que fijen sus propios programas de prevención dirigidos a grupos vulnerables en sus regiones", dijo.

A nivel nacional, el PNUD está asistiendo a los ministerios para que eduquen a sus empleados, especialmente en temas como la forma de transmisión del VIH/sida. "Puede parecer extraño, pero todavía hay gente que ignora cómo se produce la infección de VIH- sida", comentó De Silva.

Kodagoda declaró que en los últimos 18 meses Alianza Lanka y sus asociados realizaron considerables progresos para mejorar la calidad de la tarea preventiva.

Esas tareas fueron complementadas ahora con educación sobre cambios de conducta, promoción y referencias de los diagnósticos sobre ETS, servicios terapéuticos y organización de comunidades vulnerales, indicó. (FIN/IPS/tra-en/fs/an/ego-mlm/he-dv/99

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