SALUD-AFRICA: El sida se va a la guerra

El sida afecta a 50 y 60 por ciento de los efectivos militares de algunos países africanos y amenaza la capacidad de acción de sus fuerzas armadas, se advirtió en un informe independiente.

”Al igual que en otras infecciones de trasmisión sexual”, la proporción de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) ”es mayor en las Fuerzas Armadas que en la población general”, sostuvo el informe del instituto de estudios para el desarrollo Panos y la organización Healthlink Worldwide.

La epidemia pone en peligro la capacidad de respuesta de las fuerzas armadas a amenazas externas y el cumplimiento pleno de sus otras funciones, según el informe ”Combate al sida: el VIH y el mundo de las Fuerzas Armadas”.

La incidencia de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) en los soldados de Angola es de 40 a 60 por ciento.

En la República del Congo se estima que la epidemia afecta a entre 10 y 25 por ciento de las tropas, en Eritrea a 4,6 por ciento, en Tanzania entre 15 y 30 por ciento y en Zimbabwe a 50 por ciento de los efectivos, según el estudio.

”En los países más afectados, que tienden a ser pobres y tienen relativamente pocos adultos bien educados, la epidemia reduce la capacidad de reemplazos, sobre todo de oficiales”, sostiene el reporte.

Se suman la pérdida de habilidades, formación y conocimientos en todo el escalafón, así como la progresiva desaparición de la memoria institucional entre los soldados y oficiales con más años de servicio, lo que contribuye al declive del rendimiento y a los brotes de indisciplina.

”Altos jefes de varios países africanos admiten en reserva que el sida es tan generalizado que compañías enteras bien entrenadas no están disponibles para eventuales movilizaciones”, de acuerdo al informe.

Diversos factores del ambiente militar multiplican el riesgo de contagio, como la cultura del peligro y el hecho de que la mayoría de la tropa se encuentra en el sector de edad de mayor incidencia de VIH, entre 15 y 24 años.

Pero el aspecto más influyente es la práctica de destinar a los efectivos militares lejos de sus familias y comunidades, según el reporte.

Unos 22 millones de efectivos que sirven en las fuerzas armadas de todo el mundo son hombres entre 20 y 30 años, dijo Martin Foreman, autor del estudio.

”Y el sexo es una preocupación para muchos de ellos. Viven en una sociedad cerrada, donde predominan los valores masculinos y donde el estrés, el tedio y el consumo de alcohol pueden ser muy altos. Acostumbrados a correr riesgos, muchos pueden ser reacios al uso de condones” para prevenir la infección, agregó Foreman.

En todos los casos, ”las mujeres soldados son las más vulnerables. Así como corren más riesgo de contraer sida por razones psicosociales, suelen estar en desventaja en las negociaciones sexuales, inclusive en acordar el uso del condón”, según el informe.

Las estadísticas confiables son difíciles de obtener, en parte porque muchos ejércitos no pueden llevarlas adelante o no quieren analizar a los efectivos en servicio y en parte porque muchos soldados se niegan a practicarse exámenes.

El personal armado nacional e internacional, incluyendo al que participa en misiones de mantenimiento de paz, está entre los grupos más afectados por las enfermedades de transmisión sexual.

El informe enumera varios obstáculos para combatir el contagio entre los militares, como la financiación inadecuada o insuficiente, el temor a que se violen los acuerdos de confidencialidad, la cultura del riesgo y el acceso restringido a la información.

Sin embargo, varios países están enfrentando el problema. Marruecos tiene una proporción de infecciones de tres casos cada 10.000 habitantes en la población adulta general, y apenas dos casos cada 100.000 en el ejército.

Tras una campaña de prevención destinada al personal militar marroquí, la incidencia de otras enfermedades de trasmisión sexual cayó de 5.000 casos por año en 1987 a 3.000 en 1996, según el reporte.

En Etiopía, la proporción de cinco por ciento de infectados en las Fuerzas Armadas, dos por ciento menos que en el resto de la población, es atribuida a una agresiva campaña en favor del uso de condones, utilizando técnicas de mercadeo.

En Burundi, el gobierno unificó las iniciativas para combatir la epidemia, reuniendo los esfuerzos de los ministerios responsables de las Fuerzas Armadas, la policía y el personal de aduanas.

Además, los militares y policiales crearon un fondo de solidaridad para asistir al personal afectado.

En Sierra Leona, la misión de mantenimiento de la paz de la Organización de las Naciones Unidas distribuye tarjetas de información sobre el sida y transmite un programa radial destinado a la población local.

Casi 3,5 millones de africanos se infectaron con VIH en 2001, según el informe mundial sobre la epidemia, divulgado este mes por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/Sida (Onusida).

En Africa subsahariana 28,5 adultos, niños y niñas padecen sida, mientras se estima que en todo el continente han quedado huérfanos 11 millones de niños y niñas por la epidemia, que aún no ha alcanzado su pico de crecimiento. (FIN/IPS/tra- eng/lm/mn/dcl/he/02

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