AGUA-TANZANIA: Bidones, cañerías y kioscos para saciar la sed

Juma Membe ofrece puerta por puerta una mercancía que nadie puede rechazar en un barrio pobre de la capital financiera de Tanzania: agua potable, contenida en bidones amarillos que colman su carretilla.

Menos de un millón de los cuatro millones de habitantes de esta ciudad cuentan con servicio de agua corriente en sus hogares, según las autoridades. En las zonas pobres, las cañerías son inexistentes y la población depende de vendedores como Membe.

"Es un buen negocio porque la gente necesita agua todos los días", explicó el comerciante, agitado por la caminata bajo el sol abrasador.

Esta situación determina que los más pobres terminen pagando más por ese recurso vital que los residentes de barrios más acomodados.

Un balde de agua de 20 litros se vende a unos 16 centavos de dólar. En cambio, la misma cantidad, pero por cañería, cuesta menos de un centavo, según la organización no gubernamental WaterAid, con sede en Londres.
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"El consumo mínimo diario de agua para todo fin —cocinar, beber y limpiar— se calcula en 20 litros por persona", dijo a IPS Ben Taylor, asesor de WaterAid en este país de África oriental.

Una familia con cinco miembros puede llegar a gastar unos 84 centavos al día en agua, aunque la mayoría consume menos para ahorrar dinero.

Esa suma es una pequeña fortuna en este país, donde un tercio de los 38 millones de habitantes viven con menos de un dólar diario, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Tras años de negligencia y mala planificación, la red hídrica de Dar es Salaam carece de mantenimiento y de la infraestructura necesaria para suministrar agua a toda la población. Comunidades enteras sobreviven sin ese recurso y sin saneamiento.

Apenas 60 por ciento de la población de este país accede al agua potable, según las últimas cifras disponibles, divulgadas en 2004 por el programa conjunto de vigilancia del abastecimiento de agua y el saneamiento, iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Las autoridades locales privatizaron en 2003 el suministro de agua en esta ciudad por recomendación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI). El servicio comenzó a ser gestionado por la empresa City Water.

Pero el contrato fue cancelado dos años después a causa del descontento de las autoridades con la compañía, dada la lentitud de sus obras para evitar los cortes de agua, mejorar la recaudación y terminar con las conexiones ilegales.

La empresa alegó que su tarea se dificultó por la falta de información sobre el mal estado de la red de cañerías antes de hacerse cargo de la tarea.

La controversia llegó a varios tribunales del extranjero. Finalmente, uno de Londres obligó City Water a entregar seis millones de dólares al gobierno de Tanzania por el incumplimiento del contrato.

City Water fue reemplazada por una empresa estatal, la Dar es Salaam Water and Sewarage Corporation (Dawasco, por sus siglas en inglés).

Uno de los mayores desafíos de las autoridades sigue siendo la recaudación, pues sólo uno de cada 10 clientes paga su factura de agua, señaló la portavoz de Dawasco, Badra Masoud.

Para reducir sus costos operativos, la empresa comenzó a distribuir las facturas y cobrarlas por sus propios medios, para lo que debió emplear nuevos funcionarios, añadió.

Dawasco también lanzó una campaña para cobrar las facturas adeudadas por los morosos. La prensa fue invitada a conocer las conexiones de agua en las casas de los ministros, otros funcionarios y en las dependencias del ejército que tenían meses y hasta años de atraso en los pagos.

Otra medida fue emplear vehículos con altoparlantes que identifican a los morosos y les recuerdan su obligación de pagar. "Nadie se va a mover hasta que no lo obliguemos", subrayó Masoud.

En enero, Dawasco recaudó el máximo histórico de 1,8 millones de dólares, lo que la empresa atribuye a esta campaña.

En otra iniciativa para ampliar la distribución de agua, Dawasco comenzó a construir puntos de distribución locales en diferentes zonas de Dar es Salaam donde todavía no hay cañerías.

Docenas de kioscos ya tienen agua y se prevé abastecer a cientos más, pero muchas de esas conexiones funcionan con altibajos.

Melania Leba se encarga de uno de esos nuevos emprendimientos. El costo de un bidón de agua de 20 litros es de cuatro centavos de dólar por unidad.

"Le pago a Dawasco unos 30.000 chelines (casi 26 dólares) al mes y gano otros 30.000 para mí", relató a IPS. "La gente está contenta con el kiosco porque es más barato que los vendedores callejeros."

Otra encargada de uno de esos kioscos, Havijawa Shabani señaló que los clientes visitan su puesto porque es conveniente y relativamente barato.

"Nadie se niega a pagar porque, comparado con cualquier sistema que tuvieran antes, esto es mejor", indicó. "Algunas personas no tienen dinero para comprar en el momento y me lo traen después."

La iniciativa de los quioscos, que crea empleos y baja el precio del agua, no resolverá la escasez de agua en Dar es Salaam. Pero es un buen paliativo de emergencia, remarcó Taylor, de WaterAid.

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