CANADÁ: Rechazo a casamiento gay galvaniza a derecha religiosa

Canadá es hoy uno entre cuatro países cuyos parlamentos han consagrado el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero los religiosos conservadores advierten que no dan la batalla por perdida.

La Cámara de los Comunes (baja) de Canadá aprobó esta semana, por 158 votos a favor y 133 en contra, una ley que amplía la tradicional definición de matrimonio como unión entre un hombre y una mujer para incluir parejas de homosexuales y lesbianas.

Ahora le toca el turno al Senado, que en la historia de Canadá en muy raras ocasiones ha rechazado un proyecto aprobado por los Comunes, la última vez en 1991.

Este jueves terminó el proceso de aprobación de una ley similar en España, que aguarda por la abrogación presidencial. Bélgica y Holanda son los restantes países que prevén la constitución legal y reconocida de matrimonios entre personas del mismo sexo.

De todos modos, miles de parejas de homosexuales y lesbianas ya se casaron en Canadá desde 2003, desde que el Tribunal de Apelaciones de la provincia de Ontario dictaminó que la ley civil sobre matrimonio no podía discriminar a parejas del mismo sexo.

Este vínculo tiene fuerza legal en las provincias de Ontario, Columbia Británica, Quebéc, Manitoba y Yukon, en las que viven más de dos tercios de los habitantes de Canadá. E incluso el año pasado se registró en Toronto el primer caso mundial de divorcio de una pareja del mismo sexo, en este caso de mujeres.

Comunidades cristianas evangélicas, judías, musulmanes y sijs realizaron actos en varias ciudades canadienses en contra de la ley aprobada esta semana, y se mantendrán unidas para presionar contra cualquier ”incursión” en su fe, anunció Charles McVety, presidente del Canada Christian College, universidad que forma a clérigos evangelistas.

De tradición apolítica, los religiosos conservadores canadienses procuran hoy mayor atención de los partidos. ”Podemos tener un mayor impacto involucrándonos en los partidos políticos”, dijo McVety.

En ese sentido, los candidatos del opositor Partido Conservador en las elecciones parlamentarias previstas para este año tienen, en general, una fuerte formación cristiana.

”Uno puede convertirse en legislador con unos pocos cientos de votos” para la nominación partidaria a nivel local, según el religioso.

Otra señal de la renovada fuerza es la presencia creciente de la organización de la derecha cristiana estadounidense Focus on the Family, que ha instalado una oficina en Ottawa.

Pero el vínculo entre la derecha cristiana y el Partido Conservador, que dio la lucha contra el matrimonio entre homosexuales en la Cámara de los Comunes, pone en riesgo las posibilidades que ese partido tiene de prevalecer en las elecciones sobre el Partido Liberal, que gobierna en minoría, según el columnista John Ibbitson, del diario The Globe and Mail.

”Un conservadurismo saludable promueve la continuidad de la civilización, la importancia de la comunidad, los peligros del cambio insensato. No reafirma, y no debería hacerlo, el derecho de varones blancos, cristianos y heterosexuales de cierta edad a limitar los derechos del resto de la gente”, observó Ibbitson.

Al contrario que los estadounidenses, los canadienses muestran incomodidad ante la agresiva agenda política de la derecha cristiana, dijo a IPS el escritor y columnista Murray Dobbin.

”La cultura política canadiense se vuelve más y más secular con el paso de los años, especialmente si se la compara con Estados Unidos, donde cada vez aparecen más cristianos renacidos”, sostuvo Dobbin.

Por otra parte, el cientista político Jonathan Malloy, de la Universidad de Carleton, consideró que la alianza multicultural de conservadores sociales no tiene muchas posibilidades de sostenerse.

”Los grupos no cristianos han sido reticentes a aliarse con los evangelistas y aun a confiar en ellos. El principal problema es el de la diversidad y la tolerancia”, dijo Malloy.

A muchos musulmanes les incomoda la idea del matrimonio homosexual, pero el acoso del que son objeto por parte de Estados Unidos en el marco de su ”guerra contra el terrorismo” no los llevará a cambiar a los liberales ni a los Nuevos Demócratas (socialdemócratas) por los conservadores.

Es que el Partido Conservador es considerado como ”antiinmigrante”, explicó la portavoz de la filial canadiense del Consejo sobre Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR), Halima Mautbur.

Maher Arar, el ciudadano canadiense detenido por autoridades estadounidenses en un aeropuerto de Nueva York y enviado a su país de origen, Siria, donde habría sufrido torturas, fue calificado de ”terrorista” por dirigentes conservadores, recordó Maubtur.

Luego, Arar fue devuelto a Canadá por falta de pruebas de su vinculación con organizaciones terroristas.

Tampoco resulta claro que los tres millones de evangelistas puedan movilizarse como sus correligionarios estadounidenses detrás de un movimiento político de corte derechista, según Malloy.

”La evidencia dicta que los evangelistas canadienses no son tan económicamente conservadores como los estadounidenses. Los canadienses apoyan más la intervención del estado y el gasto público”, explicó.

Entre 1989 y 2002, cinco países nórdicos —Dinamarca, Noruega, Suecia, Islandia y Finlandia— aprobaron normas que reconocen a parejas de personas del mismo sexo los mismos derechos que los de los matrimonios.

Pero los primeros países que aprobaron el matrimonio entre homosexuales fueron Holanda, en 2001, y Bélgica, en 2003. En Alemania, las parejas homosexuales registradas tienen los mismos derechos sociales y de herencia que los matrimonios. La situación es similar en Gran Bretaña.

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