(Arte y Cultura) PINTURA-CHILE: Los graffitis de la globalización

Los graffitis, expresión del ”arte de hacer hablar a las paredes”, ya no tienen en Chile como signo predominante la rebeldía política, sino que más bien muestran la segmentación de la sociedad regida por las leyes del mercado y la presencia de culturas emergentes en el escenario de la globalización.

Esta es una de las conclusiones centrales del trabajo de cuatro investigadoras del Departamento de Investigaciones Mediáticas y de la Comunicación de la Universidad de Chile, que durante un año fotografiaron cerca de un millar de graffitis en las calles de Santiago para analizarlos desde categorías semióticas y políticas.

La investigación de Caterina Gaggero, Carolina Jiménez, María Gisela López y Paola Poblete para el último número de ”Comunicación y Medios”, la revista académica de esa unidad universitaria, fue presentada el 29 de este mes en la Feria Internacional del Libro de Santiago.

”Los graffitis, al igual que la cultura del hip hop, tratada también en la revista, indican fragmentaciones y convergencias dentro de esta sociedad global, que ya no se mueve con categorías unívocas y totalizantes como en el pasado”, dijo Rafael del Villar, presidente de la Sociedad Chilena de Semiótica y profesor- guía de la investigación.

Los ”hip hoperos” y los ”graffiteros” son identidades emergentes desde sectores juveniles en un mundo globalizado, y como tales se expresan con mensajes y códigos que pueden adquirir validez universal o reflejar una microsegmentación dentro de una comunidad determinada.

En otras palabras, según los expertos, en estas manifestaciones contestatarias, informales y a veces clandestinas de estas identidades emergentes, se reflejan tensiones y encuentros entre lo local y lo global, como rasgo típico de la llamada mundialización.

El hip-hop es un género musical bailable característico de la juventud urbana afroestadounidense, originado a fines de los años 70, que recoge el legado de la música soul e incorpora el tocadiscos como instrumento musical.

En cuanto a los graffitis, en rigor, son una forma de expresión y comunicación antigua, una especie de pariente no reconocido del afiche, ya que tienen rasgos en común, como la exposición en espacios públicos, el anonimato en terminos de la autoría, y la alusión a aspectos coyunturales, lo cual da a ambos un carácter efímero.

Pero, a la vez, advierten las investigadoras de la Universidad de Chile, mientras la forma de producción del afiche es industrial, cada graffiti es una creación única, que lo mismo da luz a sentires y manifestaciones de un colectivo o comunidad, como de un individuo.

Los rayados callejeros de contenido político fueron la expresión inicial de los graffitis, que adquirieron fama como expresión cultural contestaria e inetelectualizada sobre todo desde el Mayo de 1968 en París, con escritos ya clásicos, como aquel de ”seamos realistas, pidamos lo imposible”.

En Chile, durante la prolongada dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), el graffiti continuó siendo un instrumento político, una forma de resistencia frente a la represión oficial.

De acuerdo con los elementos característicos de los graffitis señalados por las cuatro investigadoras, en esa época los mensajes en las paredes cumplían un fin informativo desde la ilegalidad y eludían las normas autoritarias, gracias al anonimato y a que obviamente no se sometían a censura previa.

En los años de la dictadura pinochetista, la política contingente era sin duda el eje temático predominante en los rayados murales. Una característica que ha cambiado profundamente desde el restablecimiento del sistema democrático en marzo de 1990.

Las investigadoras establecieron 31 protocolos de clasificación de los mensajes de los graffitis de Santiago, y si bien la política, los derechos humanos y la protesta social mantienen una incidencia significativa, ya dejaron de ser los asuntos casi exclusivos.

Los protocolos más frecuentes fueron ”política no institucional”, con 16,6 por ciento, ”dejar constancia del ser y estar” (12,4), ”raperos” (10,7), ”fútbol” (8,5), ”música, grupos y estilos” (6,1), ”reflexión social” (5,5) y ”coyuntura política”, con cinco por ciento.

Entre otros protocolos de menor frecuencia, se encuentran temáticas sobre ”amor”, ”pandillas” y ”drogas”, además de los ”murales pictóricos”, donde se mezclan ilustraciones y leyendas que a menudo abarcan más de una temática.

Desde su particular forma de producción, informal, sin censura e ilegal, el graffiti puede cumplir diversas funciones, tanto a nivel de individuos como de identidades o culturas que pueden identificarse, en la terminología posmoderna con ”tribus”, o recoger aspiraciones de una comunidad.

”No botar basura, pobres pero; limpios”, dice, sin ninguna contemplación por la ortografía puntual, un graffiti en una barriada popular de la periferia de Santiago.

Alejandro, en cambio, un joven residente en el acomodado municipio de Las Condes, recorre por las noches sus calles munido de un aerosol para grabar poemas de su tocayo Alejandro Jodorowsky, el escritor, poeta y cineasta chileno residente en París.

”La veo, y es como si me estuviera llamando”. Es la sensación que este activista clandestino de la poesía siente ante una pared en blanco.

El coronel retirado Cristián Labbé, un ex viceministro y agente repesivo de la dictadura de Pinochet, actual alcalde de Providencia, otro municipio rico de Santiago, emitió un instructivo de seguridad para que los vecinos llamasen a la Central de Información Comunal para denunciar rayados de graffiti.

Los ”graffiteros” desafían la discriminación y persecución en los barrios ricos, pero sobre todo dan rienda a sus expresiones en los grandes muros públicos que delimitan carreteras, puentes o estaciones del ferrocarril metropolitano, así como en las calles de sectores pobres y medios.

En el sitio www.cecpa.cl/GRAFFITIS.htm es posible encontrar una buena selección de rayados humorísticos recogidos en las muros de Chile. Muchos de ellos son expresión de una cultura universal, en tanto recogen motivos posibles de entender y encontrar en cualquier lugar.

”Convencer a la Reina me costó un huevo (Cristóbal Colón)”, ”El coche nunca reemplazará al caballo (la yegua)”, ”No soy un completo inútil… por lo menos sirvo de ejemplo”, ”Bilardo me dijo que juegue pegado a la línea blanca (Diego Armando Maradona)”, ”El que llega primero es un feto (los espermatozoides)”, son algunos de los textos recogidos. (FIN/IPS/ggr/ff/cr/02

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