MUJERES-SIERRA LEONA: Subidas y bajadas de una carrera política

La sierraleonesa Zainab Bangura tiene una reputación de oradora apasionada que se ve potenciada en cualquier podio. Sabe ablandar su contundencia con amplias sonrisas y espléndidos atuendos típicos de África occidental.

Ministra de Relaciones Exteriores de Sierra Leona, es sin dudas la política y activista de la sociedad civil más conocida de este país. Ocupa los titulares en la prensa desde los años 90, primero por denunciar hechos de corrupción y luego por ser la primera mujer en atreverse a postularse a la presidencia, en 2002.

"Ha sido un camino difícil y desafiante. Simplemente he inspirado a más mujeres a asumir puestos destacados" en materia de gobernanza, así como a "tomar el control de sus destinos", dijo a IPS.

Pero Zainab Bangura, que en diciembre cumplirá 49 años, no comenzó como política.

Tras graduarse de la Universidad de Sierra Leona en 1983 como licenciada en ciencia política e historia, se unió a una empresa local de seguros en calidad de supervisora de reclamos y resolución de disputas, y ascendió a gerenta de los servicios de apoyo técnico.
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Se casó con el veterano político Sheki Bangura y tuvo un hijo, que ahora es estudiante universitario.

Pero esto no era suficiente para una mujer cuya visión y ambición trascendían el mundo corporativo de los agentes de seguros.

En 1996, cuando el primer gobierno civil fue electo tras décadas de un régimen de partido único y de intervenciones militares, fundó la Campaña para la Buena Gobernanza (CGG, por sus siglas en inglés), una organización de la sociedad civil que también defendía la democracia, los derechos humanos y el empoderamiento de las mujeres.

"Era tiempo de que la sociedad civil actuara como la voz del pueblo, presionando a los funcionarios públicos y al gobierno para que se responsabilizaran ante el público", explicó Zainab Bangura.

En seis años, la CGG asumió un fuerte rol en la sociedad civil, convirtiéndose en una fuente confiable para que los donantes midieran la buena gobernanza.

Abdul Tejan Cole, actual presidente de la comisión anticorrupción del país, trabajó como funcionario de derechos humanos en la CGG. "La capacidad organizativa de Zainab es tremenda y su fortaleza como defensora de las causas democráticas es destacable", dijo a IPS.

En 2002, Bangura formó su propio partido político, el Movimiento por el Cambio (MOP) y se postuló a la presidencia con una plataforma que incluía combatir la corrupción, garantizar a las mujeres derechos igualitarios y poner fin a la pobreza.

"Sabía que estaba en una situación comprometida en esta sociedad centrada en los hombres. Pero el hecho es que las mujeres tienen que comenzar en alguna parte, y gradualmente haremos una diferencia significativa", reflexionó.

Pese al bullicio que generó su candidatura, Bangura perdió las elecciones y su partido no ganó ni un solo escaño en el parlamento.

Su talón de Aquiles fue el manejo que hizo de la difundida práctica de la mutilación genital femenina, que consiste en cortar el clítoris de las adolescentes, que en Sierra Leona es fundamentalmente parte de un rito de iniciación para ingresar a las poderosas sociedades secretas femeninas conocidas como Bondo.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calcula que 90 por ciento de las mujeres de Sierra Leona han sido sometidas a este procedimiento, entre ellas la propia Bangura.

Los opositores de Bangura señalaron que ella quería prohibir esta práctica, que es un elemento valorado del patrimonio cultural. De la noche a la mañana, se convirtió en una "traidora de la tradición". Las sociedades Bondo se volvieron contra ella y su campaña se desplomó.

Bangura, que niega haber querido prohibir la mutilación genital femenina, dijo a IPS: "Algunos aspectos (de esa práctica) deben ser modificados o abolidos. Debe haber una edad de consentimiento. Por ejemplo, una niña de 10 años no debe ser iniciada por la fuerza".

"Fueron todas mentiras difundidas por mis oponentes masculinos. Ellos sabían que ésa era la manera en que podían ganar los votos de las mujeres", señaló.

Derrotada pero no vencida, creó el National Accountability Group, organización no gubernamental que hace campaña por la transparencia en la gobernanza.

En 2005, Bangura se unió a la misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Liberia, como directora de asuntos civiles. Allí volvió a estar en contacto con la persona a quien más admira en el mundo: Ellen Johnson-Sirleaf, presidenta de Liberia y primera mujer jefa de Estado de África, a quien conocía de su época de activista.

Pero Bangura no estuvo mucho tiempo lejos de la política nacional. En 2007, el gobierno recién electo del presidente Ernest Bai Koroma la nombró ministra de Relaciones Exteriores.

"Soy la arquitecta de las relaciones multilaterales y bilaterales de Sierra Leona con la comunidad internacional y esto es un desafío que estoy preparada para ponerme al hombro", dijo Bangura.

No obstante, la controversia todavía la acosa. Antes de los Juegos Olímpicos de Beijing volvió a ocupar los titulares de los diarios cuando los medios informaron que había apoyado la represión de tibetanos por parte de China, importante donante de Sierra Leona.

"El éxito político de Zainab radica en sus posturas controvertidas y en su franqueza. Ella puede discutir cualquier tema bajo el sol, sin importar cuán poco sepa sobre él. Sin embargo, le gusta aprender", expresó la observadora política Isha Kamara, que ha seguido la carrera de Bangura.

Cuando faltan cuatro años para las próximas elecciones, Bangura no suelta prenda. Pero no descarta sus ambiciones presidenciales.

"Todavía tengo un largo camino que recorrer en política. Y todavía creo en la idea de que una mujer lidere este país. Sólo el tiempo lo dirá", manifestó.

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