ZIMBABWE: Mugabe cede y acepta alimentos transgénicos

El gobierno de Zimbabwe admitió, luego de meses de negativas, el ingreso de alimentos transgénicos para alimentar la urgente necesidad de comida de seis millones de personas, la mitad de la población del país.

El presidente Robert Mugabe aseguró a científicos de su país que controlará de cerca la llegada de los cargamentos, su procesamiento en molinos para evitar que se los use como semilla y su distribución.

Mientras, los gobiernos de Botswana, Namibia y Zambia, países también amenazados por la sequía que azota a Africa austral, mantienen su oposición al ingreso de organismos transgénicos y de sus derivados.

El director general del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), James Morris, dijo en Zimbabwe que el cambio de posición de Mugabe podría alentar a otros países de Africa austral a hacer lo mismo. El hambre amenaza hoy por lo menos a 14 millones de personas en la región.

Zimbabwe recibirá este año entre 500.000 y 600.000 toneladas de alimentos, dijo Morris. ”Planificamos traer 55.000 toneladas por mes. Se tratará, en parte, de transgénicos que serán molidos”, agregó.

”El hecho de que (Zimbabwe) haya decidido aceptar granos transgénicos será una importante señal para otros países de la región. Eso nos permitirá hacer nuestro trabajo”, agregó Morris.

Pero ”el mero hecho de que estemos hambrientos no es justificación para dar veneno, para dar alimentos dañinos”, dijo a la prensa el presidente de Zambia, Lewis Mwanawasa, en la nororiental ciudad sudafricana de Johannesburgo, donde concluyó el miércoles la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible.

La aceptación de la ayuda fue decidida luego de que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, se reunió con Mugabe el martes en Johannesburgo.

En la población de Zimbabwe se mantienen las preocupaciones por posibles daños a la salud a causa del consumo de alimentos genéticamente modificados.

Pero el principal partido opositor, Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), aplaudió la resolución. ”Es saludable ingerir transgénicos. Han sido consumidos en todo el mundo y hasta ahora no han tenido ningún efecto”, dijo el presidente del MDC, Morgan Tsvangirai.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el consumo de transgénicos no constituye riesgo alguno para la salud humana.

Sin embargo, productores agrícolas africanos temen perder acceso al mercado europeo si no pueden confirmar que sus cosechas están libres de manipulación genética o de contacto con organismos sometidos a ella.

”La controversia sobre los transgénicos se vincula con la guerra comercial entre Estados Unidos y la UE en torno de la biotecnología”, dijo un experto en seguridad alimentaria de la intergubernamental Comunidad para el Desarrollo de Africa Austral (SADC) en Harare.

”Por un lado, la mayoría de la gente está hambrienta y, por el otro, se hace necesario proteger el comercio de Zimbabwe con la UE. Si Estados Unidos fuera el principal socio comercial de Zimbabwe, este problema no existiría. Pero el principal socio comercial de este país es la UE”, dijo el informante.

”Estamos luchando contra la percepción de que los productos de Zimbabwe y de la región podrían ser prohibidos en la UE por temor de contaminación con transgénicos”, agregó.

El presidente Mugabe reconoció ante la prensa, luego de reunirse con Morris en Harare esta semana, que ”los temores existen”, por lo que el Ministerio de Agricultura dispondrá una ”cuarentena” sobre los granos.

Muchos temen que la ayuda termine en el estómago de los simpatizantes del oficialismo si el gobierno toma la distribución a su cargo.

”Queremos esa comida y la necesitamos. Pero estamos preocupados por esta cuarentena, porque si el gobierno la distribuye se la podría dar sólo a sus aliados políticos”, dijo Farai Mafaro, un dentista de Harare.

Pero Mugabe aseguró que todos los necesitados recibirán los alimentos sin importar su simpatía política.

La Comisión Económica de Naciones Unidas Para Africa (ECA) sostuvo la semana pasada en Johannesburgo que los cultivos genéticamente modificados pueden ser la clave del desarrollo y la seguridad alimentaria en Africa.

La ECA destacó en su informe exitosas experiencias con maíz y algodón transgénicos en Sudáfrica, con batata en Kenia, y con maíz, habas y algodón en Egipto.

La preocupación por la salud de los consumidores de alimentos transgénicos tiene asidero, dijo a IPS un funcionario del Centro de Recursos Genéticos Vegetales de la SADC en Lusaka. ”Hubo casos de alergia luego de la ingestión de productos transgénicos en Estados Unidos”, afirmó.

”Este debate, desafortunadamente, no se dio como es debido a causa de la escasez. Si los países que afrontan hambrunas tuvieran una posibilidad de elegir la ayuda que recibirán, deberían pedir alimentos libres de transgénicos o dinero para comprarlos”, explicó.

”Pero si no hay alternativa, hay un problema, un grave problema. Debemos alimentar a los hambrientos, pero no sabemos los riesgos en que estamos cayendo”, comentó.

”Tememos que algunas personas conserven los granos y los usen como semilla. Eso puede derivar en la contaminación de los cultivos tradicionales y en que debamos en el futuro depender de países occidentales para comprar semillas y productos químicos para futuras siembras”, concluyó.

La producción de cereales de este año fue 670.000 toneladas, 57 por ciento menos que en 2001, y 67 por ciento menor que la del año anterior, calculó el PMA.

Eso se debe a una grave sequía, pero también al virtual colapso de la producción comercial en gran escala, consecuencia del programa de reforma agraria en curso. (FIN/IPS/tra-eng/lm/mn/mj/dv en/02

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