ZIMBABWE: Londres exige a Sudáfrica mano dura contra Mugabe

La crisis política y económica de Zimbabwe no figura en la agenda oficial de las actuales conversaciones entre los cancilleres de Sudáfrica y Gran Bretaña, pero tras bambalinas ambos gobiernos discutirán ese asunto que los divide.

Sudáfrica cree en una ”diplomacia tranquila” o un ”compromiso constructivo” con el régimen de Robert Mugabe, mientras Gran Bretaña defiende una postura más firme como forma de estabilizar a Zimbabwe, en especial una que excluya a Mugabe del poder.

El canciller británico Jack Straw, quien llegó este martes a Johannesburgo, estará en Sudáfrica dos días en los que tratará de consolidar las relaciones con este país, el centro económico de Africa subsahariana y uno de los principales socios comerciales de Gran Bretaña, su antiguo dominador colonial.

”Las discusiones se concentrarán en la situación política y económica de Africa en general y de Africa austral en particular”, declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, Ronnie Mamoepa.

Pero fuentes con información privilegiada revelaron que a puertas cerradas se discutirá la cuestión de Zimbabwe, en especial la visita la semana pasada de los presidentes Thabo Mbeki (Sudáfrica), Olusegun Obasanjo (Nigeria) y Bakhili Muluzi (Malawi) a ese país para mediar entre el gobierno y el opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC).

Gran Bretaña impulsa una acción africana e internacional más firme que la actual contra el gobierno de Mugabe, al que Londres, la Unión Europea y Estados Unidos acusaron de fraguar las últimas elecciones generales y presidenciales y de desatar una campaña de terror contra sus opositores políticos.

Zimbabwe también enfrenta una crisis económica exacerbada por la inestabilidad política y la sequía, que provocó la escasez de alimentos y combustible.

En una anterior visita a Sudáfrica este año, la ministra británica Valerie Amos advirtió que si los gobiernos africanos no toman la iniciativa para afrontar la crisis de Zimbabwe, eso afectará el apoyo internacional a la Nueva Asociación para el Desarrollo de Africa (NEPAD).

NEPAD es un programa para promover el desarrollo político y económico del continente, que promete mejores acuerdos comerciales y de ayuda para el desarrollo de Africa a cambio de gobernanza política y económica.

En un esfuerzo por impulsar al programa, varios líderes africanos intentaron mediar entre Mugabe y el opositor MDC, pero pese a su evaluación positiva de las últimas rondas de conversaciones entre ambas partes, pocos creen que se logre un avance significativo.

Los líderes africanos están bajo presión de grandes potencias para impulsar un cambio de régimen en Zimbabwe.

A comienzos del mes próximo, varios mandatarios de Africa se reunirán con líderes del Grupo de los Ocho (G-8) países más industrializados en Evian, Francia, para discutir la implementación de iniciativas de NEPAD.

Si el G-8 considera que los líderes africanos no lograron avances en la gobernanza política y económica del continente, no les otorgará el necesario apoyo económico ni inversiones, en especial en momentos en que los países ricos dirigen sus recursos a la reconstrucción de Iraq.

La agenda de los cancilleres en Johannesburgo también incluirá iniciativas de paz y seguridad en la región de los Grandes Lagos, entre ellas esfuerzos para poner fin a las guerras civiles de la República Democrática de Congo (RDC), Ruanda y Burundi.

La región de los Grandes Lagos comprende a Burundi, RDC, Ruanda, Tanzania y Uganda.

Las conversaciones también se referirán a la relación entre Africa y el G-8, integrado por Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Rusia, Canadá, Alemania, Japón e Italia.

”Además, la reunión bilateral discutirá los últimos acontecimientos en Iraq y el sistema multilateral de gobierno”, explicó Mamoepa.

Sudáfrica se opuso de manera tajante al ataque estadounidense- británico contra ese país del Golfo, y movilizó a los países en desarrollo en la Organización de las Naciones Unidas contra la invasión.

Aunque la agenda puede parecer demasiado amplia, incluye cuestiones vitales para las relaciones bilaterales, sobre las cuales ambos países han tenido marcadas diferencias.

”Gran Bretaña ve a Sudáfrica como un país fundamental y aliado estratégico en Africa. Sudáfrica, por su parte… necesita del respaldo de Gran Bretaña (su antiguo dominador colonial) para convertir a NEPAD en una realidad”, comentó el analista Kuseni Dlamini, de la Universidad de Oxford, en el diario sudafricano Business Day. (

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