ELECCIONES-EEUU: Democracia con urnas de barro

El sistema electoral estadounidense adolece de falta de transparencia y de debilidades técnicas que pueden ser utilizadas para manipular la soberanía popular, advirtió el director de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Manuel Antonio Garretón.

”Un cientista político francés definió la democracia como el sistema en que nadie detenta el poder”, sostuvo Garretón, quien intervino como observador en las elecciones generales de Estados Unidos, celebradas el martes.

Aunque el Estado ejerza el poder, explicó, ”puede ser regulado por la ley y por la soberanía popular a través de las elecciones”.

Durante varios días en que presenció el transcurso de la campaña electoral y los comicios, Garretón concentró su actividad en los circuitos de votación y las oficinas públicas a cargo del proceso en el sur del sudoriental estado de Florida.

El experto chileno participó en una delegación de observadores internacionales denominado Fair Election International 2004, un proyecto de la organización de derechos Humanos Global Exchange, que tiene su sede en la sudoccidental ciudad estadounidense de San Francisco.

La misión de Fair Election International 2004, que incluyó expertos de Gran Bretaña, México, Nicaragua y Sudáfrica, también observó las elecciones en Ohio y Missouri.

En el vestíbulo de un hotel del centro de Miami, este analista chileno, que ha dictado clases en varias universidades europeas y estadounidenses, consideró que la controversia de las elecciones de 2000 tuvieron un enorme impacto en la sociedad.

”Un sistema al que se suponía un ejemplo para el mundo mostró debilidades que podrían ser manipuladas para eludir la soberanía popular, falta de transparencia e importantes errores técnicos”, dijo Garretón.

Estos problemas dañaron la credibilidad de la democracia estadounidense ante el mundo. Desde entonces, los políticos y la sociedad civil han hecho grandes esfuerzos para corregirlos.

”Creo que la alta asistencia a las urnas de las últimas elecciones fue un acto de afirmación del proceso electoral, no en un sentido partidista sino hacia su corrección. Me gustó el espíritu prevaleciente en todos los bandos de que cada voto cuenta y de que cada voto debe ser contado”, sostuvo Garretón.

El experto también mencionó el financiamiento público de las elecciones y la regulación de los gastos de campaña, como prevaleció en el estado de Arizona, como un avance de la democracia del que podrían aprender.

A pesar de los esfuerzos de los votantes y de las autoridades electorales, los problemas técnicos persistieron en 2004.

Garretón mencionó, entre otros inconvenientes, la confusión acerca de las hojas de votación provisionales y de ausentes, y el tiempo excesivo que insumía el ejercicio del derecho.

Otros observadores internacionales consideraron que las largas colas pueden desalentar a los votantes, muchos de los cuales están apurados por volver a su lugar de trabajo.

La espera en algunos circuitos de Miami fue de dos horas o más. Un observador británico consideró que los votantes se quejan si deben esperar más de 15 minutos.

Garretón propuso dos medidas prácticas para aliviar la presión del tiempo sobre los votantes: celebrar las elecciones nacionales en una jornada diferente a las locales y decretar el día de los comicios feriado nacional.

”En Chile y en buena parte del resto del mundo, la celebración de elecciones en un feriado especial marca su importancia ante la sociedad” y permite que los trabajadores voten sin perder un día de salario, explicó..

Pero Garretón manifestó preocupación por cuestiones más estructurales e institucionales, derivadas parcialmente de la descentralización de los sistemas electoral y de gobierno de Estados Unidos.

En este país, el triunfante en elecciones presidenciales debe obtener al menos 270 votos de los 538 del Colegio Electoral. Es posible que un presidente resulte elegido con menos sufragios que su rival, porque el ganador en un estado, por pequeña que sea la diferencia, se lleva todos los votos que le corresponden a esa jurisdicción en el Colegio.

Este sistema, según Garretón, no es completamente democrático porque los votos de diferentes estados no tienen el mismo peso. ”Lo que sucedió en 2000, cuando el voto popular y el voto electoral discordaron, fue muy malo”, afirmó.

Hace cuatro años, el entonces vicepresidente Al Gore obtuvo medio millón más de votos que el actual presidente George W. Bush, pero el triunfo no le correspondió dado el peculiar sistema electoral indirecto estadounidense.

La ventaja de Bush radicó en 537 cuestionados votos en el sudoriental estado de Florida, validados por la Corte Suprema de Justicia.

Las elecciones de presidente y vicepresidente deberían ser directas y apelar al sistema más representativo, indicó Garretón. En caso de que se mantenga un sistema indirecto, los escaños en el Colegio Electoral deberían asignarse de manera proporcional, agregó.

Por otra parte, ”aun cuando no haya abuso de poder, el sistema electoral no debe sólo ser independiente sino parecerlo”, sostuvo.

México pudo celebrar elecciones relativamente democráticas luego de 70 años de gobierno de un solo partido porque ahora cuenta con una comisión electoral no partidaria y autónoma, según Garretón.

”Estados Unidos podría beneficiarse del fortalecimiento de la autonomía de las autoridades electorales”, así como unificando los criterios aplicados en el acto electoral armonizando regulaciones nacionales, estaduales y locales, consideró.

Muchos ciudadanos no se registran como votantes, por lo que todas las elecciones son decididas por alrededor de la mitad de los que podrían participar, es decir que una pequeña minoría determina el resultado, dijo Garretón.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe