RUSIA: Siberia despierta al futuro

Ludmila Nikolovna, una rusa de la república ex soviética de Moldova, está satisfecha de su decisión de estudiar economía en la Universidad Estatal de Tomsk, aunque debió dejar a su hija de dos meses con sus abuelos, en Moscú.

Ver a la pequeña significa un viaje de tres días sólo de ida, pero ella dice que la calidad de la educación hace que el esfuerzo valga la pena, y que su título universitario le garantizará mejores oportunidades para ambas.

Miles de estudiantes como Ludmila llegan cada año a Tomsk, capital del óblast (provincia) de Tomsk, en el corazón de Siberia occidental, 3.500 kilómetros al este de Moscú por tren, a cuatro horas por avión. Uno de cada cinco de los 500.000 habitantes de esta ciudad se dedica al estudio.

Centro de bullente actividad económica desde mediados del siglo XIX, a Tomsk se la conoce en Rusia como "la Atenas siberiana". Las seis universidades y más de 40 institutos de investigación que posee la convierten en el tercer centro académico, luego de Moscú y San Petersburgo.

Pero la vida académica es apenas uno de los tesoros ocultos de la región. "A menudo se dice que Tomsk es una isla de intelecto en un océano de recursos", dijo a IPS Oleg Korneev, del Departamento de Cooperación Internacional del óblast.
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"El potencial de desarrollo de la región creado por la combinación de una fuerte comunidad académica y los vastos recursos naturales es enorme, y hoy apenas se explota una parte diminuta de eso", agregó.

En los 317.000 kilómetros cuadrados del óblast se encuentran algunos de los recursos naturales más preciados.

El gobierno regional estima que las reservas de petróleo son de hasta 2.500 millones de toneladas y, las de gas, de alrededor de 1,3 billones de toneladas. El área también posee la mayor reserva mundial de mineral de hierro.

Anualmente se puede obtener 27 millones de metros cúbicos de madera, sin alterar el ecosistema regional. Y, también aquí, están las mayores reservas subterráneas de agua dulce y termal de Rusia.

La región tiene un futuro promisorio, pero, según la idea predominante en la población, arrastra numerosos problemas heredados de gobiernos pasados.

La industria pesada instaló en plantas evacuadas durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y muchas todavía usan tecnología anticuada. La infraestructura básica, como la red vial regional, está en muy malas condiciones.

Gran cantidad de la producción química y petroquímica de Rusia se encuentra en el óblast de Tomsk. El complejo manufacturero provincial fabrica 20 por ciento de los motores eléctricos del país.

Además de la industria pesada, numerosas compañías de la región producen equipamiento de alta tecnología para oleoductos y gasoductos, que tienen mucha demanda en la Comunidad de Estados Independientes (integrada por la mayoría de las repúblicas ex soviéticas).

Quince kilómetros al noroccidente de la capital regional se encuentra Seversk, ciudad que alberga varios reactores nucleares y plantas procesadoras de uranio y plutonio. Hasta hace poco, se producían y almacenaban allí ojivas nucleares.

Seversk, una ciudad secreta hasta el colapso del bloque soviético, todavía está cerrada. Nadie puede visitarla sin un permiso especial.

La propia Tomsk tuvo ese estatuto hasta 1992, pero ahora las autoridades pretenden alentar el ingreso de extranjeros. "Buscamos inversiones de buena calidad del exterior, especialmente de Europa occidental, América del Norte, China, Japón y Australia", dijo Korneev.

El gobierno planea instalar una "zona económica especial de innovación técnica". La medida aspira a estimular las ventas en los sectores de tecnología de la información, comunicaciones, nanotecnología y biotecnología.

El gobierno prevé gastar más de 1.000 millones de rublos (27 millones de euros) en este proyecto, construyendo infraestructura de apoyo, como carreteras y cruces, y un centro que incluya laboratorios, salas de conferencias y oficinas administrativas.

"La tarea es combinar innovación con desarrollo industrial, reuniendo los méritos de la inteligencia y los recursos naturales. Llevará tiempo, pero imaginemos el impacto de desarrollar una región más grande y más rica que Gran Bretaña", dijo Korneev.

Sin embargo, reconoció que el progreso también acarrea algunos inconvenientes.

El río Tom, que atraviesa la ciudad, está contaminado, y sirve como ejemplo de las no sustentables políticas de desarrollo del pasado. Y es una advertencia de que las cosas deberían hacerse con un poco más de cuidado esta vez.

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