ALIMENTACIÓN: Ayuda para mejorar producciones de arroz

República Dominicana, Costa Rica y Colombia prueban variedades cubanas de arroz tolerantes a un ácaro causante de grandes pérdidas de granos, a través de la Red Latinoamericana de Mejoramiento de ese cereal.

El Steneotarsonemus spinki, plaga, que merma el desarrollo de los granos en la vaina y hace que se desprendan antes de su formación, además de pudrir la paja de la planta, provocó en 1997 que la cosecha cubana disminuyera más de 35 por ciento.

Posteriormente, los daños se redujeron gracias a la aplicación de un programa de variedades tolerantes a ese microorganismo y nuevos métodos en el manejo agrícola, diseñados por especialistas cubanos.

Rubén Alfonso Caballero, director del gubernamental Instituto de Investigaciones del Arroz (IIA), dijo esta semana a periodistas que varios países de América Latina y el Caribe están interesados en esa metodología del país.

Por ahora, expertos de la isla enviaron 120 variedades cubanas a Costa Rica para probar cuáles se comportan mejor allí ante la presencia del ácaro del arroz. A su vez, República Dominicana y Colombia recibieron 87 y 84 muestras de material genético, respectivamente.

Caballero informó que en países como Panamá, Costa Rica y Nicaragua se pronostican mermas en la cosecha de arroz por esta plaga, de 30, 40 y 20 por ciento, respectivamente, en tanto Colombia, el segundo productor de arroz de la región, también reportó la presencia del ácaro.

Este dañino microorganismo del arroz se desarrolla dentro de la vaina. Por lo tanto, combatirlo con insecticidas implicaría usar productos químicos de alto costo que penetren en la planta.

El experto explicó que ese tipo de productos está proscrito en la agricultura cubana por el nivel de toxicidad que llega al suelo y el daño que origina en otros microorganismos beneficiosos.

El control de la plaga no se realiza sólo mediante variedades tolerantes, sino también con cambios en la tecnología agrícola. Se conoce que la presencia del ácaro aumenta de marzo hasta noviembre, lo cual se tiene en cuenta para sembrar.

Entre las tecnologías de manejo integrado de plagas desarrolladas en el centro científico cubano está, además, el manejo integrado del Sogatodes orizicola, un insecto cuyo control costaba más de un millón de dólares anuales en insecticidas químicos.

A la vez, Cuba participa, junto con otros seis países, en un programa de biofortificación del grano de arroz, mediante el aumento de sus contenidos de hierro y zinc (que descienden después del pulido), desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Los estudios son dirigidos por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat), con sede en Colombia.

Se calcula que 75 por ciento del alimento de las poblaciones de África y Asia depende del arroz, y la carencia de hierro provoca anemia en los habitantes de estos dos continentes.

En cambio en Cuba, donde el consumo medio por habitante de arroz es unos 60 kilogramos anuales, los granos se comen muy a menudo mezclados con frijoles, que añaden valor nutritivo.

Otro proyecto de la FAO asumido por científicos cubanos apunta a perfeccionar las semillas dentro del movimiento popular de producción de arroz, que involucra a unos 190.000 pequeños agricultores del país.

En la actualidad, alrededor de la mitad de las investigaciones que se realizan en el IIA están dirigidas a elevar la eficiencia de esos campesinos, cuya producción ha disminuido este año a causa de la sequía.

Estos productores siembran arroz en más de 170.000 hectáreas y se benefician gratuitamente de los resultados científicos del IIA, mediante diversos programas de capacitación que incluyen el empleo de técnicas sostenibles en el grano.

Las granjas estatales y los pequeños agricultores cosecharon en 2004 sólo algo más de 260.000 toneladas de arroz, cuando en la zafra anterior se habían recogido 320.000 toneladas.

El IIA obtuvo tres variedades tolerantes a la sequía y a las condiciones de una agricultura sostenible sin el uso de químicos, aseguró Caballero.

Cuba tiene proyectos de colaboración técnica en el arroz con Vietnam y Japón, países donde los rendimientos son altos y se siembran millones de hectáreas.

Los arroceros de Vietnam sobrepasan las seis toneladas por hectárea y en ese país se siembran, cada año, más de 7.400.000 hectáreas. En China, los agricultores obtienen de 5,8 a 6 toneladas por hectárea en una superficie de más de 20 millones de hectáreas.

El arroz es el alimento básico de más de la mitad de la población del mundo. La FAO prevé que para 2030 la demanda del grano será 38 por ciento mayor que el volumen producido anualmente en el periodo 1997-1999.

Para satisfacer la demanda futura se requieren nuevos métodos y técnicas de producción, ya que los recursos de tierras y agua están bajo fuerte presión.

Organismos internacionales prevén que mejorar la producción arrocera en cantidad y calidad contribuirá al cumplimiento de la segunda de las Metas de Desarrollo del Milenio establecidas por Naciones Unidas: lograr que en 2015 la proporción de la población mundial que sufre hambre sea la mitad que en 1990.

Cuba será sede, del 6 al 10 de junio, del III Encuentro Internacional del Arroz, convocado para propiciar la transferencia de tecnologías, estimular la actualización de los conocimientos y su evaluación, y enriquecer la diversidad genética en este cultivo.

Organizadores de la cita consideran que será propicia para que investigadores, productores y ejecutivos relacionados con ese cultivo en diferentes partes del mundo, y especialmente en América Latina y el Caribe, debatan y profundicen sobre las experiencias de producción del grano a partir de métodos sostenibles.

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