HAITI: Ayuda económica gotea sobre la inundación

Los fondos externos empiezan a fluir con lentitud hacia el nuevo gobierno de Haití, el país más pobre, con ambiente más degradado, menos electricidad, más enfermedades, menos educación y más desempleo de América. Por si fuera poco, ahora inundado.

Las lluvias torrenciales de esta semana en la caribeña isla La Española, que Haití comparte con República Dominicana, causaron el desborde de los ríos, inundando campos cultivados y pueblos enteros. Se calcula que más de 800 personas murieron y unas 13.000 están desaparecidas en toda la isla.

En estas circunstancias, la ayuda económica es más necesaria que nunca. La Unión Europea (UE) prepara paquetes de ayuda valorados en 2,43 millones de dólares, y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas anunció una asistencia urgente de 200.000 dólares.

En cuanto a la ayuda prometida antes del desastre a Haití, los fondos ”no llegan con la rapidez que deseamos, ni en la cantidad que esperamos, pero llegarán”, dijo a IPS el ministro de Economía y Finanzas, Henri Bazin.

La UE, Francia (la antigua potencia colonial), Estados Unidos y otros países industrializados prometieron asistencia y donaciones por un total de 200 millones de dólares en las últimas semanas. Esto se suma a una promesa de 350 millones de dólares en créditos del Banco Interamericano de Desarrollo.
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Bazin y otros ministros del gabinete del primer ministro Gerard Latortue han estado en su cargo sólo dos meses y medio desde la caída del gobierno de Jean-Bertrand Aristide, en medio de una virtual guerra civil. El actual gobierno interino será sustituido tras elecciones en 2005.

Pero para la gran mayoría de los ocho millones de habitantes de Haití, que sufren el constante aumento de los precios de los alimentos y las medicinas, la acumulación de basura en las calles, los constantes apagones y la criminalidad impune, dos meses y medio parecen años.

Las inundaciones de esta semana dejaron en Haití más de 300 muertos o desaparecidos, arrastrados por el agua o atrapados bajo el lodo, que obstaculiza las calles.

”Los extranjeros dijeron que nos ayudarían una vez que se fuera Aristide, pero hasta ahora sólo hemos tenido más sufrimiento”, dijo a IPS Ernst Pierre, un agricultor, sentado sobre lo que quedó de un muro de la casa de su vecino, en la localidad de Fond Verettes.

Según autoridades locales, 158 personas, incluso un ex parlamentario, fueron arrastrados por las aguas sólo en esa localidad. El río devastó el valle y se llevó hasta 500 casas, según funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas.

Esta es la tercera vez que Fond Verettes es diezmado por lluvias torrenciales. La localidad está situada debajo del Parque Forestal de Pinos, uno de los tres grandes parques de Haití, donde ha tenido lugar una tala descontrolada.

Una donación de 22,5 millones de dólares del Banco Mundial para proteger los parques fue en gran parte dilapidada y finalmente cancelada, cuando evaluadores de esa institución financiera concluyeron que se habían gastado 14 millones de dólares en proyectos insustentables.

”El bosque allá arriba ha sido completamente destruido”, declaró el primer ministro Latortue a la prensa durante una visita a lo que quedó de Fond Verettes.

”Debemos atacar la raíz del problema, y la raíz del problema es que debemos reforestar el monte. A menos que lo hagamos, este desastre volverá a ocurrir cada dos, tres o cuatro años, después de lluvias fuertes”, advirtió.

Muchos donantes bilaterales y multilaterales retuvieron préstamos y donaciones a Haití desde fines de los años 90, antes de que Aristide asumiera en 2001 su segundo mandato. El ex sacerdote católico había sido elegido por primera vez en 1990, transformándose en el primer presidente elegido democráticamente en esta antigua colonia de esclavos que obtuvo la independencia de Francia hace 200 años.

Derrocado en 1991, fue reinstituido en el gobierno en 1994 para terminar su mandato hasta 1995, debido a presiones internacionales, y comenzó en 2000 un segundo mandato que fue interrumpido el pasado febrero.

Según Estados Unidos, Aristide renunció por propia voluntad porque su seguridad no estaba garantizada, pues insurgentes armados avanzaban sobre Puerto Príncipe luego de semanas de violencia en el interior del país. Pero el ex gobernante asegura haber sido depuesto y secuestrado por tropas estadounidenses que le obligaron a firmar una carta de renuncia.

Donantes y prestamistas estaban decepcionados con la gestión de Aristide y la de su predecesor, René Préval, por su supuesta tolerancia a la corrupción y mala administración y por los continuos disturbios políticos y violaciones a los derechos humanos.

Así, unos 500 millones de dólares en ayuda fueron bloqueados, y decenas de millones más reencauzadas hacia organizaciones no gubernamentales. Aristide acusó a gobiernos extranjeros e instituciones multilaterales de socavar en forma deliberada su gobierno mediante un ”embargo de ayuda”.

Las recientes promesas de donantes del Norte indican que ese ”embargo” estaría por terminar.

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