ETIOPIA-ERITREA: Acuerdo de paz lleva alivio a países vecinos

La firma del acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea, concretada el martes, fue un paso significativo hacia el fin de los conflictos y de la carrera armamentista en el Cuerno de Africa, destacaron los patrocinadores de la negociación.

Los dos países, que se enfrentaron en guerra en los dos últimos años por una franja fronteriza de 1.000 kilómetros cuadrados, suspendieron formalmente las hostilidades con la firma en Argel de un acuerdo en el que intervinieron como mediadores la Organización de Unidad Africana (OUA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El pacto de paz entre Etiopía y Eritrea es «una victoria de la razón y de la diplomacia» y entraña «el reconocimiento de que esos dos países, como tampoco el continente (africano), no pueden soportar ni un día más de conflicto», dijo el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

El presidente de Sudán, Omar al Bashir, señaló que el acuerdo de paz «es expresión de las esperanzas y aspiraciones de los dos países y del resto de Africa.»

Al Bashir es presidente de turno de la Autoridad Intergubernamental sobre Sequías, un grupo que ha derivado su actividad hacia la solución de conflictos y que está integrado por Kenia, Sudán, Etiopía, Eritrea, Somalia, Djibuti y Uganda.

La guerra entre Eritrea y Etiopía comenzó en mayo de 1998 y se libró en varios frentes de batalla. Los dos gobiernos fueron acusados de graves violaciones de derechos humanos.

Eritrea fue una provincia de Etiopía hasta 1990, cuando logró su independencia después de una cruenta lucha, finalizada incluso con el derrocamiento del dictador etíope Mengistu Haile Mariam.

Los presidentes Meles Zenawi, de Etiopía, e Isayas Affeworki, de Eritrea, lucharon juntos contra Haile Mariam, pero en 1998 rompieron relaciones y se trenzaron en guerra.

Etiopía proclamó su victoria en mayo, cuando sus tropas obligaron a los soldados eritreos a retirarse del área en disputa, la que habían ocupado al comenzar los combates.

La Unión Europea y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, colaboraron junto con la ONU y la OUA para acabar con el conflicto.

La firma del acuerdo de paz fue un alivio para los países vecinos de los combatientes, que consideraban la guerra una amenaza para su estabilidad. También lo interpretaron como señal de desaceleración de la carrera armamentista en el Cuerno de Africa.

El Consejo de Seguridad de la ONU ya había aprobado el despliegue de un contingente internacional de 1.800 soldados y observadores, para asegurar el pacto de paz, y la dotación aumentará a 4.000 integrantes, procedentes de 30 países.

Tropas de Jordania se establecerán en el sector occidental del territorio en disputa, mientras soldados canadienses y holandeses controlarán el área oriental e India proporcionará efectivos de reserva, informó la Misión de la ONU en Etiopía y Eritrea, que tiene su cuartel general en Adis Abeba.

Annan propuso medidas de «construcción de confianza» para consolidar la paz, como la inmediata liberación y repatriación voluntaria de civiles internados y prisioneros de guerra.

Pero la prioridad es hacer frente a una grave crisis humanitaria en los dos países.

Más de 217.000 personas desplazadas viven en Eritrea en 25 campamentos y 100.000 vagan sin rumbo por el país o están asentadas en algunas comunidades.

Mientras, 15 por ciento de los 50 millones de habitantes de Etiopía necesitan ayuda de emergencia, debido a una aguda sequía. Así mismo, se cuentan 350.000 desplazados en ese país. (FIN/IPS/tra-en/ja/sm/ff/ip/00

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