AMBIENTE-CAMBOYA: Apuesta por la gran represa

El gobierno de Camboya se apresta a dar luz verde a un proyecto de represa que, de construirse, bloqueará el río Mekong en la central localidad de Sambor, a pesar de los cuestionamientos políticos, financieros, ambientales y sociales.

Estas consideraciones se habían combinado para impedir que el plan siguiera adelante. Pero, al parecer, sólo hasta ahora.

Un memorando de entendimiento firmado a fines de 2006 entre el gobierno camboyano y la compañía China Southern Power Grid Company para estudiar la viabilidad del proyecto tuvo en cuenta dos iniciativas.

La primera, una represa de 2.600 megavatios, es una variación de la propuesta original, planteada en 1994 por la entonces Secretaría del Mekong: una estructura de 3.300 megavatios que habría bloqueado todo el río.

Esto habría creado una laguna de unos 880 kilómetros cuadrados y requerido el reasentamiento de unas 5.000 personas, cifra que, según los críticos, podría ser mayor.
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Un segundo diseño preveía un proyecto de apenas 465 megavatios, el cual bloquearía sólo parte del río y necesitaría un espejo de agua de solo seis kilómetros cuadrados.

Aunque no se difundió ninguna información oficial sobre el estudio de viabilidad, varias fuentes del gobierno aseguraron que ya estaría tomada la decisión de seguir adelante con el primer plan.

El subdirector de Desarrollo Energético del Ministerio de Industrias, Minas y Energía, Tung Sereyvuth, dijo en septiembre, en una conferencia regional en Laos, que el gobierno proyecta una represa de 2.600 megavatios y que espera ponerla en marcha para 2019.

Entrevistado a fines de 2008, el ministro de Industrias, Minas y Energía, Ith Praing, dijo que ya estaba en marcha la evaluación del impacto ambiental.

«Esperamos que la represa sea factible. Será un logro histórico en su calidad de primera gran represa en Camboya», declaró.

Pero el director del Departamento de Impacto Ambiental del Ministerio de Ambiente, Puth Sorithy, dijo a comienzos de diciembre, reunido en Phnom Penh con representantes de las comunidades afectadas por la represa, que aún no llegaron a sus manos los informes sobre la represa de Sambor.

Funcionarios del Ministerio de Industria, Minas y Energía no respondieron a los pedidos de declaraciones sobre el estatus del proyecto.

Expertos en reservas pesqueras y críticos del desarrollo hidroeléctrico del Mekong mantienen sus reservas sobre el potencial impacto de la represa.

«Si se construye, bloqueará las principales migraciones de peces entre el sur de Laos y el lago Tonle Sap de Camboya, destruirá hábitat críticos de peces de las profundidades e interrumpirá los ciclos hidrológicos de sedimentos y nutrientes fluviales, impactando en la ecología del río», dijo el analista Carl Middleton, de la organización no gubernamental Rivers International.

La Secretaría del Mekong había considerado, ya en 1994, que la opción de 3.300 megavatios obstaculizaría la migración de peces, y que aislar a las poblaciones ictiológicas de sus áreas de desove tendrá efectos corriente arriba, tal vez hasta Pakse (en el sur de Laos) y más allá, y en la reserva del Gran Lago Tonle Sap.

El Tonle Sap contribuye con casi dos tercios de la captura anual de pescado, en su mayoría compuesto por especies migrantes.

Un estudio presentado en 2003 ante el Sexto Simposio Técnico sobre Pesquerías del Mekong en Vientiane, Laos, fue aun más directo.

«Cualquier represa sobre la corriente principal del Mekong en esta parte de Camboya podría ser desastrosa para las reservas pesqueras, y Sambor es la peor ubicación posible», señalaba.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) también identificó la represa de Sambor como una amenaza seria para el hábitat del delfín de agua dulce del río Irrawaddy.

Un refugio crucial para este delfín en la estación seca (abril y mayo) es la franja de ese río que fluye entre la central provincia de Kratie, donde se encuentra Sanbor, y la frontera entre Laos y Camboya, importante en términos de hábitat de las profundidades a lo largo del Mekong.

El encarecimiento del petróleo y la mayor disponibilidad de financiamiento privado y de nuevos actores de la industria, como China, Vietnam y Corea del Sur, alienta ahora a los gobiernos de Tailandia, Laos y Camboya a construir represas sobre la corriente principal del Mekong.

A comienzos de 2008, Laos firmó un acuerdo con una firma de ingeniería de Malasia para construir una represa sobre el Mekong en las cataratas de Khone. Allí el río forma una compleja red de estrechos canales, en el punto donde ingresa en Camboya.

La represa, objeto de una considerable controversia local e internacional, obstruiría el canal más profundo sobre ese sector del río, que ahora los peces migrantes pueden cruzar fácilmente en la estación seca, cuando las aguas del Mekong están en su punto más bajo.

Eso efectivamente obstaculizará el flujo de peces entre los hábitat de alimentación del lago Tonle Sap y las zonas de reproducción, en Laos y Tailandia.

El gobierno considera que si los países vecinos están construyendo represas Camboya no debería quedarse atrás, explicó Nye San, subdirector del Foro de Organizaciones No Gubernamentales de Camboya.

La falta de información sobre el proyecto de Sambor no es inusual. Este país ha difundido públicamente pocos datos relativos a sus proyectos hidroeléctricos. También se les dice poco a los ciudadanos que se verán afectados directamente.

La Comisión del Río Mekong, organismo regional a cargo de controlar el desarrollo en esa cuenca, tampoco es clara en cuanto al impacto ambiental de la represa de Sambor.

«Hemos discutido con el Comité Nacional Camboyano del Mekong para que nos provea de la misma información preliminar que tenemos de Laos sobre Don Sahong y accedió», dijo Jeremy Bird, presidente de la Comisión..

«Esto nos dará una señal sobre la escala del proceso y el marco temporal para el proyecto», agregó.

Ninguno de los proyectos alcanzó el estadio de desarrollo en el cual es preciso notificar a la Comisión del Río Mekong y a sus miembros para evaluar el manejo de los recursos hídricos del río, continuó Bird, quien dijo esperar el primer reporte para los primeros seis meses de 2009.

El proyecto de Sambor es parte de una importante campaña de Camboya para desarrollar el potencial hidroeléctrico, con miras al uso interno y la exportación de energía a países vecinos.

Apenas 20 por ciento de los hogares camboyanos tienen actualmente acceso a un suministro eléctrico confiable.

El gobierno quiere elevar este porcentaje a 70 para 2030, pues considera que este factor, así como los elevados precios de la electricidad en comparación con los países vecinos, obstaculizan la inversión extranjera.

Actualmente hay cinco represas en construcción y unas 20 en estudio, en asociación con empresas privadas, la mayoría chinas.

Sin embargo, «en vez de construir represas destructivas como la del Sambor, hay mejores maneras de que Camboya satisfaga sus necesidades energéticas», opinó Middleton.

«Las políticas nacionales de energía deberían priorizar introducir innovaciones tecnológicas de fuentes renovables y descentralizadas que ahora están disponibles y son competitivas en materia de costos», concluyó.

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