IBEROAMÉRICA: Espacio de diálogo empresario-sindical

Dirigentes empresariales y de trabajadores de ambos lados del océano Atlántico suscribieron este martes en la capital española un memorando de entendimiento, que llevará a crear un ámbito de formulación de propuestas económicas y sociales para el desarrollo de los pueblos iberoamericanos.

La firma se concretó al concluir el II Encuentro Iberoamericano de Interlocutores Sociales, convocado por la Secretaría General Iberoamericana (Segib) con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), cuyo secretario general, Juan Pablo de Laiglesia, fue uno de los protagonistas de la reunión. Los delegados empresariales y sindicales firmantes se comprometieron en la sede de la Segib a colaborar para formular propuestas respecto de las cuestiones de desarrollo de los pueblos, con el fin de encontrar cauces para el diálogo entre sus países y para la concertación y participación de estos agentes en la adopción de medidas de alcance socioeconómico.

Otros objetivos propuestos son el de coadyuvar al fortalecimiento de las asociaciones empresariales y sindicales en un clima de autonomía y reconocimiento recíproco, así como a promover encuentros entre estos sectores, con interlocutores de la sociedad civil, previos a las cumbres iberoamericanos y a otros encuentros anuales del bloque.

En la reunión de Madrid, el secretario general iberoamericano, el hispano-uruguayo Enrique Iglesias, exhortó a los presentes a que concreten los acuerdos a niveles nacionales para que "los actores de cada país puedan iniciar este trabajo".

"Es necesario tener esta agenda común para ir más allá de la apología del diálogo social, y demostrar que empresarios y trabajadores comparten el mismo objetivo de mejorar la situación económica y social de nuestros países", añadió.

Para el secretario general de la Segib, el desarrollo de un auténtico diálogo social "permitiría negociar y tomar acciones sin dejar que la actual crisis financiera afecte a la economía real".

El secretario general de la Confederación Sindical de las Américas, el paraguayo Víctor Báez, en una rueda de prensa posterior y refiriéndose a la Cumbre Iberoamericana convocada para fines de octubre en El Salvador, dijo que "hay expectativas para que en torno al tema de la cita que es la Juventud y el Desarrollo se dé en la región un proceso de creación de un modelo de desarrollo sostenible con políticas de juventud".

No obstante, criticó la reciente reunión de ministros de Trabajo de Iberoamérica, porque en sus conclusiones "no se habla de la libertad sindical y de los convenios colectivos a que tienen derecho los jóvenes".

Tampoco se refirieron a "la explotación juvenil en el trabajo con contratos basura", añadió el sindicalistas, delegado de una organización que representa a 52 millones de trabajadores americanos.

Con Báez coincidió el argentino Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), quien subrayó que uno de los principales problemas que Iberoamérica debe encarar es la informalidad en la que se encuentran trabajando millones de jóvenes en América Latina y el Caribe.

Por esa razón, expuso que "es necesario trabajar acerca de cómo formalizar la economía y el empleo, pues hay un exceso de informalidad que es producto de la falta de ambiente propicio para la creación de empresas y empleos, y hay países que soportan tasas de hasta el 50 por ciento".

En todo caso, aclaró en la misma rueda de prensa, el diálogo social no tiene por qué sustituir a la responsabilidad de los gobiernos, sino que la suya es una actividad complementaria en los objetivos económicos y sociales de los países.

Otro participante, Javier Doz, secretario de acción sindical internacional de la Confederación de Comisiones Obreras, una de las dos mayores centrales sindicales de España y próxima al Partido Comunista, dijo a IPS que "que este acuerdo para actuar en común organismos de Europa y América Latina es el único que se ha firmado en el mundo entre organismos de dos regiones diferentes".

Esa actuación común ayudará, añadió Doz, a lograr que se dejen de violar los derechos sindicales en países como Colombia, Honduras y Guatemala.

Doz se pronunció también sobre la situación en Cuba, subrayando que aunque allí la situación es distinta a esos tres países, "no existe la posibilidad de crear libremente sindicatos ni partidos políticos, existiendo una sola central sindical y un solo partido". Algo que, a su entender, debería cambiar.

En el memorando también se puntualiza que un objetivo común de las organizaciones empresariales y sindicales es la plena vigencia de los principios democráticos y de los derechos humanos, y que las mismas contribuyen a defender un desarrollo económico y social sostenible y un trabajo decente y que el acuerdo no conlleva un compromiso financiero para los firmantes.

En el caso de que haya actividades que requieran financiación, "las partes implicadas deberán establecerlo de forma expresa por acuerdo escrito, definiendo las contribuciones de cada una".

El memorando fue firmado por Iglesias, Funes de Rioja, Báez y por los secretarios generales José María Fidalgo, de la Confederación de Comisiones Obreras de España, Cándido Méndez, de la Unión General de Trabajadores de España, y Manuel Carvalho da Silva, de la Confederación General de Trabajadores-Intersindical de Portugal.

Este encuentro tuvo como antecedentes las reuniones realizadas por las organizaciones sindicales y empresariales europeas y latinoamericanas en octubre de 2005 en Madrid, en noviembre de 2006 en Punta del Este y en octubre de 2007 en Buenos Aires, todas ellas en el marco de las Conferencias Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno.

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