CAMBIO CLIMÁTICO: Energía verde, aunque sea más cara

Un sondeo de la red mundial de encuestadoras World Public Opinion revela que una mayoría de entrevistados en 21 países están a favor de usar fuentes alternativas de energía, como la eólica y la solar, aunque implique mayores costos en el corto plazo.

"El público percibe que el petróleo se está agotando y que es necesario actuar ahora para reemplazarlo como fuente de energía. Realmente piensan en el largo plazo", dijo a IPS Steven Kull, director de World Public Opinion.

En promedio, 77 por ciento de los consultados opinan que los gobiernos deben ordenar a las empresas de servicios públicos que inviertan más en fuentes alternativas de energía. El apoyo a esta opción varía de 50 por ciento en Rusia a 89 por ciento en Corea del Sur.

Asimismo, 74 por ciento de los entrevistados apoyaron la idea de optimizar la eficiencia en el consumo de energía en los edificios. El menor nivel de aceptación se registró en la Autoridad Nacional Palestina, con 54 por ciento, y el más alto en Francia y Gran Bretaña, con 89 por ciento.

En menos de la mitad de los países en que se realizó la encuesta se constataron mayorías favorables a enfatizar en la energía nuclear, el carbón o el petróleo para atender la demanda futura.
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Sólo en Argentina, Jordania, Kenia y Nigeria más de 50 por ciento de los consultados apoyaron la idea de construir nuevas centrales eléctricas alimentadas con carbón o petróleo.

En promedio, 40 por ciento de los encuestados son favorables a construir ese tipo de centrales, mientras que 33 por ciento se pronunciaron por restringirlas. Porcentajes similares se registraron respecto del uso de energía nuclear.

"Es notable que exista esa 'unanimidad' en todo el mundo acerca de que los gobiernos deben abordar el problema de la energía poniendo énfasis en las fuentes alternativas y una mayor eficiencia", afirmó Kull. "Igualmente llamativa es la poca atención de los gobiernos a la opinión del público."

Por otra parte, 69 por ciento de los entrevistados, en promedio, afirmaron que las autoridades debían dar los pasos necesarios para adoptar fuentes de energía más "verdes", a pesar del aumento de costo en el corto plazo.

Asimismo, una mayoría de 58 por ciento promedio aprobó la idea de pedir a las empresas que empleen la energía de forma más eficiente, aunque eso implique aumentos en el precio de sus productos. Esta opción fue rechazada por 38 por ciento de los consultados.

Una mayoría relativa, de 48 por ciento, se mostró a favor de cobrar sobreprecios a quienes compren artefactos eléctricos o automóviles que no consumen energía con eficiencia, mientras que 39 por ciento de los consultados, en promedio, se manifestaron en contra.

"Es llamativo que el apoyo a las fuentes alternativas sólo caiga levemente cuando se plantea el tema de los costos. La gente está definitivamente dispuesta a hacer más de lo que está haciendo ahora", señaló Kull.

En todos los países donde se realizó la encuesta, una mayoría de los entrevistados, 66 por ciento promedio, opinó que el cambio hacia fuentes alternativas de energía ahorrará dinero en el largo plazo.

Apenas uno de cada cinco entrevistados consideró que los mayores costos provocarían una recesión duradera.

Sin embargo, Kull advirtió que "el apoyo tiene límites".

En países donde los gobiernos ya han adoptado medidas contra el cambio climático y promueven la eficiencia energética, como Alemania e Italia, la proporción del público dispuesta a pagar más por el uso de fuentes renovables es ligeramente menor al que existe en naciones donde aún no se han dado esos pasos.

La encuesta también revela que el público de países exportadores de petróleo, como Azerbaiján, Indonesia y Rusia, es más crítico de las energías alternativas que las personas que viven en naciones importadoras de hidrocarburos.

"Los exportadores de petróleo se benefician de su uso y la gente puede temer que la adopción de fuentes alternativas lleve a una depreciación del producto", dijo Kull. Además, en esas naciones "el problema energético se siente menos", agregó.

Para realizar la encuesta se entrevistó a alrededor de 20.790 personas en 21 países, entre el 15 de julio y el 4 de noviembre.

La lista incluye a Alemania, Argentina, Azerbaiján, Corea del Sur, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Jordania, Kenia, México, Nigeria, Polonia, Rusia, Tailandia, Turquía, Ucrania y la Autoridad Nacional Palestina. También fueron consultados ciudadanos de Hong Kong, Macao y Taiwán.

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