RUSIA-UCRANIA: Guerra de precios por el gas

Rusia y Ucrania han evitado por ahora abrir un nuevo capítulo del conflicto por el abastecimiento de gas, pero el deseo de las autoridades de Kiev de controlar su sector energético promete una nueva guerra de precios para los próximos meses.

Las últimas disputas han sido parte de un gran conflicto que comenzó a fines de 2005 y alcanzó su punto máximo en enero de 2006, cuando el gigante energético estatal ruso, Gazprom, suspendió el envío de gas a Ucrania.

Kiev no tiene un acuerdo de suministro de gas a largo plazo con Gazprom, y periódicamente debe negociar el precio que pagará por sus importaciones.

La Unión Europea (UE) han presionado a ambas partes para asegurar el abastecimiento. La cuarta parte del gas consumido por el bloque es de origen ruso, pero 75 por ciento de las importaciones europeas son transportadas a través de un gasoducto que atraviesa territorio ucraniano.

La última crisis se desató en enero, cuando la prooccidental primera ministra ucraniana Yuliya Timoshenko anunció que, en cumplimiento de una promesa electoral, prescindiría de algunos intermediarios "dudosos" que operan en el mercado gasífero de su país.
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Su intención era que Gazprom tratara directamente con la estatal compañía de gas y petróleo ucraniana, Naftohaz. Pero la empresa rusa respondió que, sin los intermediarios, era imposible mantener el precio de 179,5 dólares por 1.000 metros cúbicos.

Gazprom, que es en parte propietaria de esas firmas intermediarias, redujo severamente sus envíos de gas a Ucrania a principios de marzo, alegando que Kiev debía pagar de inmediato una deuda cercana a los 1.500 millones de dólares.

Muchos creen que esa deuda se acumuló porque "elementos desconocidos" en Ucrania desviaron ilegalmente gas que debía ser exportado a Europa.

El 5 de marzo Gazprom anunció que se había llegado a un acuerdo, según el cual Kiev pagaría la deuda y el precio del gas sería mantenido. La prensa ucraniana lo presentó como una victoria.

Los presidentes Viktor Yushchenko, de Ucrania, y Vladimir Putin, de Rusia, habían acordado el 12 de febrero reemplazar a los intermediarios con dos empresas conjuntas entre Gazprom y Naftohaz, manteniendo el precio de 179,5 dólares.

Pero dos semanas más tarde, tras infructuosas reuniones de Timoshenko con Putin y directivos de Gazprom, la primera ministra dejó de lado ese entendimiento hasta que se llegó a un nuevo acuerdo a principios de marzo.

Al parecer, Gazprom sacrificó ganancias en 2008 a cambio de obtener ventajas en el largo plazo y asegurarse el mercado.

A Kiev le concedió acceso directo y permanente a 10 por ciento de los clientes domésticos, las industrias que garantizan elevadas ganancias, otorgando así, finalmente, libertad de acción a Gazprom en el mercado ucraniano.

Timoshenko, aparentemente, alcanzó sus objetivos: la desaparición de los intermediarios para fin de año y mantener el precio de 179,5 dólares. Pero su victoria política le puede costar cara a los consumidores ucranianos.

El acuerdo es válido sólo por este año y 2009 puede ser testigo de una nueva disputa por el gas.

Gazprom accedió a las demandas de algunos gobiernos de Asia central para fijar precios más a tono con los vigentes en el mercado internacional, lo que implica que Ucrania debería pagar en 2009 no 179,5 dólares sino más de 300 por cada 1.000 metros cúbicos de gas.

"Timoshenko no aceptará aumentos. Si no llega a un acuerdo no pagará, y Rusia, realmente, no puede cortar el suministro de gas", dijo a IPS András Deák, experto en energía del Instituto Húngaro de Relaciones Internacionales, con sede en Budapest.

Hasta ahora, Ucrania ha importado gas a través de un intermediario registrado en Suiza, del que Gazprom es dueño en parte, que ha estado suministrando, principalmente, gas barato de Asia central.

La distribución doméstica en Ucrania también está en manos de una compañía intermediaria conectada con Gazprom, que prácticamente desplazó a Naftohaz del mercado, recortando los ingresos del Estado.

Timoshenko se embarcó en la guerra contra los intermediarios con la esperanza de que la compañía energética estatal recupere una posición dominante en el mercado doméstico y sus ingresos la ayuden a financiar sus políticas sociales.

"La primera ministra piensa que los rusos deben abandonar el mercado ucraniano. Quiere importar gas al precio más bajo posible y exportar parte de él a Europa, obteniendo un gran margen de ganancia y recursos adicionales para su presupuesto", señaló Deák.

La creación de las compañías intermediarias fue parte de un compromiso alcanzado en 2006, pero Timoshenko argumenta que se trata de una pantalla para negocios poco claros que dejan enormes ganancias a los directivos de esas firmas.

Yushchenko, quien también es prooccidental, ha advertido a la primera ministra respecto de su política de "aventuras e intrigas", acusándola de poner en peligro el abastecimiento de gas barato de Asia Central, reemplazando los convenios existentes por otros más favorables a ella.

Algunos medios de prensa ucranianos comentan que Timoshenko y Yushchenko están batallando para ganar el control del sector energético, para financiar sus campañas presidenciales en 2009, cuando podrían enfrentarse en las urnas aunque sus partidos integran la coalición de gobierno.

Actualmente, el precio que paga Ucrania por el gas que importa es 50 por ciento más barato que el desembolsado por los países de Europa occidental. Pero un aumento sería difícil de digerir por parte de los consumidores y las industrias que hacen un uso intensivo de esa fuente de energía.

Algunos analistas, sin embargo, sugieren que Ucrania no debe capitular ante Gazprom. Tendría que aceptar pagar un precio más alto por el gas, como los europeos, para asegurarse la "independencia" del país, a pesar del impacto que esa decisión tendría sobre los consumidores.

Los sectores prooccidentales han sido los más enfáticos en denunciar que Rusia utiliza a Gazprom como una herramienta de política exterior, y expresaron su preocupación por las consecuencias de su presencia en el mercado ucraniano.

Directivos de Gazprom responden habitualmente que Ucrania evitaría todos los problemas pagando en término y firmando un contrato de importación de gas para el largo plazo.

Expertos rusos afirman que son los dirigentes de los partidos ucranianos quienes usan el gas como una herramienta política doméstica.

Aunque Timoshenko fue muy criticada por la oposición y por su propio partido, las encuestas revelan que su actitud agresiva elevó su popularidad, colocándola como candidata favorita para las elecciones presidenciales de 2009.

Pero su popularidad no asegura que se encuentre una solución al problema del abastecimiento de gas y el vínculo con Gazprom.

"No espero ningún acuerdo para los próximos años. Habrá muchas guerras por el gas mientras Timoshenko esté en el poder. No se llegará a un compromiso si no hay un serio conflicto en 2009 o incluso antes", pronosticó Deák.

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