CONGO-BRAZZAVILLE: Medidas de seguridad tras asesinato de Kabila

Congo-Brazzaville formó una comisión militar para observar los acontecimientos en República Democrática del Congo (RDC) tras el asesinato del presidente Laurent Kabila, la semana pasada, y aplica medidas de seguridad en la frontera entre ambos países.

Esa frontera es el río Congo, en cuyas márgenes están Brazzaville y Kinshasa, las capitales más cercanas del mundo.

Pequeños grupos de soldados fueron desplegados a lo largo de la carretera que bordea el río, y patrullarán el área todas las noches.

«Dada la proximidad de ambas capitales, hay buenas razones para preocuparse por los acontecimientos en Kinshasa», dijo Rodolphe Adada, ministro de Relaciones Exteriores de Congo-Brazzaville.

«Si hay problemas del otro lado del río, es seguro que habrá repercusiones aquí», afirmó.

Las autoridades piensan que dirigentes de bandos en conflicto en RDC pueden buscar refugio en Congo-Brazzaville, y también están atentas al posible estallido de protestas populares en el país vecino, indicó.

Tras el atentado que causó la muerte de Kabila, reconocida el miércoles por las autoridades de RDC, el puerto de Brazzaville fue cerrado, y se interrumpió gran parte del intenso intercambio comercial entre las dos capitales.

Las principales importaciones de Brazzaville provenientes de Kinshasa son jabón y azúcar, y sus principales exportaciones a la capital de RDC son mandioca y carne.

El presidente de Congo-Brazzaville, Denis Sassou Nguesso, canceló su prevista asistencia a la cumbre entre Africa y Francia que se llevó a cabo en Yaounde del miércoles al viernes.

Una numerosa comunidad de personas provenientes de RDC reside en forma permanente en Congo-Brazzaville, y en los últimos tiempos ingresaron al país casi 120.000 refugiados provenientes de la provincia de Equator, al noroeste de Kinshasa, establecidos en la región septentrional de Congo-Brazzaville.

Esos refugiados escaparon de la guerra civil en RDC, que ha durado casi tres años y en la cual las fuerzas de Kinshasa, apoyadas por Angola, Namibia y Zimbabwe, luchan contra insurgentes respaldados por Burundi, Ruanda y Uganda.

«Esperamos que nuevo gobierno de RDC adopte las medidas necesarias para evitar que una nueva oleada de refugiados golpee a nuestras puertas», comentó Justin Antoine Ossiala, consejero del Ministerio de Juventud y Deportes.

Brazzaville «es una ciudad de sólo 900.000 habitantes, pequeña en comparación con Kinshasa, que tiene una población de casi sesis millones. Eso crea el riesgo de una verdadera invasión», explicó.

El Alto Comando del Ejército de Congo-Brazzaville formó un Comité de Crisis para el seguimiento de la situación en RDC, dijo a IPS el coronel Jean Robert Obargui, encargado de prensa del Ejército.

Integran ese comité representantes de la policía fronteriza, de la policía nacional y de todos los principales organismos del Ejército, informó.

«Un grupo de analistas sigue de cerca la evolución de la situación, y trata de comprender las intenciones de los dirigentes militares y civiles» de RDC, explicó.

«No se han producido hechos que creen tensión entre los ejércitos de ambos países, pero es obvio que el asesinato de Kabila causó un escalofrío a las tropas desplegadas en las dos márgenes del río Congo», añadió.

La policía de Congo-Brazzaville impidió que corresponsales extranjeros en ese país se trasladaran en barco a Kinshasa para cubrir los acontecimientos vinculados con la muerte de Kabila, y los periodistas debieron viajar en avión al país vecino.

En diciembre, ambos países firmaron un pacto de no agresión, y desee entonces sus ejércitos se han consultado antes de adoptar medidas de seguridad en relación con problemas en la región fronteriza.

La última reunión de ambos ejércitos se llevó a cabo el 10 de este mes, para organizar el patrullaje conjunto de la frontera, de 2.000 kilómetros, y evitar desmanes de soldados contra residentes en las márgenes de los ríos Congo y Ubangi, en la región septentrional de Congo-Brazzaville.

En la comunidad proveniente de RDC que reside en Congo- Brazzaville hay distintas opiniones acerca de las perspectivas tras el asesinato de Kabila.

Muchos piensan que los bandos en conflicto reanudarán conversaciones de paz.

«La muerte de Kabila puede conducir al diálogo y la democratización», opinó Fazadi Mulunba, un refugiado político de RDC.

La Unión Socialista Congoleña (USC), un partido opositor de RDC con presencia en Congo-Brazzaville, afirmó en cambio que el asesinato fue «un acto odioso» que sólo conducirá a «prolongar la crisis con múltiples aspectos» que afecta a ese país, en una declaración firmada por su principal dirigente, Joseph Tshitenge.

La USC integra una coalición opositora de RDC junto con otras 13 organizaciones, entre ellas partidos, grupos indígenas y otros grupos de la sociedad civil. (FIN/IPS/tra-eng/lm/sz/da/mp/ip/01

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