La misión humanitaria para liberar a cuatro uniformados prisioneros de la guerrilla colombiana de las FARC, integrada por la senadora Piedad Córdoba, otros tres miembros del grupo Colombianos por la Paz, y delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), estuvo a punto de volver con las manos vacías.
Un combatiente de nombre Raúl murió, y otro está desaparecido y aparentemente detenido por el ejército, debido a ataques de la fuerza pública a la guardia guerrillera responsable de entregar a tres policías y un soldado cautivos de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) durante la caminata de la columna hacia el "punto X".
Ese "punto X" señalaba las coordenadas exactas para la entrega de los cautivos.
La guerrilla había planificado estar lista desde las 8 de la mañana hora local (13:00 GMT), para efectuar la liberación de los secuestrados, pero "el asedio militar por tierra" habría dificultado las cosas, según el jefe insurgente Jairo Martínez, de la unidad guerrillera encargada de entregar a los cuatro prisioneros de guerra de las FARC.
El canal multiestatal Telesur, con sede en Caracas, transmitió en directo poco antes de las 15:00 hora local (20:00 GMT) una comunicación por teléfono satelital con el periodista Jorge Enrique Botero desde algún lugar cercano al "punto X".
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Mediante teléfono satelital también se conoció la versión de Jairo Martínez.
Botero integra la delegación que partió a las 8:15 horas (13:15 GMT), en helicópteros del gobierno de Brasil hacia el bajo río Caguán, en el sureño departamento del Caquetá, desde su capital Florencia, para recibir a los cuatro cautivos.
"La jornada de hoy ha estado llena de obstáculos y dificultades" desde el momento mismo en que despegaron los helicópteros brasileños rumbo al "punto X" donde iba a ocurrir la entrega, dijo Martínez.
Al llegar al "punto X", aparentemente en jurisdicción del poblado de Cristales, a orillas del río Caguán, había tropa en el lugar, relató Botero. Además, cuando los helicópteros brasileños aterrizaron, fueron sobrevolados en círculos por aviones militares, agregó.
Por ello los integrantes de la misión humanitaria, que incluye a delegados de alto perfil del CICR, a la líder feminista Olga Amparo Sánchez y al periodista Daniel Samper Pizano, alcanzaron a considerar la suspensión de la operación.
"La operación estuvo prácticamente al borde del aborto. Estuvimos considerando la posibilidad de regresar con las manos vacías", dijo Botero a Telesur.
Tras un intercambio de consideraciones entre el CICR, el grupo de Colombianos por la Paz, que lidera Córdoba, y las FARC, se impuso proseguir con la liberación. Finalmente optaron por desplazarse a otro lugar. Los cuatro uniformados fueron entregados a las 15:00 hora local (20:00 GMT) a la misión humanitaria.
Los acuerdos con el gobierno "han sido violados" dijo Botero.
Según el guerrillero Martínez, aceptó continuar con la entrega sólo porque la misión fue iniciativa de "amigas y amigos de la paz", y advirtió que "las FARC no confían" en el CICR, porque éste "no ha reclamado suficientemente el respeto a su emblema" tras la operación "Jaque".
Ese operativo del gobierno, efectuado el 2 de julio de 2008 se ejecutó en un procedimiento de inteligencia militar que liberó de manera incruenta a la política Ingrid Betancourt, 11 militares y policías y tres estadounidenses "contratistas" de la guerra colombiana.
Para lograrlo, se simuló una misión humanitaria como la actual, y se usaron distintivos del CICR, sin su autorización.
Este domingo, la guerrilla interceptó comunicaciones militares en las que, aparentemente desde esos aviones que sobrevolaban, se dictaban órdenes y contraórdenes a la tripulación de los helicópteros de Brasil, miembros del grupo elite de la Fuerza Aérea Brasileña.
Las comunicaciones fueron grabadas y serán reveladas por la senadora Piedad Córdoba a su retorno de la misión de liberación, indicó Botero.
Si Botero está hablando desde la zona a los medios, esa es una violación de estos procedimientos, dijo Restrepo a la prensa en Villavicencio, y negó que el gobierno hubiera incumplido los acuerdos.
Mientras esto ocurría, el gobierno de Álvaro Uribe tomó este domingo medidas sorpresivas que indicarían que busca evitar el contacto de la prensa con los cuatro uniformados entregados por las FARC a una comisión de la sociedad civil y el CICR.
Hacia las 14:30 hora local (19:30 GMT), entre 150 y 200 periodistas enviados especiales a Villavicencio, capital del central departamento del Meta situada 89 kilómetros al sur de Bogotá, eran mantenidos fuera de las instalaciones del aeropuerto Vanguardia de esa ciudad, con excepción de camarógrafos y fotógrafos.
Estos últimos fueron apostados tras un "corral" a unos 80 ó 100 metros del lugar en la pista, donde está previsto el aterrizaje de los helicópteros dispuestos por el gobierno de Brasil para la operación de liberación mediada por el grupo Colombianos por la Paz, una iniciativa de la senadora Córdoba, del opositor Partido Liberal.
Al mismo tiempo, en el aeropuerto militar de Catam, en Bogotá, fue suspendida una anunciada rueda de prensa con los liberados, y las autoridades desplegaron un operativo de seguridad en las vías que comunican a dicho aeropuerto con el centro de la ciudad.
El soldado William Domínguez y los agentes de policía Juan Fernando Galicia, José Walter Lozano y Alexis Torres podrán ser saludados por "dos minutos" a su arribo a Vanguardia, según garantizó el alto comisionado Restrepo a Colombianos por la Paz.
Esa información fue relatada antes de que se conocieran los detalles desde el Caguán por el periodista Carlos Lozano, integrante de ese grupo y quien aguarda en Villavicencio junto con otros 13 delegados de la sociedad civil.
Ese breve tiempo se logró tras un forcejeo de toda la mañana de la comisión de 14 integrantes de Colombianos por la Paz con las autoridades, que en la noche de la víspera, tras otra serie de discusiones, durante la tarde, habían aceptado un recibimiento simbólico por parte de los delegados de ese grupo ciudadano.
