PAKISTAN: Guerra en Afganistán cambia la vida en la frontera

El régimen militar de Pakistán intenta impulsar el desarrollo de áreas montañosas fronterizas con Afganistán, pobladas por tribus habituadas al autogobierno y que, según creen las autoridades, son semillero de extremistas islámicos.

Islamabad se vio obligada en los últimos meses a desplegar un gran contingente militar en las llamadas Areas Tribales de Administración Federal (ATAF), habitadas por entre 3,5 y cinco millones de personas y olvidadas por el Estado.

El lugar es ahora foco de tensión internacional, pues se supone que muchos combatientes afganos y árabes buscaron refugio allí ante la campaña militar lanzada por Estados Unidos contra la red Al Qaeda, del saudita Osama Bin Laden, y el movimiento Talibán.

Washignton sospecha que Bin Laden, a quien responsabiliza de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, habría tomado como ruta de escape las tierras gobernadas por las tribus pakistaníes.

Las ATAF son parte de Pakistán, pero tienen cierta autonomía. Sus habitantes no pagan impuestos y se dedican al contrabando y al narcotráfico, negocios que afirman hacer desde hace cientos de años.

La mayoría de las tribus se rigen por sus propias leyes y desechan las nacionales, además de contar con un propio sistema de seguridad y resolver sus disputas con intervención de la «Jirga», o asamblea de líderes.

Las ATAF se dividen en siete oficinas políticas y seis zonas fronterizas con funciones administrativas. Un jefe político nombrado por Islamabad representa a las tribus, con poderes especiales, aunque sólo la Jirga puede promulgar leyes.

Pero la asamblea perdió gran parte de su independencia debido a que sus miembros, los «malik», son designados por el jefe político. Muchos ancianos tribales se resisten a las reformas promovidas por Islamabad que, según ellos, buscan acabar con su autonomía.

En la zona tribal no existe aparato estatal. No hay dependencias permanentes de la policía ni tribunales de justicia ordinaria.

La guerra en Afganistán y las constantes operaciones para evitar la huida de los combatientes islámicos a Pakistán hicieron de las áreas tribales, por primera vez en la historia del país, centro de atención mundial.

Varios gobiernos habían sugerido a Pakistán que introdujera reformas en la zona para igualarla al resto del país. Pero continuó en último lugar en la lista de prioridades de Islamabad.

Sólo 6,38 por ciento de los habitantes de las tribus saben leer y escribir, y carecen de universidades y de industrias.

Las tribus siempre fueron una seria amenaza para Islamabad, debido a que en ellas, grupos nacionalistas de la etnia pashtun (patán) demandan un país independiente para los patanes afganos y pakistaníes.

El presidente militar Pervez Musharraf, al asumir al poder, inició un programa para organizar todo el país, incluyendo las áreas tribales, pero allí nunca hubo avances.

El gobernador de la provincia de la Frontera Noroccidental, Syed Iftekhar Hussain, reveló días atrás los planes del gobierno cuando dijo que estaba diseñando el bosquejo de un programa para organizar la zona.

Hussain aseguró que la administración de justicia en las áreas tribales será transparente y que serán respetadas las normas y las tradiciones locales. «Esto hará que estas personas marginadas tengan acceso al desarrollo y estén más cerca del gobierno», añadió.

El plan incluye la celebración de elecciones para que las tribus designen a sus autoridades, según portavoces del gobierno.

«Las reformas en las áreas tribales son un asunto muy delicado, que exige una cabal comprensión y evaluación de la orientación histórica y cultural de quienes las habitan. El primer paso debe ser ganar la confianza de las tribus», dijo el jefe tribal Lateef Afridi.

Pero Islamabad se prepara para afrontar una gran resistencia. Las tribus desean el desarrollo y el crecimiento, pero no están dispuestas a renunciar a su autonomía.

Una asamblea de ancianos reunida este mes en la localidad de Darra Adamkhel se opuso a los planes del gobierno de intervenir en las áreas autónomas.

«Las tribus no renunciarán a su libertad ni comprometerán sus costumbres y tradiciones», dijo a periodistas luego de la reunión el jefe tribal Haji Khaista Khan Afridi.

El gobierno pakistaní considera por primera vez instalar puestos militares permanentes en las áreas tribales.

Mumtaz Bangash, profesor de la Universidad de Peshawar y experto en asuntos tribales, cree que la intervención del gobierno en la zona será positiva, como ocurrió en ocasiones anteriores.

Gran Bretaña, por ejemplo, construyó en esa región carreteras, líneas ferroviarias y centros de atención médica, lo que permitió que las tribus entraran en contacto con habitantes de otras ciudades, destacó Bangash.

«La intervención británica produjo un cambio significativo en la vida de las tribus de este lado de la frontera. Esperemos que la anunciada intervención determine cambios positivos», añadió. (FIN/IPS/tra-eng/ny/js/rp-ff/dv/02

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