INDONESIA: Viudas de la guerra en Aceh alzan la voz

Las viudas por el conflicto armado en la provincia separatista de Aceh, Indonesia, comienzan a reconstruir el relato de sus padecimientos bajo la represión militar de Jakarta, que cobró más de 10.000 vidas desde 1976.

”Este era mi esposo. Lo quemaron vivo”, dijo una mujer ataviada con el tradicional traje blanco y cargando un bebé en los brazos, mientras mostraba una fotografía del cadáver de su marido a los visitantes de un campamento de refugiados en Banda Aceh, capital de la septentrional provincia de Aceh.

La imagen muestra el cuerpo de un hombre con el rostro quemado tendido sobre una sábana blanca.

Fatimah, de 22 años, lleva consigo la fotografía desde que fue tomada, en septiembre de 2000. ”Quiero que la gente sepa lo que pasó con mi esposo. La foto es mi prueba”, dijo.

Este es su personal reclamo de justicia, en medio de la incertidumbre que comparte con cientos de viudas de la atormentada Aceh, ubicada en el extremo norte de la isla de Sumatra, la más grande de Indonesia.

El rebelde Movimiento Aceh Libre (GAM) libra desde 1976 una acción política y armada por la independencia de la provincia, rica en yacimientos de gas, que cuenta con una población de 4,5 millones de habitantes, dos por ciento del total del país.

El GAM y el gobierno indonesio acordaron el 10 de mayo en Ginebra negociar un cese de hostilidades y un proceso democrático que permita elegir autoridades locales, aunque no está claro cómo se resolverá el estatuto de la provincia, y la violencia continúa.

La mayoría de las 120 personas que comparten el refugio donde vive Fatimah son viudas, víctimas de la guerra civil. Al igual que las demás, ella no olvida el día en que perdió todo lo que poseía.

”Mi esposo fue a trabajar a la plantación de arroz. Yo estaba en casa cuando oí disparos. Salí a buscarlo. Cuando vi a los militares, me atemoricé y me arrojé al suelo hasta que se fueron”, relató.

”Entonces corrí tan rápido como pude hasta la plantación. Pero él ya estaba muerto cuando llegué”, agregó. En aquella jornada le tocó a su aldea ser blanco de las operaciones de las fuerzas indonesias en busca de integrantes del GAM.

Otros tres hombres y una mujer que laboraban en el campo fueron asesinados y unas 30 viviendas fueron incendiadas en ese operativo, dijo Fatimah.

Fue entonces cuando junto a sus dos hijos se sumó a la caravana de desplazados que buscan refugio en la capital de la provincia.

La muerte de hijos y esposos, la violación y la destrucción de sus hogares han dejado traumatizadas a muchas mujeres, que constituyen además la mayoría de los desplazados internos por el conflicto.

”El trauma es el mayor problema de las mujeres de Aceh, y la asistencia que reciben es muy poca comparada con la dimensión del fenómeno”, dijo Suraiya Kamaruzzaman, directora de Flower Aceh, la primera organización de mujeres creada en 1989 para afrontar las consecuencias de la escalada militar.

Jakarta decidió ese año que la provincia se convirtiera en área de operaciones militares especiales, intensificando las acciones contra los rebeldes, así como la violación sistemática de los derechos humanos, según las organizaciones de derechos humanos.

”Las situaciones traumáticas suelen manifestarse físicamente. Muchas mujeres no pueden dormir, la mayoría sufren depresión y paranoia y difícilmente reciban atención, pues el gobierno no se ocupa de ellas y las organizaciones no gubernamentales no cuentan con recursos suficientes”, dijo Suraiya.

Algunas, sin embargo, intentan dar a conocer su historia. Norma, de 56 años, relató a IPS su padecimiento. Su marido y sus tres hijos fueron muertos el mismo día en su aldea, por lo cual se convirtió en cabeza de su familia, formada por 11 nietos y nietas y tres nueras.

Otra práctica frecuente era la tortura de los jóvenes en las aldeas. ”Las mujeres solían escuchar los gritos de los torturados, muchas veces sus propios hijos, provocando sentimientos de impotencia y culpa, que subsisten con el paso de los años”, dijo Suraiya.

Luego de la caída del dictador Alí Suharto, en 1998, Jakarta intentó infructuosamente aliviar el virtual régimen militar sobre la provincia, pero los enfrentamientos continuaron y sólo este año se cobraron 400 vidas, según la prensa indonesia.

Pese a las negociaciones de paz, el gobierno de Megawati Sukarnoputri no muestra voluntad de juzgar los abusos perpetrados por los militares.

Entre 1990 y 98, la Coalición de Derechos Humanos en Aceh documentó 7.727 violaciones de derechos humanos.

Entre enero de 1999 y febrero de 2000, la organización registró nueve masacres en las que murieron 132 civiles y fueron heridos 472, 318 ejecuciones extrajudiciales, 138 desapariciones, y 304 detenciones arbitrarias.

Entre junio y agosto de 1999, entre 250.000 y 300.000 personas fueron desplazadas en la zona, según organizaciones no gubernamentales.

La violencia continúa en las aldeas y en la capital de la provincia aún se encuentran cadáveres en los parques o frente a las mezquitas, concluyó Suraiya. (FIN/IPS/tra- eng/pd/js/dcl/hd/ip/02

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