AFRICA: Cumbre guarda silencio sobre Zimbabwe

La cumbre de la Unión Africana (UA) mantuvo silencio oficial sobre la crisis política y económica de Zimbabwe, uno de los conflictos que más preocupó al presidente estadounidense George W. Bush en su visita de esta semana al continente.

Aunque la figura del presidente zimbabwano Robert Mugabe fue mantenida en bajo perfil durante la cumbre iniciada el jueves en la capital de Mozambique, la grave situación de su país fue objeto de extensas conversaciones entre jefes de Estado y de gobierno de las 52 naciones de la UA, según fuentes oficiales.

Con vistas a su primer viaje oficial a Africa, Bush intentó que los países africanos —particularmente Sudáfrica— ejercieran mayor presión pública para que Mugabe dejara el poder, que retuvo en las elecciones de marzo del año pasado, consideradas fraudulentas por la oposición, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

El secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, dirigió críticas a Sudáfrica por su blando abordaje de la cuestión de Zimbabwe.

En los últimos dos años, Sudáfrica se guió por la ”diplomacia silenciosa” con Zimbabwe, creyendo que las negociaciones entre el partido gobernante y el opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC, por sus siglas en inglés) eran el único camino para salir del atolladero, pero sin demasiados éxitos hasta ahora, pues el diálogo está suspendido.

Pese a esto, el presidente sudafricano Thabo Mbeki logró persuadir a Bush de que su postura es la correcta.

Al final de la reunión de ambos mandatarios esta semana, Bush morigeró considerablemente su discurso.

”El presidente (Mbeki) es la persona más involucrada, representa a un país poderoso en el vecindario que, por su posición y su responsabilidad, está trabajando en la cuestión. Y no tengo intención de cuestionar sus tácticas. Compartimos (el deseo) de un mismo resultado”, sostuvo Bush.

Al parecer, Mbeki habría prometido a Bush que se llegaría a un acuerdo en Zimbabwe en los próximos 12 meses.

Pero el mandatario estadounidense se reservó el derecho ”de hablar alto cuando veamos una situación en la que alguien está sufriendo, pues sus libertades han sido confiscadas”.

El jueves, en una escala en Botswana, Bush subrayó su reclamo de democracia en Zimbabwe y culpó del colapso de la economía al mal gobierno.

En forma paralela a la cumbre de Maputo, había planes de una reunión entre representantes de la UA y la UE con el fin de hallar salida al estancamiento político entre ambos bloques por Zimbabwe.

La UE y Washington insisten en que Mugabe retuvo el gobierno en forma ilegítima pues ganó las elecciones del año pasado mediante la intimidación y el fraude electoral.

Por tanto, el bloque europeo se niega a reunirse con funcionarios de Mugabe e impuso sanciones selectivas al régimen.

Pero los observadores de la UA respaldaron el resultado electoral y consideraron que el proceso de votación fue limpio.

En consecuencia, la UA y la UE no han logrado reunirse para discutir la asistencia al desarrollo que Africa tanto necesita, pues los líderes africanos insisten en que los europeos no tienen derecho a determinar si Zimbabwe participa o no de las delegaciones del continente.

Uno de los principios de la UA —fundada en 2002 en sustitución de la Organización de la Unidad Africana que funcionó durante 40 años— es la soberanía continental.

Pese a intensas negociaciones entre ambos bloques, la diferencia aún persiste.

Otras dos áreas vincularon la visita de Bush con la cumbre de la UA, ambas terminadas este sábado: la renovada guerra en Liberia y la epidemia de VIH/sida.

Estados Unidos prometió un fondo de 15.000 millones de dólares en los próximos cinco años para combatir globalmente al sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Pero la UA estableció el jueves que sólo Africa, el continente más golpeado por el avance del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida), requeriría 3.000 millones de dólares por año para luchar contra esa enfermedad, la malaria y la tuberculosis.

Funcionarios sudafricanos dijeron en conversaciones privadas con Bush que los fondos de asistencia que correspondieran a este país serían utilizados según sus propias necesidades y políticas, ante informaciones previas según las cuales Washington planificaba destinar sus recursos a planes de tratamiento del sida en Sudáfrica.

El presidente Mbeki ha cuestionado la efectividad e inocuidad de los tratamientos con medicinas antirretrovirales, que reducen la cantidad de virus en la sangre y prolongan y mejoran la calidad de vida.

La polémica postura de Mbeki y su gobierno ha frenado la aplicación masiva de estos tratamientos en el país, donde la prevalencia del VIH alcanza a más de 20 por ciento de la población adulta.

Si bien los tratamientos antirretrovirales provocan fuertes efectos secundarios, son por ahora el camino más efectivo para reducir la mortalidad y el contagio madre-hijo del VIH.

Fuentes sudafricanas aseguraron que los fondos procedentes de Estados Unidos se utilizarán probablemente para mejorar la infraestructura —clínicas, personal, equipamiento— necesaria para poner en marcha un programa nacional de tratamientos contra el sida.

Funcionarios de ambos países se reunirán pronto para diseñar el marco de esa asistencia.

Por otra parte, las fuentes indicaron que Sudáfrica alienta una respuesta ”positiva” de Washington al pedido de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS, por sus siglas en inglés) de desplegar tropas de Estados Unidos en Liberia.

En ese país, los rebeldes y el gobierno de Charles Taylor rompieron una tregua alcanzada el mes pasado, y los combates han causado la muerte a más de 400 personas y desplazado a cientos de miles.

”Africa debe asumir la responsabilidad en el terreno a través de la ECOWAS, pero la verdad es que la organización no tiene recursos para hacerlo sola”, dijo la fuente sudafricana.

Bush no es proclive a enviar soldados. ”Tenemos equipos de reconocimiento (en Liberia) para evaluar qué tipo de asistencia es necesaria para la transición. El (Mbeki) preguntó si nos involucraríamos y yo dije 'sí, lo haremos'. Ahora estamos determinando el alcance de esa participación”, afirmó esta semana en Pretoria.

El jueves, el presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, confirmó que su país encabezaría la fuerza militar multinacional para intervenir en Liberia, que contaría con efectivos de Ghana y Mali. Pero aclaró que no tenía idea del tipo de contribución estadounidense a la misma.

Interrogado por periodistas sobre su oferta de asilo al presidente Taylor, acusado de cometer crímenes de guerra, Obasanjo señaló que de no mediar un ofrecimiento de esa naturaleza, el polémico mandatario combatiría hasta derramar su última gota de sangre o escaparía a la selva con sus hombres.

En cualquiera de los dos casos, seguramente morirían miles de liberianos, estimó. ”Lo que hacemos es más por la población de Liberia que por el propio Charles Taylor”, concluyó Obasanjo.

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