ELECCIONES-EEUU: No está muerto quien pelea

La idea de «coronación» de Barack Obama como candidato a presidente de Estados Unidos por el opositor Partido Demócrata se disipó con el triunfo de su principal adversaria, Hillary Clinton, en las primarias del estado de New Hampshire.

El resultado de la segunda escala de las elecciones internas de los grandes partidos estadounidenses constituyó un desafío a las predicciones de los analistas y torna excitante la batalla por la nominación presidencial rumbo a diciembre de 2008.

"Hillary Clinton le demostró a todos los que apostaban por Obama que, de hecho, la carrera es mucho más larga", anotó Markos Moulitsas Zúniga, del influyente blog progresista Daily Kos.

En las primarias en Iowa, la semana pasada, el senador Obama obtuvo 38 por ciento de los votos y la senadora Clinton quedó tercera, con 29 por ciento, detrás del ex senador John Edwards, que logró 30 por ciento.

Pero el martes, en New Hampshire, la esposa del ex presidente Bill Clinton (1993-2001) superó a Obama por 39 a 36 por ciento de los sufragios.
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En la campaña por la nominación del gobernante Partido Republicano, el triunfo del senador John McCain le dio un muy anhelado impulso a quienes apoyan su campaña. McCain ya había logrado la victoria en New Hampshire en las primarias de 2000.

Los resultados contradictorios de Iowa y New Hampshire sirven como recordatorio a la prensa, los políticos profesionales y a los propios candidatos: la carrera por las nominaciones apenas acaba de comenzar, y cualquier pronóstico es aventurado.

A apenas seis días del inicio de las primarias, y con menos de uno por ciento del electorado nacional auscultado, la puja por las candidaturas presidenciales estadounidenses ya es de alta competencia.

A comienzos del verano boreal, la candidatura de McCain era considerada débil, pero su reanimación en New Hampshire revela las fisuras en el Partido Republicano y abre con mucha amplitud la carrera.

"Del lado republicano, hay hoy cuatro candidatos –Mitt Romney, John McCain, Rudy Giuliani y Mike Huckabee—que pueden lograr la nominación", escribió John Nichols en su blog del sitio web de la revista izquierdista The Nation.

Romney, ex gobernador de Massachussets, confiaba en que triunfaría en New Hampshire pero quedó relegado al segundo lugar. Ahora, concentra su atención en las primarias del día 15 en su estado natal, Michigan, donde su padre fue tres veces gobernador en los años 60.

Pero la historia conspira contra Romney: ningún republicano que haya fracasado en Iowa o en Nueva Hampshire, las dos primeras escalas de las primarias, logró en los últimos ciclos electorales la nominación del partido.

El ganador en Iowa, Mike Huckabee, pastor baptista, tuvo allí el apoyo de cristianos evangelistas en ese estado. Pero el carácter secular de New Hampshire lo obligó a enfatizar en su conservadurismo fiscal (propone sustituir el impuesto a la renta por uno al consumo) más que en su fe religiosa.

Pero Huckabee aún puede contar con buenos resultados en algunas primarias antes del decisivo "súper martes" del 5 de febrero, instancia en que se celebrarán las de 21 estados. Sus esperanzas están cifradas en el muy cristiano estado de Carolina del Sur, donde se votará el 19 de enero.

El hasta hace muy poco favorito en todo el país, el ex alcalde neoyorquino Rudy Giuliani, no hizo una campaña muy intensa en New Hampshire, a pesar de que gastó más dinero en publicidad que McCain o Huckabee, y quedó en cuarto lugar.

La carrera republicana se abre cada vez más, pero lo contrario sucede con la demócrata. El ex senador John Edwards contaba con una demostración de fuerza en Nueva Hampshire que dejara a Hillary Clinton fuera de la puja.

Antes del cierre de las urnas allí, el asesor de Edwards Joe Trippi consideró esas primarias como "un referendo sobre Hillary Clinton".

Pero ese referendo arrojó al ex senador al tercer puesto, con apenas 17 por ciento de los sufragios demócratas.

Clinton revigorizó su campaña al incorporar el mensaje de cambio de su rival Obama y advertir que ella era la única candidata con la experiencia necesaria para procesar ese cambio.

Pero el impulso parece haber dejado a Clinton exhausta. En un debate con votantes en Portsmouth el lunes, se emocionó al ser consultada sobre los rigores de la campaña electoral. "No es fácil", dijo, turbada.

El analista y ex ganador de las primarias de Nueva Hampshire del Partido Republicano Pat Buchanan consideró que el incidente dejaba en evidencia un quiebre de carácter de la aspirante a la presidencia luego de la derrota en Iowa.

Edwards también aprovechó este episodio para atacar a Clinton.

"Creo que necesitamos fuerza y resolución en un comandante en jefe, y las campañas presidenciales son una tarea ardua", dijo. "Pero ser presidente de Estados Unidos también lo es."

Poco después de la victoria de Hillary Clinton en Nueva Hampshire, algunos comentaristas indicaron que apartarse de su imagen de estructuración y control la ayudó en su campaña.

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