CAMBIO CLIMATICO: El día después de pasado mañana

El filme ”El día después de mañana”, estrenado en Argentina antes que en Estados Unidos, ayuda más que cualquier campaña a difundir los efectos del cambio climático, dijo a IPS un espectador, quien es además organizador de la X Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático a celebrarse en diciembre en Buenos Aires.

Aunque los desastres naturales súbitos de la ficción parecen improbables, ”esta película va a servir para que la gente entienda mejor de qué estamos hablando, y en ese sentido ayuda más que cualquier campaña”, dijo el director de Asuntos Ambientales de la cancillería argentina, Raúl Estrada Oyuela, quien trabaja en los preparativos de la cita, que será entre el 6 y el 17 de diciembre.

La reunión de la que participarán gobiernos de todo el mundo, se concentrará en las medidas para mitigar el recalentamiento global y adaptar países y regiones al ya inevitable cambio climático que se expresa en olas de calor, lluvias intensas, sequías y derretimiento de los glaciares, entre otros fenómenos.

”El día después de mañana”, una producción estadounidense de ciencia-ficción dirigida por el cineasta alemán Roland Emmerich, muestra consecuencias catastróficas del cambio climático.

Se expone así un hemisferio Norte acosado por una improbablemente brusca glaciación, tormentas con granizo, precipitaciones violentas, huracanes, maremotos, migraciones y todo tipo de catástrofes.

El tono apocalíptico remite a un informe técnico real -elaborado por encargo del Departamento de Defensa de Estados Unidos y difundido en febrero- que señala el riesgo de una verdadera catástrofe mundial en 20 años, con guerras y desastres naturales, debido a una manifestación abrupta del cambio climático.

La mayoría de los científicos estima que el cambio climático en marcha es debido a la acción humana, en especial a las emisiones de gases por la combustión de petróleo, carbón y gas en industrias y el transporte.

El estudio del Pentágono, filtrado a la prensa, sugería la destrucción de barreras costeras en países del norte europeo, conflictos por el control de recursos escasos, aumentos de temperatura en Estados Unidos y Europa, un clima inusualmente frío en Gran Bretaña y una enorme elevación del nivel del mar en costas asiáticas.

Estrada, quien vio la película el sábado, dos días después de su estreno en Buenos Aires, coincide con otros expertos en señalar aspectos de ficción del filme: el recalentamiento global es gradual y la hipótesis de ”El día después…” sólo podría materializarse en unos 1.000 años, siempre y cuando no se adoptara ninguna medida de mitigación, lo cual también es improbable.

”No parece razonable ese cambio súbito en tan breve plazo”, comentó.

Sin embargo, añadió, el filme aporta muchos datos reales que serán aprovechados en la próxima conferencia a celebrarse en Buenos Aires.

”En el cine, la gente reacciona con mucho interés, vi al público aplaudir de pie, y eso va a ser muy útil, porque el clima es percibido como un tema remoto, distante, y no se lo relaciona con cambios que ya se están dando”, dijo.

Los científicos estiman que en 2100 la temperatura promedio habrá aumentado entre 1,5 y 5,8 grados, y que el nivel del mar se habrá elevado entre 0,08 y 0,88 metros, debido al derretimiento de los glaciares.

Así lo sintetizó para IPS el experto Robert Watson, director del Departamento de Ambiente del Banco Mundial y ex presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, cuando visitó Buenos Aires en abril.

A diferencia de lo que muestra el filme, los más afectados por el recalentamiento global serán los países en desarrollo, coinciden en señalar los científicos.

Los cambios ya se ven en el aumento de la frecuencia de las precipitaciones fuertes y otros fenómenos que difícilmente el público relacione con el problema global del cambio de clima, dijo a IPS Osvaldo Canziani, coordinador de una reunión de 49 expertos internacionales que debatieron el mes pasado los efectos de la temperatura elevada en la salud, las cosechas, el acceso al agua y la biodiversidad.

En este sentido, la película es un instrumento útil.

Estrada Oyuela destacó, por ejemplo, el momento en que el paleoclimatólogo Jack Hall (interpretado por Dennis Quaid), advierte sobre los efectos del cambio climático en un futuro cercano.

”La respuesta política se parece mucho a la actual posición del gobierno de Estados Unidos, que es de una gran imprudencia”, criticó Estrada Oyuela.

El funcionario fue uno de los protagonistas de las negociaciones internacionales que llevaron a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en 1994, y al diseño del Protocolo de Kyoto, en 1997, que establece compromisos de los países industriales para reducir las emisiones de gases que causan el recalentamiento.

Estados Unidos, responsable de 24 por ciento de las emisiones de gases invernadero, se retiró del Protocolo de Kyoto y rechaza cualquier acuerdo obligatorio para reducir la contaminación por estas sustancias.

”El científico (protagonista del filme) señala claramente que para evitar el recalentamiento se deben reducir las emisiones, y al final hay otro mensaje importante: el costo de no actuar para detener el calentamiento es mayor al de tratar de atenuarlo”, comentó Estrada Oyuela.

En noviembre, mientras Estrada Oyuela participaba de un seminario sobre clima en la estadounidense Universidad de Columbia, algunos expertos le comentaron que habían sido consultados por los productores del filme, en busca de fundamentos científicos que dieran consistencia a la ficción.

Es probable que esas consultas hayan servido para que la película tuviera un ”mensaje ecologista”, que ahora intenta ser explotado por quienes desde hace años advierten sobre las consecuencias negativas del efecto invernadero.

En eso están organizaciones como Greenpeace y dirigentes políticos como el ex vicepresidente estadounidense Al Gore (1993-2000), quien critica al presidente George W. Bush por rechazar el Protocolo de Kyoto.

El estreno del filme fue precedido en Estados Unidos por una campaña de la no gubernamental MoveOn.org, que organizó una conferencia de Gore al respecto.

Los activistas distribuyeron panfletos en las salas de cine, con el mensaje ”Global Warning is not just a movie, it's your future” (el recalentamiento global no es sólo una película, es tu futuro).

Allí se explican brevemente los fundamentos del problema ambiental y se acusa a Bush de ser el principal responsable de una eventual catástrofe climática.

El Protocolo de Kyoto, único instrumento internacional para detener la emisión de gases invernadero, requiere para entrar en vigor la ratificación de naciones del Norte industrial responsables de 55 por ciento del total mundial de emisiones. Hasta ahora, las ratificaciones dan cuenta de 44 por ciento de esas emisiones.

Si Estados Unidos se sumara, se superaría 80 por ciento, y si lo hiciera Rusia, se lograría 61 por ciento. En ambos casos el Protocolo se convertiría en obligatorio.

Según MoveOn.org, la película ”pone nerviosa a la administración Bush, que querría que nadie la viera”.

La organización considera que el filme representa ”una oportunidad sin precedentes” para hablar a 20 millones de estadounidenses -el público esperado en las salas de cine de ese país- acerca de los peligros reales del cambio climático, y para presionar por medidas de reducción de emisiones dañinas.

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