REFUGIADOS-ESLOVAQUIA: Ola de inmigrantes

Eslovaquia endureció sus leyes de inmigración y acepta un número muy bajo de asilados, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), mientras aumenta el número de refugiados e inmigrantes indocumentados en el país.

«He visto a los refugiados en Macedonia, y la situación es peor aquí», dijo la jefa de información del ACNUR en Bratislava, Maria Eierna, al explicar la situación en el campo de Brezova pod Bradlom, en la región occidental del país.

«Estoy asombrada, porque siempre había pensado que la condición de los refugiados en Eslovaquia era buena», añadió.

El gobierno instaló en Brezova carpas con capacidad para 25 personas cada una, a fin de alojar al creciente número de personas que buscan asilo.

En 1999 pidieron asilo 1.320 personas, el año pasado 1.556, y en los primeros cinco meses de este año 1.792.

Muchos de quienes piden asilo tienen la intención de trasladarse luego a países más prósperos de Europa occidental, ya que Eslovaquia limita al norte con Alemania y al sur con Austria,

La mayoría de los refugiados son afganos que escapan de la guerra civil y del régimen islámico del movimiento fundamentalista Talibán, que controla la mayor parte de Afganistán.

Los responsables de los tres campos de refugiados existentes afrontan una demanda excesiva, y recibieron con agrado la noticia de que el gobierno planea construir uno nuevo en la región oriental del país. «Cada nueva cama nos ayudará», dijo Stefan Kovaeech, administrador del campamento de Brezova.

Eierna sostuvo que el trámite eslovaco para pedidos de asilo «es demasiado largo, y puede llevar de tres meses a tres años», pero la Oficina de Migración del Ministerio del Interior asegura que nunca lleva más de un año.

«Sé que no podemos esperar que Eslovaquia, con sus actuales problemas económicos, acepte a los cientos de personas que piden asilo, pero el número de asilados es demasiado bajo», opinó la funcionaria del ACNUR.

Desde 1992, pidieron asilo 6.196 personas, y sólo 499 lo obtuvieron. Este año fue aceptado sólo uno de los 1.792 solicitantes.

«Muchos de los refugiados que piden asilo no están interesadas en permanecer en el país, cuyo nivel de vida no les resulta atractivo», apuntó el director de la Oficina de Migración del Ministerio del Interior, Bernard Priecel.

En la actualidad, el desempleo afecta a 20 por ciento de la población de 5,4 millones, y el nivel de vida es muy inferior al de los países que integran la Unión Europea.

El 12 de junio, ocho días antes del Día Mundial de los Refugiados, la policía fronteriza eslovaca inició la búsqueda de 20 inmigrantes ilegales indios que habían tratado de cruzar el río Morava para ingresar a República Checa.

La búsqueda fue abandonada dos días después, cuando sólo dos personas habían sido halladas con vida.

Cada uno de esos indios había pagado 8.000 dólares a un grupo de traficantes de personas, que los trasladaron con escala en Moscú y les habían prometido llevarlos hasta Europa occidental, pero los abandonaron en las afueras de Bratislava.

En octubre de 1998, tres afganos se ahogaron al intentar cruzar a nado el Morava para llegar a República Checa.

Cuatro meses después, seis inmigrantes ilegales provenientes de Sri Lanka murieron arrollados por un tren. Las autoridades piensan que habían sido abandonados por traficantes de personas.

En septiembre de 2000, un inmigrante ilegal indio de 17 años de edad fue hallado dentro de un camión, enfermo y en estado de deshidratación, y trasladado a un hospital donde murió poco después.

El año pasado hubo unos 7.000 inmigrantes ilegales, y el gobierno ha endurecido las leyes que regulan el ingreso al país de extranjeros, en especial para personas provenientes de ex repúblicas soviéticas.

En una encuesta de opinión encargada por el ACNUR, 67 por ciento de los consultados dijeron que los refugiados debían recibir asistencia, pero 73 por ciento opinaron que su presencia en el país implica un gran gasto para el gobierno y contribuye al aumento de los delitos.

Más de 60 por ciento de los entrevistados sostuvieron que los refugiados propagaban enfermedades y 51 por ciento estimaron que deberían regresar a sus países de origen. Igual porcentaje afirmó que los inmigrantes quitaban empleos a los eslovacos.

En una encuesta similar realizada en 1998, 78 por ciento de los consultados habían opinado que se debía asistir a los refugiados, y sólo 57 por ciento habían vinculado su presencia con el aumento de los delitos.

«Eslovaquia tiene suficientes problemas políticos para ocuparse además de alimentar y vestir a todas esas personas, que además roban, según he oído», dijo a IPS un jubilado de Bratislava. (FIN/IPS/tra-en/eh/mn/rp/aq/dc/pr hd/01

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