TAILANDIA: Deserción escolar preocupa a Unicef

Tailandia mejoró la alfabetización de la población en las últimas décadas, pero la pobreza continúa alejando a gran cantidad de niños de la escuela.

Factores económicos ligados con la pobreza o los bajos ingresos de la familia son las razones más importantes para que los niños en edad escolar dejen de ir a clases, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En general "los esfuerzos de Tailandia para la universalización de la enseñanza primaria son muy loables", observó Víctor Ordoñez, director de la Oficina de Unesco para Asia y el Pacífico.

"La mayoría de los niños de Tailandia asisten a la escuela", dijo, y agregó que el promedio de años de educación del ciudadano tailandés aumentó de seis a nueve años o más.

Sin embargo, Tailandia debería mejorar la calidad de la educación y llegar a quienes están fuera del sistema educativo formal, según un informe realizado por la Oficina de la Comisión Nacional de Educación Primaria, que depende del Ministerio de Educación de Tailandia, a pedido de Unesco.

El estudio fue realizado en 1998 pero apunta a lo que el país debe hacer con respecto de la educación y en preparación para el Foro Mundial sobre Educación que se realizará en abril.

Para prepararse para esta reunión mundial, los países de la región de Asia y el Pacífico, entre ellos Tailandia, se reunirán en Bangkok en enero para evaluar sus avances respecto de los objetivos fijados por la iniciativa Educación para Todos (EFA) durante la Conferencia Mundial sobre EFA de 1990.

El estudio de Unesco reveló que las causas de deserción de la escuela primaria responden a una combinación de condiciones personales y socioculturales.

La tasa de deserción también es un desafío para otros países de la región, donde se calcula que los niños que no van a la escuela llegarán a 80 millones hacia fin de año, 52 millones de ellos en el sur de Asia.

El estudio de Unesco reveló que a pesar de que la tasa de inscripción en la escuela primaria llegó a casi 100 por ciento en 1998, la tasa de deserción no disminuyó de manera satisfactoria.

En la elaboración del estudio se tomaron en cuenta los niños de primer año y una muestra de 296 niños en edad escolar que dejaron de ir a la escuela. Los niños de ambos grupos tienen entre seis y 11 años.

La investigación se realizó en tres áreas de estudio: el distrito de Bor Klua de la septentrional provincia de Nan, los distritos de Muang y Ra-ngae de la austral provincia de Narathivat, y los barrios marginales de Bangkok. La mayoría de los habitantes de estas zonas tienen bajos ingresos.

La tasa de deserción continúa siendo alta a pesar de que, cuantitativamente, el número de escuelas primarias es suficiente, excepto en algunas áreas remotas, según Rung Kaewdang, secretario general de la Comisión Nacional de Educación.

Hay más de 31.000 escuelas estatales, que representan 90 por ciento del total de escuelas primarias en este país de 60 millones de habitantes.

Según cálculos oficiales, hay una escuela primaria estatal cada dos aldeas.

Sin embargo, el número de escuelas por sí solo no garantiza el retorno de quienes abandonaron las clases o la asistencia de los alumnos inscriptos.

Las estadísticas oficiales revelaron que en 1995 habían desertado 14,2 por ciento de los niños inscriptos en primer año en 1990.

Esa cifra disminuyó ligeramente en los años siguientes, siendo de 13,8 por ciento para el período 1991-1996 y de 12,2 por ciento para el período 1992-1997.

Los expertos afirman que no se ha llegado a 100 por ciento de inscripciones en la escuela primaria debido a la situación económica de las familias pobres.

Las restricciones económicas de la educación primaria también aumentaron debido a la crisis asiática, que hizo muy difícil que muchas familias mantuvieran a sus hijos en la escuela.

Rung señaló que no sólo afectó a la enseñanza primaria, sino que los alumnos de enseñanza secundaria y universitaria también se vieron obligados a abandonar los estudios para buscar empleo.

Ordóñez dijo que, sin embargo, el gobierno tailandés dejó a la salud y la enseñanza fuera de los recortes masivos del presupuesto que tuvo que hacer después de la crisis financiera. "Preservaron la salud y la educación porque saben que son una inversión a largo plazo", agregó.

Rung dijo que el Estado tiene suficientes recursos para la educación, pero que el presupuesto del gobierno debe ser invertido de manera más efectiva. "Tailandia no tiene problemas respecto del gasto en educación", afirmó.

El presupuesto de este año para la educación es de 5.620 millones de dólares, o cuatro por ciento del producto interno bruto. "Si se utiliza de manera efectiva, estoy seguro de que podemos cubrir a todos", indicó Rung.

Aunque la educación básica es gratuita en las escuelas estatales, para muchos padres es difícil mantener a sus hijos en la escuela.

Cuando la pobreza aparta a estos niños de la escuela, es para ingresar al mercado laboral.

Según el estudio, 43,1 por ciento de los padres que no envían a sus hijos a la escuela quieren que ganen dinero extra para la familia y 39,03 por ciento no pueden pagar las cuotas de la escuela. Alrededor de 42 por ciento de los padres quieren que sus hijos se queden en casa y ayuden con las tareas del hogar.

Este problema es claro en Klong Toey, Bangkok, donde la mayoría de los habitantes trabajan como empleados y vendedores temporales. En esa zona, 67,8 por ciento de los padres no pueden pagar la educación de sus hijos y 61,1 por ciento quieren que sus hijos ganen dinero adicional para la familia.

Los maestros y líderes comunitarios del área confirmaron que debido a la alta tasa de desempleo, algunos padres retiraban a sus hijos de la escuela, a pesar de haberlos inscripto.

El estudio indica que el bajo nivel de educación de los padres puede estar relacionado con la importancia que dan a mantener a sus hijos en la escuela. Apenas un poco más de 60 por ciento de los padres de niños que no van a la escuela saben leer y escribir y asistieron a centros de enseñanza formal.

Los líderes comunitarios de Klong Toey también señalaron que la frecuente migración en busca de trabajos mejor pagos tiene su efecto sobre la tasa de deserción escolar.

Para solucionar esto, el Plan Nacional de Desarrollo Educativo de Tailandia (1997-2001) se propone acelerar el proceso de educación básica para todos.

El estudio de Unesco también señaló que una ley nacional de educación contemplada en la Constitución de 1997 y que se está estudiando actualmente será clave para reformar el sistema educativo.

"Creo que lo que están viendo ahora en Tailandia, y que es común en otros países, es que enviar a los niños a la escuela no garantiza que aprendan", dijo Ordóñez. (FIN/IPS/tra-en/pd/js/at/aq/ed/99

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