KOSOVO: Serbia apela a La Haya

El distanciamiento entre Serbia y la provincia de Kosovo, autoproclamada independiente, se profundiza en vísperas de la sesión de la Asamblea General de la ONU este miércoles, en la que se estudiará un pedido de Belgrado para llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya.

El canciller de Kosovo, Skender Hyseni, minimizó la solicitud serbia. "El tema de un país que se hace independiente no es para un tribunal. Es un tema reservado para deciciones políticas de líderes políticos", dijo el 2 de este mes.

El gobierno serbio pretende que el CIJ dé su opinión y consejo sobre la legalidad de la declaración de independencia de Kosovo el 17 de febrero. Pero la solicitud de Belgrado debe ser aprobada por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Al hablar ante el foro mundial el 23 de septiembre, el presidente serbio Boris Tadic no dejó dudas de que aún reclama la soberanía de Kosovo, y llamó a los países miembros a apoyar su solicitud para la CIJ.

"La declaración unilateral de independencia de Kosovo equivale a un intento de dividir a un estado miembro de la ONU contra su volutad", señaló Tadic.
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Aunque Hyseni admitió que era probable la aprobación en la Asamblea General del borrador de resolución de Serbia, se mostró confiado. "En el largo plazo, esta maniobra no tendrá impliaciones explícitas en la independencia ni en el proceso de reconocimiento", sostuvo.

En el corto plazo, sin embargo, podría demorar los esfuerzos de Kosovo para integrarse a las organizaciones internacionales, como la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y podría afectar a la postura de algunos países sobre el reconocimiento de su independencia.

"Hay algunos países que podrían seguir mostrando dudas, o al menos podrían optar por esperar a la CIJ", dijo Hyseni. El tribunal podría tomar dos años para dar su respuesta.

En una carta al presidente de la Asamblea General, Gran Bretaña respaldó la postura de Kosovo, señalando: "El Reino Unido no tiene dudas sobre la legalidad de la declaración de independencia".

La misiva subrayaba que la declaración de "Kosovo no podía ser vista en un contexto aislado de la violenta división de la antigua Yugoslavia, incluyendo la crisis humanitaria de 1999".

La independencia de Kosovo es reconocida por 47 de los 192 miembros de la ONU. Mientras los países de Europa occidental, Turquía y Estados Unidos fueron los primeros en reconocerla, sólo uno de los cuatro vecinos inmediatos de Kosovo –Albania­lo ha hecho.

Sin embargo, hubo señales la semana pasada de que dos vecinos más, Montenegro y Macedonia, estarían dispuestos a reconocer a Kosovo como estado independiente.

Además de la intención de llevar el caso a la ICJ, una propuesta de Tadic para dividir Kosovo tensó las relaciones. Al hablar ante la prensa serbia el martes, el mandatario mencionó como solución alternativa una separación a lo largo de las froneras étnicas..

Según su plan, el norte de Kosovo, la única parte con mayoría serbia, volvería a ser parte de Serbia. Entre los 2,1 millones de habitantes de Kosovo hay 100.000 serbios.

El canciller kosovar Hyseni criticó duramente la propuesta. "Kosovo va a oponerse a todos los esfuerzos para cambiar sus fronteras. Se está llamando a los problemas y al conflicto si se buscan cambios fronterizos", afirmó.

El funcionario señaló que el parlametno ya le ha concedido derechos exclusivos a la minoría serbia en áreas como educación, salud y política. "Las municipalidades de mayoría serbia tendrán mucho más competencia que las de mayoría albanesa", explicó.

Hyseni también ofreció una estrecha cooperación con Serbia en varios campos, como comercio, libertad de movimiento y esfuerzos de bienestar para la comunidad serbia en Kosovo.

Kosovo, a pesar de su declaración de independencia, está todavía bajo administración de la ONU. Luego de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardeó Yugoslavia en 1999, el Consejo de Seguridad creó la Administración Interina de las Naciones Unidas en Kosovo. La resolución aún está en vigor.

Aunque Kosovo fue ganando gradualmente derechos autónomos dentro de Yugoslavia tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), las tensiones étnicas entre la mayoría albanesa y la minoría serbia persisitieron, acompañadas de estallidos esporádicos de violencia.

Luego de que Slobodan Milosevic tomó el poder en Serbia en 1989, los derechos autonómicos de Kosovo fueron drásticamente reducidos y la población albanesa volvió ser víctima de la opresión cultural.

Un movimiento separatista en Kosovo comenzó a formar una administración paralela y declaró la independencia de la provincia el 2 de julio de 1990, pero la iniciativa no fue reconocida por ningún país, excepto Albania.

En los años 90, la violencia entre Serbia y el movimiento separatista kosovar se agravó, lo que llevó a la intervención de la OTAN. La provincia fue entonces puesta bajo jurisdicción interina de la ONU.

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