CUBA-MÉXICO: Acuerdo migratorio sazona renovada amistad

Los gobiernos de Cuba y México cerraron una etapa de 14 años de desavenencias y suscribieron un acuerdo migratorio que calificaron de histórico. Activistas critican la laxitud y discrecionalidad del pacto.

El Memorando de Entendimiento para Garantizar un Flujo Migratorio Legal, Ordenado y Seguro fue presentado el lunes por autoridades mexicanas y el canciller de Cuba, Felipe Pérez Roque, quien cumple desde el domingo una visita oficial de cuatro días a este país.

Pérez Roque se reunió este martes con el presidente Felipe Calderón, a quien invitó a viajar a la isla caribeña en 2009. El canciller recibió en México un cálido trato del gobierno, empresarios y legisladores.

De acuerdo con un comunicado de la Presidencia, Calderón y el canciller cubano "dialogaron sobre el estado que guardan las relaciones entre los dos países y destacaron el positivo avance que han tenido en los meses recientes los trabajos al interior de los mecanismos institucionales bilaterales".

El mandatario mexicano subrayó la importancia de mantener esfuerzos para profundizar la relación bilateral "sobre la base del respeto recíproco, la cooperación y el establecimiento de nuevos entendimientos", añadió la nota.
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A diferencia de sus antecesores Ernesto Zedillo (1994-2000) y Vicente Fox (2000-2006), que criticaban periódicamente el historial de derechos humanos de La Habana, Calderón eliminó cualquier observación hacia el régimen socialista cubano y reconstruyó la tradicional cercanía mexicana con las autoridades de ese país.

Además, Calderón emprendió la negociación de un acuerdo para regular las migraciones entre las dos naciones, plagadas de graves problemas en los últimos años por el creciente flujo de cubanos que llegan a México sin documentos y en tránsito hacia Estados Unidos.

Según datos oficiales, entre enero y agosto fueron detenidas en México 1.930 personas cubanas, menos de 200 fueron devueltas a su país, el resto se quedaron en territorio mexicano o emigraron hacia Estados Unidos. La aprehensión de cubanos en todo 2002 fue de apenas 254.

Según el acuerdo suscrito, las partes se reservan el derecho de no admitir el regreso de emigrantes que sean detenidos en el otro país.

Además, se acordó que los gobiernos pueden suspender en cualquier momento de forma total o parcial la aplicación del memorando, aduciendo cuestiones de orden público, seguridad o causas de fuerza mayor.

"Al no eliminar la discrecionalidad en las deportaciones, el acuerdo migratorio mantiene en vulnerabilidad a los cubanos que llegan a México, lo que es muy preocupante", dijo a IPS Paulo Martínez, portavoz del grupo no gubernamental Sin Fronteras, que vela por el respeto de los derechos humanos de los inmigrantes que llegan a este país.

En el documento firmado, las partes se comprometen a luchar contra la migración ilegal, el tráfico ilícito y la trata de personas, así como a cualquier otro delito asociado, a intercambiar información y a comunicar de manera expedita a la otra parte los datos completos de todo emigrante detenido.

De acuerdo con datos recabados por Sin Fronteras, los cubanos que llegan a México sufren toda clase de abusos de las autoridades. Son detenidos y deportados de manera "totalmente discrecional", denuncia este grupo.

En una declaración emitida antes de la firma del acuerdo entre Cuba y México, Sin Fronteras expresó su "especial preocupación (por) la falta de información existente sobre el memorando" negociado.

"El colectivo cubano es uno de los más afectados por la discrecionalidad y corruptelas de las autoridades migratorias, y desconocemos si estas cuestiones se van a abordar en el acuerdo, y si se va a salvaguardar en todo caso el derecho de asilo de las personas cubanas que así lo soliciten", dijo la organización

A juicio de Eduardo Matías López, presidente de la no gubernamental Asociación Cubano Mexicana y Casa del Balsero y el Emigrante Cubano, el memorando no garantiza que se termine la emigración "alentada por autoridades corruptas de México y Cuba".

"Nosotros tenemos testimonio de que un cubano llega a pagar hasta 15.000 dólares por salir de la isla, y que ese dinero se reparte entre las mafias cubanas de Estados Unidos y funcionarios corruptos de Cuba y México", dijo López a IPS.

"Esperamos que el acuerdo logre su cometido, pero yo lo dudo por su laxitud", dijo el presidente de la Asociación Cubano Mexicana, grupo de corte opositor a La Habana.

Como varios miles de inmigrantes indocumentados de América Central y del Sur, los cubanos llegan a México con el propósito de seguir viaje hacia Estados Unidos. La frontera entre estos dos países tiene una extensión de 3.200 kilómetros.

Para dejar su país, los cubanos necesitan autorización de las propias autoridades cubanas, además de los visados de las naciones de destino.

El gobierno mexicano indicó que, junto al canciller de Cuba, "coincidieron en la importancia de haber establecido un marco legal para la cooperación en la materia (migratoria), con un enfoque integral y bajo el principio de responsabilidad compartida".

Mientras, en una declaración conjunta, los dos gobiernos acusaron a Estados Unidos de estimular la emigración ilegal y el tráfico de personas.

"La política migratoria estadounidense hacia Cuba estimula la migración ilegal y el tráfico ilícito de cubanos, y dificulta los esfuerzos para combatir eficazmente a las organizaciones criminales que lucran con estos ilícitos violentando la integridad y derechos fundamentales", señala la nota.

La Habana acusa a Washington de alentar la emigración como parte de una confrontación política que los dos países sostienen desde los años 60, mientras Estados Unidos afirma que el flujo de emigrantes cubanos es una consecuencia de la represión interna que atribuye al gobierno de Cuba.

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