MIGRACIONES-GRECIA: Silencio en torno de huelga de hambre

Quince inmigrantes iniciaron este viernes el día 25 de su huelga de hambre en la municipalidad de Hania, en la isla griega de Creta. Todos ellos viven y trabajan allí desde hace mucho tiempo, pero están bajo amenaza de deportación.

Creta, la segunda isla más grande de Grecia, está 253 kilómetros al sur de Attiki, el área donde se encuentra Atenas, la capital. En la isla viven 600.000 habitantes. En Hania, 150.000.

Los inmigrantes, todos de origen árabe, comenzaron una huelga de hambre para reclamar que las autoridades nacionales acepten la documentación que aportan, la cual demuestra su radicación en el país desde antes del 31 de agosto de 2004.

Según la ley de migraciones aprobada en 2005, los extranjeros que pueden probar su presencia en Grecia en esa fecha pueden postularse exitosamente a la regularización de su residencia.

Ocho de los huelguistas presentaron postulaciones antes, pero se las rechazaron. Cada postulación cuesta 2.000 euros (unos 2.500 dólares).
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"Los demás se abstuvieron de postularse por el elevado costo, y sabiendo que no tenían posibilidades de éxito", dijo a IPS Markos Xatzisavvas, miembro de una organización de solidaridad con los inmigrantes.

"Las autoridades locales respondieron de un modo extremadamente duro. Pero no estamos sorprendidos. Esto es lo que dicta el espíritu de la nueva política migratoria europea, a la que el gobierno griego adhiere plenamente", agregó.

Durante 2008, aumentó la llegada de inmigrantes a Grecia. Los sistemas de asilo y regularización son ineficientes, con una proporción de aceptaciones inferior a uno por ciento. Cientos de miles de personas permanecen en el país sin estatus legal, siendo desviadas hacia un agresivo mercado informal que se lucra de su vulnerabilidad.

La presión sobre ellas condujo el mes pasado a varios incidentes violentos en los alrededores de Atenas. Un pakistaní falleció mientras huía de una redada policial durante disturbios fuera del centro de solicitudes de asilo.

La semana pasada, anarquistas y migrantes se enfrentaron con miembros de grupos fascistas en una manifestación organizada por LAOS, partido populista de derecha con representación parlamentaria.

Residentes griegos de Agios Panteleimonas y Kipseli, centrales distritos de Atenas que se están convirtiendo rápidamente en guetos de inmigrantes, se unieron a la manifestación.

La respuesta de los líderes locales en Creta también causó consternación. Al comienzo de la huelga de hambre, el alcalde de Hania, Kyriakos Virvidakis, ordenó quitar las tiendas de campaña de los huelguistas de la plaza que hay a las puertas de su casa.

Luego del vigésimo día de la huelga de hambre, el administrador regional Serafim Tsiokas dijo que, de acuerdo con la ley griega, los inmigrantes pueden hacer huelga de hambre todo el tiempo que quieran.

Consultado sobre si esto significaba que mantuvieran la medida hasta morir, replicó: "Hasta el final mismo."

El ministro del Interior se había negado a comparecer ante el parlamento para responder preguntas sobre la situación de los huelguistas. Ningún miembro del partido en el poder, el derechista Nueva Democracia, los ha visitado.

Irónicamente, el presidente griego Karolos Papoulias se quedó, en una visita a Creta a comienzos de esta semana para informar sobre la integración de la isla al país, en un hotel que está exactamente al lado de donde se lleva a cabo la huelga de hambre.

Y desafió el protocolo al reunirse con representantes de la organización de solidaridad, entre ellos Abdel Wahed Hatzi.

"Él pidió sinceramente que lo mantuvieran informado sobre la situación y prometió investigar el asunto", dijo el activista a IPS.

"Pero el tiempo realmente es poco, los médicos dicen que en cualquier momento los huelguistas comenzarán a sufrir daños permanentes. Todos ellos están semiinconscientes. Cuando se desvanecen los llevan al hospital, les brinda primeros auxilios y los traen de vuelta. Anoche hospitalizaron a 10 de ellos", agregó.

El activista también dijo que la prensa se ha mantenido en silencio en relación a los huelguistas. "Durante 24 días la televisión nacional rara vez mencionó la huelga de hambre y muy pocos periódicos nacionales dijeron algo. Hay 15 personas muriéndose, pero no les dedicaron más que un minuto. ¿Es que no se trata de una historia vendible, o acaso el gobierno está pidiendo que no hacer de esto una noticia?", planteó Abdel Wahed Hatzi.

Si se produce una muerte entre los huelguistas será trascendental para las relaciones sociales en Grecia, sostuvo.

"El día después será muy diferente. Griegos y extranjeros en este país están indignados por lo que ven, y se esfuerzan por mantenerlo adentro. ¿Qué dirán cuando los llamen ese día?", preguntó.

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