CAMBIO CLIMÁTICO: Ambientalistas arremeten contra el Banco Mundial

Importantes organizaciones ambientalistas se oponen a que el Banco Mundial sea la institución encargada de gestionar los fondos que se destinarán a mitigar los efectos del cambio climático en las naciones en desarrollo.

La contribución de las naciones industrializadas para que los países del Sur puedan disminuir la cantidad de dióxido de carbono que emiten a la atmósfera puede superar los 100.000 millones de dólares, según estimaciones no oficiales.

El Banco Mundial no debe administrar ese dinero, sostuvieron 142 organizaciones, que abogan por justicia en materia climática, en una declaración divulgada el martes en el marco de la Conferencia de la ONU sobre cambio climático que comenzó el 1 de este mes en la ciudad polaca de Poznan y terminará este viernes.

La conferencia en la que participan unos 11.000 representantes de 192 países comienza una etapa importante este jueves con lo dos días de reuniones de ministros de Ambiente y otros funcionarios.

Las dos semanas de sesiones son un paso intermedio entre las negociaciones de la conferencia de Bali, de diciembre de 2007, y la que se realizará en Copenhague el año que viene con el objetivo de lograr un acuerdo ambicioso y efectivo a fin de mitigar el cambio climático.
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Las discusiones apuntaron a tratar de garantizar que las naciones en desarrollo tengan acceso directo a fondos para combatir y adaptarse a las consecuencias de ese fenómeno, pero las organizaciones no gubernamentales presentes en esta ciudad polaca señalaron que el Banco Mundial trata de controlar el dinero.

En cambio, propusieron, en una declaración conjunta, que los fondos y su utilización dependan de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).

El Grupo de los 77 (G-77), que reúne a 133 países en desarrollo y China, prefieren que sea la CMNUCC la que se encargue de gestionar los recursos económicos.

"El Banco Mundial no es una institución creíble como para desempeñar un papel en la contención de los efectos del cambio climático", señaló Karen Orenstein, del capítulo estadounidense de Amigos de la Tierra. "Sus inversiones al respecto están totalmente viciadas y deben liquidarse".

"Las naciones en desarrollo necesitan con urgencia miles de millones de dólares para lidiar con tormentas, sequías, hambrunas e inundaciones que aumentan y se agravan a causa del cambio climático y para lograr disminuir sus emisiones de dióxido de carbono. Pero esos fondos deben canalizarse mediante mecanismos de la ONU, dónde la participación de las partes es equitativa", añadió.

"Es simplemente vergonzoso que los fondos para mitigar el cambio climático se den bajo en forma de préstamos", indicó Lidy Nacpil, coordinadora de Jubileo Sur – Movimiento sobre Deuda y Desarrollo de Asia Pacífico.

"Las poblaciones del Sur son las más vulnerables a los efectos del cambio climático a causa de la pobreza y la falta de recursos y programas gubernamentales, en gran parte debido a la deuda que éstos se ven obligados a pagar a las naciones del Norte", añadió Nacpil.

"Ahora, el Banco Mundial y los gobiernos del Norte, los principales responsables de la crisis climática, quieren que nuestros pueblos asuman el costo de lidiar con las consecuencias y sumarlo a la deuda que cargamos. Es injusto por muchas razones", alegó.

"Además, es pura hipocresía del Banco Mundial pretender asumir un papel en la asistencia al Sur al respecto cuando sigue financiando proyectos y tiene políticas que destruyen el ambiente", agregó Nacpil.

En la declaración de tres páginas, las organizaciones no gubernamentales alegan que el Banco Mundial es un gran contaminador y responsable de la deforestación, además de que viola los derechos humanos. "No es una institución democrática".

Además, reza el documento, sus últimas iniciativas en materia climática están profundamente viciadas.

El Banco Mundial profesa su preocupación por el cambio climático, pero, de hecho, respalda proyectos vinculados a combustibles fósiles, añade la declaración. Entre 1997 y 2007, la institución financió emisiones de dióxido de carbono equivalentes a 45 veces las de Gran Bretaña.

En 2007, ese organismo aumentó sus préstamos para explotar carbón, petróleo y gas en 94 por ciento, superando los 3.000 millones de dólares. En especial, los fondos destinados al carbón aumentaron en 256 por ciento el año pasado.

La propia revisión del Banco Mundial en materia de industrias extractivas de 2004 recomendó dejar de financiar de inmediato proyectos de carbón y retirar progresivamente las inversiones vinculadas a la producción de petróleo para 2008, a raíz de la conclusión de que "a menudo la expansión de la industria extractiva de un país supone un riesgo mayor para el ambiente y las personas pobres".

En abril de este año, esa institución aprobó un préstamo de 450 millones de dólares para un proyecto que producirá 4.000 megavatios, en India, y que se supone estará entre los 50 mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo.

"El apoyo cada vez mayor que el Banco Mundial da a los combustibles fósiles lo convierten en una institución inapropiada para encabezar la lucha contra el cambio climático", alegaron las organizaciones no gubernamentales.

La deforestación es responsable de alrededor de 20 por ciento de las emisiones de gases invernadero, sin embargo, el Banco Mundial promueve la tala industrial y los agro-combustibles.

Un informe de la propia institución criticó duramente en 2007 el apoyo que el Banco Mundial daba a la industria maderera y su responsabilidad en la violación de los derechos de los pigmeos y otras comunidades selváticas de República Democrática del Congo, donde se encuentra al segunda mayor extensión de selvas del mundo.

La Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial financió plantaciones de soja y palma aceitera, cría de ganado, cultivo de langostinos en zonas de manglares.

La CFI apoya desde hace tiempo el sector agroindustrial basado sobre el ganado y volcó unos 732 millones de dólares en un periodo de seis años. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que el sector ganadero es responsable de 18 por ciento de las emisiones de gases invernadero.

El Banco Mundial es un gran violador de derechos humanos, reza la declaración de las 142 organizaciones, y numerosas comunidades en todo el mundo, desde las perjudicadas por el oleoducto de Chad a Camerún hasta las damnificadas por la represa Nam Theun 2, en Laos, fueron víctimas directas de los proyectos financiados por ese organismo.

El fondo del Banco Mundial para reducir las emisiones de carbono mediante la protección de los bosques (FCPF, por sus siglas en inglés) incluirá a las selvas en un dudoso programa para compensar el dióxido de carbono emitido por los países y la industria del Norte.

"En violación de las propias políticas del Banco Mundial, el FCPF no logró garantizar una significativa participación de las poblaciones indígenas y comunidades locales en el diseño de la propuesta", alegaron las organizaciones ambientalistas.

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