AMBIENTE-BRUNEI: Como pez en el agua

Pasado y presente, tradición y modernidad se combinan en un río de Brunei donde conviven un complejo comercial y lujosas residencias con una rústica aldea acuática, cuyos habitantes aprecian su vida cotidiana, aunque los jóvenes parecen empezar a ansiar la tierra firme.

En un paseo de apenas dos minutos en una lancha a motor por un río de Brunei se puede ver en sus márgenes un complejo comercial de cuatro pisos y, un poco más lejos, apartamentos deslumbrantes y bungalows con jardines bien cuidados y todos los servicios imaginables, sin que ello tiente a la mayoría de los residentes de la aldea acuática que están contentos con su vida.

Los pobladores de Kampong Ayer (aldea acuática) no están dispuestos a abandonarla para vivir en tierra firme, aun cuando un generoso sultanato, rico en petrodólares, les suministre viviendas en forma gratuita.

"Durante 400 años, generación tras generación, vivimos acá. Esta es nuestra herencia, somos propietarios y no vamos a dejar que esta comunidad muera", relató Mokti bin Salleh, jefe de Kampong Ramoi, una de las aldeas que conforman la comunidad de Kampong Ayer.

En esta comunidad, más de 25.000 personas viven en casas construidas sobre pilotes enterrados en el lecho del río.

La historia de Kampong Ayer se remonta al menos al siglo XVI. Se encontraron documentos de esa época escritos por un viajero italiano que describía una aldea sobre el agua. Se cree que durante muchos siglos esta comunidad fue un próspero centro comercial de la región.

Erigida en una porción del río Brunei que desemboca en un lago, es la mayor aldea acuática del mundo construida sobre pilotes.

Más precisamente es como una ciudad, con 28 "kampongs" (unidades) separadas que cuentan con varios servicios como escuelas, centros médicos, mezquitas, comercios, estaciones expendedoras de combustible y mercados.

Además cuenta con policía marítima, bomberos y recolectores de basura.

Asia Water Wire visitó la casa de madera de Salleh y conversó con él en su living, con aire acondicionado, y adornado con fotos de los dignatarios que lo visitaron tales como los ex presidentes Nelson Mandela, de Sudáfrica (1994-1999), el ex primer ministro malasio Mahathir Mohamad y la mandataria de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo.

Salleh relató que tiene 11 hijos y 30 nietos, algunos de los cuales viven en tierra firme. Uno de sus hijos trabaja en la sede de Londres de la Agencia de Inversiones de Brunei.

Pero el anciano jefe de la comunidad no cree que la generación joven abandone Kampong Ayer. De hecho está muy interesado en construir un museo para enseñar la rica historia de la comunidad e insta al gobierno a construir más casas modernas para ese poblado acuático.

"Antes de que en 1929 se descubriera petróleo, los habitantes de Brunei se dedicaban al comercio, pesquería y otras actividades marinas y los poblados estaban confinados a 'aldeas acuáticas', compatibles con esas tareas", relató la jefa de la sección de avalúo del Departamento de Tierras, Zarina Abu Adenan, en un documento publicado por su oficina.

"Entonces, los habitantes de Brunei no tenían tierras. Sí, poseían ríos donde ciertas clases de personas tenían derecho a recaudar impuestos por las tierras cercanas a esos ríos o de los pobladores de la orilla de los ríos", añadió.

"Algunos de los ríos podían heredarse y la gente que vivía cerca de ellos se convertían en esclavos, pues eran considerados porciones o parcelas de tierra".

Hoy en día, las personas que viven en las casas sobre pilotes, conectadas entre sí por puentes serpenteantes de madera no son dueños de los ríos, pero sí son propietarios de sus casas.

"¿Cómo podemos ser dueños del agua que corre debajo?", respondió Liza cuando se le pregunto por la propiedad.

"Aunque podamos volvernos propietarios (si nos mudamos), preferimos vivir aquí con nuestros amigos y familiares", indicó Fatima, una empleada de 22 años.

Muchos residentes de Kampong Ayer poseen automóviles. Pero lo que está estacionado debajo de sus casas son las embarcaciones que utilizan para llegar hasta ellos, ubicados en espacios reservados en la orilla del río. Luego se trasladan al trabajo o a la ciudad.

El crecimiento de la población obligó a la comunidad a acompasarse a estos tiempos. Antes cuando los hijos crecían y se independizaban o se casaban podían construir sus casas sobre pilotes, cerca de las de sus padres, sin pedir permiso a nadie.

Pero ahora hay leyes que regulan la construcción de viviendas sobre el agua.

"Ahora tenemos que pedirle permiso al gobierno, y para presentar la solicitud de construcción tenemos que conseguir el apoyo de cinco vecinos, quienes tienen que firmar un formulario que les entrega una dependencia distrital" explicó Salleh.

Desde la década del 60, el gobierno invierte en infraestructura para los pobladores acuáticos tales como agua por cañería, servicios sanitarios y alcantarillado.

Para ello, los habitantes de Brunei pagan casi 10 dólares por mes. El gobierno también implementó la recolección diaria de residuos por lo que los pobladores deben tirar la basura en un lugar preciso de la aldea.

Pero aún así, mucha gente tira los desperdicios por la ventana, y con la marea alta se depositan en los márgenes del río.

En otros tiempos, cuando la mayor parte de la basura era orgánica eso no significaba un riesgo para el ambiente ni para la salud.

Pero ahora las autoridades están tomando medidas enérgicas contra esa práctica y al mismo tiempo se aseguran que los subcontratistas cumplan con su trabajo de limpiar bien el río.

En los últimos años hubo grandes incendios que destruyeron muchas casas de madera, al menos ocho en 10 años, según un funcionario consultado.

"Ya que mucha gente en Brunei prefiere vivir sobre el agua, el gobierno decidió construirles kampongs de hormigón", indicó Salleh.

Desde 1994 se construyeron tres comunidades de ese tipo que fueron financiadas por un programa de la Fundación del sultán Haji Hassanal Bolkiah, gobernante de este país.

Esas tres aldeas tienen senderos de hormigón. Las casas se construyen sobre pilotes de concreto, tienen paredes de ladrillo y sistemas de alcantarillado por vacío.

Brunei se vuelca a la industria turística para obtener ingresos cuando comiencen a agotarse los procedentes del petróleo, lo que se estima ocurra a partir de 2020, y Kampong Ayer se perfila como una atracción en la región.

El gobierno de este país planea implementar en 2007 un gran plan de desarrollo para embellecer la comunidad, que según funcionarios consultados, incluirá la construcción de caminos de hormigón para reemplazar los de madera desvencijada y de "mata fuegos" para prevenir la propagación de incendios.

En tanto, para los ancianos líderes de la comunidad, como Salleh, el desafío es que sus nietos sigan viviendo en Kampong Ayer por que así lo desean.

Aunque "la mayoría de los jóvenes quieren vivir en tierra firme. Ya no viven de la pesca y trabajan en dependencias del gobierno. Para ellos, subirse a un bote un día de lluvia es un problema. Si viven en tierra firme pueden ir a trabajar en automóvil", señaló.

(*) Asia Water Wire, coordinado por IPS Asia-Pacífico, es una serie sobre agua y desarrollo.

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