HAITI: En busca de una salida caribeña a la crisis

Jefes de gobierno del Caribe intentarán esta semana en Bahamas abrir un camino hacia el fin de la crisis política en Haití, al reunirse con líderes opositores.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió el mes pasado al primer ministro de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, gestiones para alcanzar un acuerdo entre el presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide y la oposición.

Como respuesta, líderes políticos del Caribe se reunirán dos días a partir de este martes en Nassau con dirigentes de la oposición haitiana.

En el centro de la crisis está Aristide. La oposición pide la renuncia del presidente, quien, a su vez, ofrece elecciones para julio, a pesar de que su periodo concluye en 2006.

Aristide fue derrocado por un golpe militar en 1991, nueve meses después de alcanzar por primera vez el gobierno, y restaurado en el poder en 1994 por 21.000 soldados estadounidenses, en una operación que costó 1.000 millones de dólares al gobierno de Bill Clinton.

Pero la ayuda de Washington se redujo en los últimos años, mientras la economía de Haití, el país más pobre de América, tambaleaba aun más y la crisis política se agravaba.

La Organización de Estados Americanos (OEA) se hizo cargo del patrocinio de las negociaciones, pero sin frutos. Ahora es el turno de la Comunidad de Naciones del Caribe (Caricom).

La reunión en Nassau, a la que asistirán como observadores el primer ministro canadiense Paul Martin y altos funcionarios estadounidenses, transcurre mientras las violentas manifestaciones en Haití para exigir la renuncia de Aristide se generalizan de las ciudades a zonas rurales.

Las protestas, los gases lacrimógenos y los disparos son el pan de cada día en Puerto Príncipe. Más de una docena de radioemisoras quedaron fuera del éter, a veces por la demolición intencional de sus antenas transmisoras, a veces porque se redujo sus edificios a cenizas.

Cada semana aumenta el saldo fatal de la crisis. Medio centenar de personas murieron en actos de violencia política en los últimos cuatro meses. La mayoría son opositores abatidos por policías y, en ocasiones, por simpatizantes de Aristide que han operado con impunidad.

Pero los disparos mortales también partieron de filas opositoras. Las manifestaciones son seguidas por cámaras de la televisión extranjera que compiten por la mejor ubicación.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional sostuvo, en una carta dirigida esta semana al presidente haitiano, que el gobierno y la policía ”no deben tolerar más estos abusos.

La oposición atribuyó a un fraude el triunfo arrollador del gobernante partido Lavalas en las elecciones parlamentarias de 2000, y por eso postuló la abstención en las presidenciales de ese mismo año, también ganadas por Aristide, cuyo periodo de gobierno concluye en 2006.

Desde entonces, donantes internacionales presionan sin éxito a las dos partes para que ambas partes lleguen a un acuerdo.

El gobierno afirmó que la oposición promueve un golpe de estado porque teme comparecer a elecciones. Los opositores replicaron que el gobierno de Aristide es ilegal.

Washington y la Unión Europea (UE) continúan reclamando elecciones. Aristide anunció en la Cumbre de las Américas celebrada la semana pasada en Monterrey, México, que habría comicios a fines de julio.

En los últimos tres años hubo una plétora de negociaciones: más de dos docenas de misiones de la OEA, una de ellas con un presupuesto de seis millones de dólares, y reuniones patrocinadas por embajadores, entre ellos el Nuncio Papal.

Estados Unidos adhirió al llamado a un compromiso formulado por la Iglesia Católica el año pasado. Pero este martes los obispos retiraron su exhortación, a causa, afirmaron, de las constantes violaciones de derechos humanos.

”Creemos sinceramente que este es tiempo de que cada actor tome una decisión personal, corajuda y patriótica para que el país evite una catástrofe irreparable”, indicaron los religiosos en una declaración.

En las últimas semanas, muchos sacerdotes y varios obispos pidieron personalmente a Aristide, el mismo un ex clérigo católico, que renuncie.

Ahora es el turno de Manning y otros líderes de Caricom. Bush le dijo a Aristide que la iniciativa regional ”es su última oportunidad”, según confió el canciller trinitario Knowlson Gift al diario Trinidad Express.

Pero lo que se anunció originalmente como un cónclave entre Aristide y sus detractores se transformó en una reunión entre funcionarios extranjeros y opositores haitianos.

”No vamos a negociar. Vamos a decir nuestra versión y a explicar por qué no negociamos con Jean-Bertrand Aristide”, dijo el coordinador de la Plataforma Democrática de la Sociedad Civil y de Partidos Políticos Opositores, el industrial Charles Baker,

De todos modos, ”no creo que la reunión en Nassau cambie mucho” la situación, dijo el secretario general de la Plataforma Haitiana de Organizaciones de Derechos Humanos, Eliphaite St. Pierre. (

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe