SALUD-RUANDA: Circuncisión contra el sida no es suficiente

Ruanda lanzó una campaña para promover la circuncisión como medio de frenar la propagación del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Trabajadores de la salud alertan que no es suficiente.

Temen que, en un país con poco conocimiento sobre salud sexual, la población pueda creer erróneamente que la práctica ofrece una completa protección contra el virus.

Un epidemiólogo radicado en Kigali dijo que había riesgo de que se produjera "un baño de sangre en el país luego de adoptarse la circuncisión como medida contra el sida".

Cyriaque Twagirumukiza, médico general de la misma ciudad, también se mostró aprensivo. "La mayor parte de las dificultades se relacionan con convencer a los hombres de que la circuncisión no excluye el uso de condones durante el sexo", señaló.

La campaña se puso en marcha este mes en medio de cifras que muestran que la prevalencia del VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida, causante del sida) aumenta en esta nación de África central. El año pasado fue de 3,6 por ciento, según el gobierno.
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Varios estudios indican que la circuncisión —que consiste en el corte circular del prepucio del pene —, reduce sustancialmente el riesgo del hombre de contraer VIH durante las relaciones sexuales.

Pruebas patrocinadas por los estadounidenses Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Canadiense de Investigación Sanitaria en Kenia y Uganda mostraron una reducción del riesgo de 53 y 51 por ciento respectivamente.

Hallazgos similares arrojó un estudio financiado por la Agencia Nacional Francesa de Investigación sobre Sida que fue realizada en Sudáfrica. Los resultados de esta investigación, publicada en 2005, indicaron una reducción mínima de 60 por ciento en las infecciones.

La membrana mucosa interior del prepucio tiene mayor cantidad de células que pueden ser blanco del VIH —especialmente las células de Langerhans— que la parte superficial externa, volviéndolo más vulnerable a las infecciones que otros tejidos peneanos. (Las células de Langerhans pertenecen al sistema inmunológico y están en la piel).

Además, se considera que el área cálida y húmeda que se halla entre el prepucio y la punta del pene constituye un entorno favorable para el VIH, que también puede penetrar el prepucio a causa de otros factores.

Señalando que la circuncisión no puede brindar una garantía completa contra el VIH, los trabajadores de la salud enfatizan la necesidad de adoptar otras medidas de protección.

"Es clave asegurarse de que también se brinde información clara y correcta sobre la continua necesidad de otras medidas de prevención contra el VIH", dijeron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH Sida (Onusida) en un documento de marzo de 2007, "Nuevos datos sobre la circuncisión masculina y prevención del VIH: implicaciones políticas y programáticas".

"Las comunidades, y particularmente los hombres que optan por el procedimiento y sus compañeras, requieren materiales informativos y educativos cuidadosos y equilibrados, que subrayen que la circuncisión masculina no es una 'bala mágica' para la prevención del VIH, sino que es complementaria de otras maneras de reducir el riesgo de infectarse", agregó.

Innocent Nyaruhirira, secretario de Estado a cargo de la lucha contra el sida y otras enfermedades reconoció que "se necesita más tiempo para sensibilizar a todas las personas" sobre los potenciales beneficios de la circuncisión.

No obstante, el gobierno sigue adelante con la iniciativa, especialmente en lo que involucra a recién nacidos, y grupos como estudiantes y soldados, aunque todavía no hay cifras publicadas sobre la cantidad de personas circuncidadas desde el comienzo de la campaña.

En la sala de espera del Hospital Universitario de Butare, en el sur de Ruanda, cada jueves se puede ver una fila de varias personas —la abrumadora mayoría de ellos adolescentes— que aguardan su turno para que un médico los circuncide.

El Ministerio de Salud también empezó a proporcionar equipamiento médico para realizar circuncisiones en todos los centros de salud del país.

Según la OMS y Onusida, "lo más probable es que los enfoques integrados para brindar servicios de circuncisión masculina con otros servicios esenciales sobre VIH y salud sexual sean sostenibles a largo plazo".

"Sin embargo, los programas verticales y autónomos que proporcionan el paquete mínimo recomendado de servicios pueden ser útiles a corto plazo para expandir el acceso a servicios seguros de circuncisión masculina, y para capacitar proveedores en procedimientos estandarizados, especialmente donde la demanda es alta y los sistemas de salud son débiles", agregaron.

Actualmente, lo usual es que los padres ruandeses circunciden a sus recién nacidos por razones sociales, culturales o religiosas, aunque más de 80 por ciento de la población es cristiana y no tiene a la circuncisión como requisito religioso (a diferencia de musulmanes y judíos).

Para Yvonne Umubyeyi, que llevó a su hijo de dos años a hacer una consulta sobre circuncisión, realizar ese procedimiento es un asunto de buena higiene. "La intención no es proteger a mi hijo contra el sida en el futuro", dijo a IPS.

Algunos alegan que la circuncisión reduce las instancias de infecciones del tracto urinario y cáncer del pene, entre otras enfermedades. Sin embargo, otros discrepan.

"El actual consenso de la mayoría de los expertos es que la circuncisión no debería recomendarse como estrategia preventiva para el cáncer de pene", observó la Sociedad Estadounidense del Cáncer en su sitio web.

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