/BOLETIN-DD HH/ TAILANDIA: Mujeres recuperan el derecho al apellido propio

Las mujeres de Tailandia están cerca de ganar una guerra de 57 años, con varias batallas perdidas, para que se les permita usar el apellido de soltera después del matrimonio.

La legislación actual establece que las mujeres casadas deben cambiar sus apellidos por el de sus maridos, pero el parlamento aprobó el mes pasado en primera instancia tres enmiendas a la Ley de Nombres Personales de 1962.

Los proyectos, que permitirían a hombres y mujeres usar sus propios apellidos o el de sus cónyuges luego de casarse, fueron propuestos al mismo tiempo por tres parlamentarias de diferentes partidos políticos, los oficialistas Demócrata y Chart Pattana y el opositor Nueva Aspiración.

Todas las legisladoras citaron la cláusula sobre igualdad de género de la Constitución de 1997 como fundamento de sus propuestas.

Muchas mujeres agradecen la posibilidad de tener la posibilidad de elegir, pero al mismo tiempo creen que el uso del apellidos de soltera no garantiza la igualdad de género.

"Esa es una de las tantas cosas que debieron cambiar hace mucho tiempo", expresó Achara Ashayagachat, de 34 años, divorciada hace siete.

Como no quiso cambiar su nombre después de casada, Ashayagachat optó por una boda tradicional en vez de una civil. "Otorgar el derecho a las mujeres casadas de usar su propio apellido les brinda más espacio y las deja ser ellas mismas", dijo.

Anchalee Theppabut, parlamentaria de la provincia de Phuket y una de las impulsoras de los proyectos, consideró que todavía existen áreas donde no hay igualdad entre hombres y mujeres en el matrimonio.

Las parlamentarias, que en total representan menos de 10 por ciento del cuerpo legislativo, han sido unánimes y procuran la reforma legal hace más de 20 años.

Uno de los obstáculos, según muchas activistas, es convencer a funcionarios de agencia gubernamentales a cargo de asuntos de familia de que la propuesta legal no afectará a la sociedad.

Los ciudadanos tailandeses no tuvieron apellidos hasta 1913. La primera ley al respecto, introducida en el reinado de Rama VI, dio a las mujeres el derecho de conservar sus apellidos después de casadas.

Sin embargo, fueron despojadas de ese derecho en 1943, cuando el parlamento aprobó una nueva ley que impuso a las mujeres casadas el uso obligatorio del apellido del marido.

En 1982, una parlamentaria, Supatra Masdit, propuso una enmienda para permitir a casadas y viudas de usar sus apellidos de soltera. La medida fue rechazada.

Supatra lo intentó otra vez, tres años más tarde. Entonces, propuso devolver sólo a las viudas la opción de usar sus propios apellidos, lo cual fue aprobado.

El intento de cambiar la ley resurgió en 1993, cuando la Oficina de la Comisión Nacional sobre Asuntos Femeninos creó un comité especial para considerar la enmienda de la Ley de Nombres Personales. El borrador fue enviado al gabinete para su aprobación.

Pero el Consejo de Estado, que tiene la obligación de analizar los proyectos antes de que se los derive al parlamento, calificó la iniciativa de amenaza contra la estructura social del país.

Las leyes podrían alterar la cultura tradicional y la moral, expresa un documento presentado al gabinete por el Ministerio del Interior. La unidad y estabilidad de la institución familiar tailadesa quedaría destruida, afirma el texto.

"La familia sería inestable si cada cónyuge pretende que los hijos lleven su apellido, y surgirían conflictos", expresó el Ministerio.

La Comisión Nacional sobre Asuntos de Mujeres replicó con ejemplos de países asiáticos como China y Japón, donde las mujeres conservan la posibilidad de elegir el apellido, donde no ocurrieron problemas. Sí los hubo en Estados Unidos, donde las mujeres adoptan el apellido del marido.

"Una buena relación en la familia no depende del nombre que la esposa elija", expresó la Comisión.

El Ministerio del Interior dijo que la enmienda solo beneficiaría a ciertos grupos de mujeres. La Comisión replicó que no era una amenaza para la posición del hombre en la familia sino, por el contrario, "una aceptación de la dignidad de la mujer".

"Muchos hombres creen que una vez que la mujer lleva el apellido del marido se convierten en su propiedad. La idea hace que los esposos piensen que pueden hacer lo que quieren con sus esposas. Eso ha generado muchos problemas, incluso malos tratos y palizas", apuntó el documento de la Comisión.

Mientras se intensificaba el debate entre la Comisión y el Ministerio del Interior, otras tres leyes fueron propuestas al parlamento. Las tres pasaron la primera etapa del procedimiento legislativo el 2 de febrero y ahora son discutidas para su aprobación final.

Al mismo tiempo, algunas mujeres tailandesas manifestaron que el cambio de ley no significa un cambio automático en actitudes tradicionales que consideran a las mujeres sometidas a los hombres.

"Debemos poder usar el nombre que queremos. Pero el apellido no tiene nada que ver con la felicidad en una familia", explicó Kobkaew Kabilakarn, una madre soltera de 37 años.

Algunas pretenden que la ley vaya más lejos y elimine la práctica de llamar a las mujeres casadas "señoras", y se defina su posición sólo asociándolas a sus maridos.

"El uso del trato de 'señora' después del matrimonio ubica a la mujer en la posición de un objeto que es posesión de alguien", observó Achara.

Al hombre sólo se lo llama "señor", sin importar su estado civil, pero la situación de la mujer en relación con los tratos de cortesía "es siempre vulnerable y cambiante". (FIN/IPS/tra-en/ pd/js/ego/mj/hd/00

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