AMERICA CENTRAL: Si el rugido del jaguar calla

Cuando el jaguar ruge, el silencio invade la selva. Hoy, ese fiero e indomable animal va apagando su rugido debido a la presión de la cacería y la reducción de áreas boscosas en América Central.

Un acuerdo que firmarán en julio la estatal Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) de Panamá y la estadounidense Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés), busca preservar al jaguar y a otras especies de felinos silvestres con hogar en ese país centroamericano.

”Se trata de un esfuerzo pionero que abarcará el Parque Nacional Fronterizo de Darién, con una extensión de 570 mil hectáreas, y el Parque La Amistad, con más de 200 mil hectáreas”, dijo a Tierramérica la directora de 5reas Protegidas de la ANAM, Laura Fernández.

El oriental Parque Nacional de Darién, lindante con Colombia, fue declarado Reserva de Biosfera en 1982, y patrimonio mundial natural por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en 1981.

El occidental Parque La Amistad, compartido por Panamá y Costa Rica, es patrimonio mundial natural desde 1990.

Las selvas vírgenes asentadas en ambos parques albergan seis especies de felinos: el jaguar (Panthera onca), el puma (Felis concolor), el ocelote o manigordo (Felis pardalis), el león breñero (Felis yagouaroundi), el tigrillo (Felis tigrina) y el caucel (Felis wiedii). Todas en peligro de extinción.

”El acuerdo inaugurará el primer sitio para la conservación e investigación a largo plazo del felino” en América Central, indicó Fernández.

”Además abre grandes oportunidades a la investigación científica de la especie, de sus presas y del ecosistema”, pues el uso de equipo electrónico para ubicación, como radio-collares, hará posible seguir los pasos de algunos ejemplares, abundó.

Funcionarios del gobierno panameño recibirán capacitación y asesoría técnica para participar en el proyecto, dijo a Tierramérica Eduardo Carrillo, coordinador del Programa de Conservación del Jaguar para Mesoamérica de la WCS.

El plan de conservación permitirá mejorar el escaso conocimiento sobre el carnívoro más importante del llamado neotrópico, que abarca desde el sur de México hasta el norte de Argentina, afirmó Carrillo. Por ejemplo, se desconoce la población total de jaguares en la región, explicó.

”La presencia del jaguar es un síntoma inequívoco de que el ecosistema está bien de salud, ya que el felino mantiene el equilibrio de otras poblaciones de animales”, explicó Carrillo, también investigador de la Universidad Nacional de Costa Rica.

El jaguar se alimenta de caimanes, monos, cocodrilos, tortugas de agua y tierra y peces, y regula las poblaciones de esas especies.

De la extinción de especies como el jaguar ”se derivan extinciones secundarias, y ese proceso se refleja en la transformación de la estructura y composición de los bosques”, destacó.

Para el especialista, es esencial el manejo de corredores biológicos que permitan el desplazamiento de los felinos y sus presas.

La protección de esas grandes áreas es el factor crítico de los esquemas de conservación del felino, pues territorios reducidos impiden alimentar a una saludable población de jaguares, explicó.

El existencia del jaguar está amenazada por la deforestación, en particular porque la pérdida de áreas boscosas diezma las poblaciones de especies que le sirven de alimento.

En Dairén y la Amistad será investigada la relación entre el jaguar y la fauna que integra su dieta. Carrillo señaló que el felino sufre además el embate de ganaderos, quienes le disparan cuando ronda por alguna propiedad privada.

El jaguar está incluido en el apéndice I del Tratado de Comercio Internacional de Vida Silvestre, lo que significa que es ilegal comercializar su piel o cualquier otra de sus partes. Sin embargo, los cazadores furtivos proliferan, señaló Carrillo.

El jaguar llega a pesar hasta 150 kilogramos. Solitario, salvo en su periodo de reproducción, posee hábitos nocturnos. La agudeza de sus sentidos del olfato y el oído y sus habilidades para correr, trepar árboles, nadar y moverse agazapado tras una presa lo convierten en excelente cazador.

El WCS mantiene en Costa Rica desde 1999 un programa de conservación de jaguares, y lleva a cabo otros pequeños proyectos para la supervivencia del felino en la Reserva Indio Maíz, al sur de Nicaragua y fronteriza con Costa Rica, y en la biosfera del Río Plátano, principal reserva natural de Honduras.

Especialistas de WCS y de México comenzaron en junio a trazar planes de apoyo para la conservación de felinos en la reserva de Sian K'aan, en la sudoriental península mexicana de Yucatán.

* Publicado originalmente el 28 de junio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (

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