DERECHOS HUMANOS: Adolescentes en el olvido

Cuando funcionarios de la fiscalía de Río de Janeiro, Brasil, realizaron una inspección sorpresiva en un centro de detención de menores infractores, encontraron a 13 adolescentes encerrados en una pequeña celda sin ventilación.

”Los guardias los habían golpeado reiteradamente, y muchos de los adolescentes tenían problemas respiratorios y dermatológicos como consecuencia de su confinamiento”, contaron los funcionarios a la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York.

”Los centros de detención de menores de Río de Janeiro están hacinados, sucios y son violentos. En ningún sentido protegen los derechos humanos básicos de los jóvenes. Las golpizas por los guardias son comunes”, concluyó HRW en un informe lanzado esta semana.

Este tipo de maltrato no es exclusivo de Brasil ni del mundo en desarrollo, observa otro informe publicado en noviembre, que lamenta la falta de progreso de la comunidad internacional hacia la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

”Más de un millón de niños y adolescentes de todo el mundo están recluidos, en su mayoría bajo arresto o a la espera de juicio”, dice el informe de la organización de desarrollo Plan International, titulado ”I'm a Teenager. What Happened to My Rights?” (”Soy adolescente. ¿Dónde están mis derechos?”)
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”Un importante número de adolescentes tras las rejas ni siquiera han cometido un delito, sino faltas menores que en general no implican ninguna pena si las comete un adulto, tales como mendicidad, vagancia y consumo de alcohol”, dice el informe.

El informe fue lanzado 15 años después de la entrada en vigencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, en un esfuerzo por evaluar cómo fue afectada la primera generación que creció bajo la vigencia de ese tratado.

El documento destaca que la población actual de adolescentes (de 10 a 19 años) es la mayor de la historia, ya que suma 1.300 millones de personas, señaló Carol Wilding, presidenta y directora general de Foster Parents Plan, filial canadiense de Plan, con sede en Gran Bretaña.

”Lamentablemente, disfrutar de la infancia y adolescencia es un lujo en la mayoría de los países en desarrollo, donde esos menores deben asumir el papel y las responsabilidades de un adulto, física, emocional y económicamente, pero no están preparados para eso”, dijo a IPS.

Wilding recordó a una niña de 11 años que conoció en Malawi, cuyos padres habían muerto de sida y que no tenía hermanos. ”Tiene 11, pero parece de 50 años. Fue privada de sus padres y de su infancia, y ahora cuida de su abuela, enferma de lepra”, contó.

El desafío en el Norte industrial es diferente, pero no menos abrumador, señaló. En general, ”en el Norte hay muchas enfermedades causadas por excesos, y en el Sur, por la pobreza”, dijo.

Según el informe de Plan, ”la actual generación de adolescentes del mundo industrializado se convertirá en la generación adulta más obesa e infértil de la historia de la humanidad, advierten médicos”.

”Los hábitos de alimentación, bebida, prácticas sexuales, consumo de drogas y tabaquismo de los adolescentes están creando una bomba de tiempo en la salud pública”, agrega.

Los adolescentes de países ricos tampoco escapan al maltrato. ”En 1999, se informó que menores detenidos en el Centro de Detención de la Ciudad de Baltimore, Estados Unidos, estaban confinados en celdas oscuras e infestadas de cucarachas y roedores”, recuerda el informe.

”Las esperanzas de los adolescentes -algo que tienen en abundancia- se estrellan contra las rocas de la realidad”, lamenta Plan.

La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por 192 países (con la ausencia notable de Estados Unidos), garantiza a los menores de 18 años el derecho a la proteción contra toda forma de violencia física o psicológica, la mejor asistencia de salud posible, la educación, el descanso y el esparcimiento.

Además, establece que sólo se puede detener a niños o adolescentes de acuerdo con la ley y ”como último recurso”.

Según el informe de Unicef sobre El Estado Mundial de la Infancia, publicado el jueves, ”hubo avances significativos desde la adopción de la convención en cuanto a la supervivencia, la salud y la educación de los niños… y un creciente reconocimiento de la necesidad de protegerlos de la explotación, el abuso y la violencia”.

”Sin embargo, en varios países y regiones, algunos progresos corren riesgo de revertirse a causa de la pobreza, las guerras y el VIH/sida”, advirtió la agencia de la ONU en la víspera del Día Internacional de los Derechos Humanos, celebrado cada 10 de diciembre.

Pero no todas son malas noticias para los adolescentes, según Plan.

Wilding señaló como ejemplo positivo el programa Jóvenes Constructores de Paz, de Colombia, dirigido a ”adolescentes que viven día a día en un ambiente muy violento”.

Bajo ese programa, grupos de jóvenes educan a otros jóvenes sobre sus derechos, incluido el de no sufrir abusos ni ser colocados en situaciones de violencia.

”Cuando esos niños y muchachos captan el mensaje, su comportamiento cotidiano cambia radicalmente, al punto de que se transforman en mediadores de paz en el patio escolar”, señaló Wilding.

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