RELIGIÓN-IRAQ: Minorías acorraladas

Las comunidades minoritarias de Iraq piden a Estados Unidos que proteja el diverso patrimonio religioso de ese país, o sus grupos serán diezmados en la lucha de poder interno.

En los meses previos a la invasión liderada por Estados Unidos, en marzo de 2003, eruditos de todo el mundo urgieron a Washington a que tomara medidas para proteger el valioso patrimonio arqueológico iraquí. Sin embargo, en medio del caos, hubo saqueos de museos y de otros sitios culturales.

Ahora, las advertencias de las comunidades minoritarias en Iraq, preocupadas por su supervivencia, también se hacen oír.

Un movimiento de grupos minoritarios pidió a Estados Unidos que apoye la creación de una provincia semiautónoma, con seguridad extra, para convertirla en un refugio seguro cerca de las llanuras de Nínive, al noroccidente de Mosul.

La semana pasada, cuatro iraquíes y un sacerdote anglicano dijeron ante la Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos que cristianos, judíos, asirios, yazidis y mandeos iraquíes enfrentan la exterminación en su tierra a medida que aumenta la violencia en Iraq.
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El reverendo Canon Andrew White preside la Fundación para la Reconciliación y la Reconstrucción en Medio Oriente y es vicario de la iglesia anglicana de San Jorge en Bagdad, la última de esa confesión que queda en la capital iraquí.

White dijo a la Comisión que en los últimos tres a cuatro meses la situación se ha deteriorado considerablemente para las minorías de Iraq.

Describió cómo los asirios viven literalmente en el piso de las iglesias de su comunidad en Bagdad y cómo 36 miembros de su congregación fueron secuestrados en una sola semana. Sólo uno de ellos regresó.

Estas comunidades son específicamente tomadas por objetivo por las milicias, porque son vistas como particularmente cercanas a las fuerzas de ocupación. Los musulmanes radicales acusan a los cristianos de practicar una religión occidental y adherir a tradiciones inmorales.

Pascale Warda es otra residente en Iraq que testificó ante la Comisión. Pertenece a la fe cristiana caldo-asiria, que constituye la más grande de las minorías religiosas de Iraq.

Los asirios, que originalmente constituían alrededor de cuatro por ciento de la población, ahora representan 40 por ciento de los iraquíes que huyen de su país.

Warda vive en Bagdad y se desempeña como presidenta del Centro de Mujeres para el Desarrollo. Su testimonio, leído por un intérprete, describió historias de horror sobre la persecución que sufren las mujeres cristianas en Bagdad.

"Alrededor de 30 iglesias fueron destruidas, hubo sacerdotes secuestrados, asesinados y decapitados. Las mujeres cristianas son forzadas a ocultarse bajo el hijab (pañuelo tradicional) islámico, una práctica rechazada incluso por una gran cantidad de musulmanas", dijo Warda.

Los mandeos iraquíes también estuvieron representados en las audiencias.

El doctor Suhiab Nashi es un pediatra nacido en Bagdad que vive en el oriental estado estadounidense de Nueva Jersey y que defiende a la reducida población mandea de Iraq.

El mandeísmo es una fe pacifista que sigue las enseñanzas de Juan el Bautista. Sus adherentes han vivido en lo que ahora es Iraq durante miles de años, pero en estos días enfrentan a escuadrones de la muerte que "matan personas según sus apellidos y filiaciones religiosas", testificó Nashi.

"Los mandeos son apuntados por ambos lados", dijo, refiriéndose a los musulmanes chiitas y sunitas en Iraq.

Michael Youash es el director del Proyecto de una Democracia Sustentable para Iraq, organización con sede en Washington. Como los otros testigos, Youash dijo claramente que Estados Unidos no está haciendo lo suficiente para proteger a las poblaciones vulnerables.

Youash describió el más reciente informe anual del Departamento de Estado (cancillería) sobre libertad religiosa en el mundo como "casi deliberadamente negligente en relación a la situación de las minorías", y se refirió a la violencia contra los grupos religiosos más pequeños como "limpieza étnica suave".

La Mesopotamia fue cuna de las civilizaciones sumeria, los asiria y babilónica. Fue epicentro cultural para los comienzos del Islam y el Imperio Otomano. Las tradiciones de las minorías que heredaron esta cultura son una de las bases de la sociedad iraquí, dijo el testigo.

Pero ahora estos grupos constituyen un número desproporcionado de las víctimas y refugiados, tanto dentro del país como fuera de fronteras. Un informe del año pasado del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados calculó que un tercio de las personas que huyen de Iraq pertenecen a comunidades minoritarias.

Estos incluyen a yazidis, bahais y shabaks, todos los cuales son víctimas de violencia y desplazamientos que amenazan su existencia.

La diminuta población de judíos que todavía existe en Iraq fue tomada como referencia por White más de una vez. Se trata de una de las poblaciones más antiguas de judíos en el mundo, y su número se redujo a menos de 100 desde 2003.

"Conozco a cada uno de los judíos que quedaron", dijo White.

Aunque esta Comisión se centró exclusivamente en las minorías religiosas, hay miles de otras poblaciones minoritarias, como palestinos, turcomanos, armenios, romanos y persas, que también son perseguidos en medio de la guerra sectaria que vive Iraq.

La Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos formula recomendaciones políticas al presidente, al secretario de Estado (canciller) y al Congreso legislativo.

A comienzos de este verano boreal, la Comisión dio a conocer su informe anual. El reporte indicó que, por primera vez desde la caída de Saddam Hussein en 2003, la libertad de culto en Iraq está amenazada.

El documento señala que la mayoría de los abusos son perpetrados por pandillas y milicias sectarias, pero también subraya que el gobierno de Iraq tomó parte en algunas de las violaciones, ignorando los ataques a sunitas y a otras minorías religiosas.

La audiencia mencionó algunos de los temas controvertidos que rodean a la guerra en Iraq. El comisionado Richard Land, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa, brazo de políticas públicas de la Convención Bautista Meridional, preguntó qué ocurriría si hubiera una reducción de fuerzas estadounidenses en Iraq.

"Habría más derramamiento de sangre en las calles. Pero también tenemos que enfrentar el hecho de que el ejército estadounidense prácticamente no hace nada para proteger a las minorías", respondió White.

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