DESARROLLO: Japón, portavoz de África en el G-20

Japón, la segunda economía del mundo, exige iniciativas globales para reactivar el flujo financiero hacia África, incluidos los subsidios gubernamentales, préstamos y líneas de crédito.

El primer ministro Taro Aso trasladará ese mensaje a sus pares en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) países industrializados y emergentes que se realizará este jueves en Londres.

Así lo informó a parlamentarios de Alemania el embajador de Japón en ese país, Takahiro Shinyo.

Aso transmitirá ese mensaje en nombre de los países africanos cuyos ministros se reunieron con una delegación de alto nivel encabezada por el canciller de Japón, Hirofumi Nakasone, los días 21 y 22 de este mes en Gaborone.

Ésa fue la primera reunión ministerial que siguió a la cuarta Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano (TICAD IV), celebrada en mayo en Japón.
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Los participantes observaron que la crisis financiera mundial estaba impactando en África, como ya consideraron los jefes de Estado y de gobierno reunidos el mes pasado en la 12 cumbre de la Unión Africana (UA).

La declaración final de la conferencia en Addis Abeba se centró en la necesidad de que la comunidad internacional asista a los esfuerzos de África por mitigar el impacto de la crisis.

Pedidos similares fueron emitidos por el Banco Africano de Desarrollo, el Comité de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales Africanos, además del Panel para el Progreso Africano presidido por el ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Kofi Annan.

Los países del G-20 representan 90 por ciento de la producción mundial, 80 por ciento del comercio del planeta y dos tercios de su población.

El mensaje encomendado al primer ministro japonés refleja una profunda preocupación por "el serio impacto negativo sobre África de la actual crisis financiera y económica mundial, lo que incluye la caída del precio de las materias primas, la debilitada demanda de importaciones, un agravamiento de las condiciones fiscales, y una marcada reducción de los ingresos de capitales privados, inversiones extranjeras directas y remesas".

Pero comparten "una fuerte determinación de no dejar que este enlentecimiento económico perjudique a África, y enfatizan en la necesidad de mayores esfuerzos de países africanos hacia los Objetivos de Desarrollo (de la ONU) para el Milenio para 2015".

Refiriéndose al comunicado de Gaborone, el mensaje señala: "Los participantes (en la reunión ministerial de seguimiento de la TICAD IV) compartieron la convicción de que era tiempo de una sinergia y una coordinación más cercanas y entre los países africanos y de uso óptimo de los recursos financieros, como para garantizar una trayectoria de crecimiento económico sustentable en todo el continente".

En este contexto, enfatizan la importancia de que todos los socios para el desarrollo cumplan con la implementación de los compromisos existentes de manera estable y efectiva.

Los países africanos también pidieron iniciativas mundiales "para reactivar los flujos financieros hacia África, incluyendo asistencia oficial al desarrollo, subsidios, préstamos, líneas de crédito e instrumentos adicionales".

También urgieron fuertemente a la cumbre de Londres a aprobar y apoyar iniciativas que incluyan programas de protección dirigidos a los más pobres y vulnerables del continente.

La reunión de Gaborone aplaudió los esfuerzos del G-20 por proponer medidas que aborden la crisis financiera y económica mundial y dar pasos para acelerar la recuperación.

Y esto, a través de la implementación concertada de paquetes de estímulos y del establecimiento de instalaciones apropiadas para apoyar los esfuerzos de reestructura y a mejorar la resiliencia económica.

Enfatizó que "las medidas para abordar la crisis deberían ser informadas por voces, preocupaciones y necesidades africanas", y subrayó que los países africanos tienen un importante rol que cumplir en su aporte a la recuperación económica mundial.

También observó que éste es un momento oportuno para implementar el nuevo sistema de Bretton Woods que refleje las realidades globales en el siglo XXI.

Buscando reafirmar su compromiso con África, el ministro japonés de Relaciones Exteriores anunció asistencia por 500 millones de dólares, mayormente para África, en cumplimiento del compromiso asumido en mayo de 2008 de duplicar la ayuda.

Japón también aportará 300 millones de dólares, principalmente para asistencia alimentaria que ayude a África a soportar los efectos del revés económico mundial.

"En su mayor parte, esta asistencia busca brindar asistencia alimentaria para expandir las redes de protección y para potenciar la productividad agrícola", dijo Nakasone a los ministros africanos.

Los países que reciben la asistencia alimentaria son Burkina Faso, Comoros, Costa de Marfil, Djibouti, Gambia, Ghana, Madagascar, Malí, Mozambique, Níger, República del Congo, Senegal y Togo.

Japón otorgará 200 millones de dólares adicionales al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, agregó.

Unos 500 delegados que representan a países, agencias internacionales y organizaciones no gubernamentales asistieron a la conferencia de dos días de seguimiento a la promesa de Japón de duplicar la asistencia a África para 2012, pasando de unos 900 millones de dólares a 1.800 millones de dólares anuales.

Nakasone insistió en que Japón no se echaría atrás en la asistencia que prometió, aunque su economía cayó en la peor recesión en décadas.

"Me gustaría declarar nuevamente que Japón está determinado a cumplir sus compromisos", dijo a la conferencia.

"Puede esperarse que la crisis financiera y económica mundial impacte en los países de África por al menos los dos próximos años", señaló.

"Lo que ahora supone la mayor preocupación es que hay una posibilidad de que África se vea profundamente afectada por esta crisis", dijo, con un enlentecimiento del crecimiento económico y demoras en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Japón no está solo en la lucha por la causa de África. Gran Bretaña se ha comprometido a hacer oír las voces de los países pobres, e insiste en que sus problemas tienen que abordarse en la cumbre del G-20. El compromiso de Gran Bretaña se concentra particularmente en África.

A la cumbre de Londres asistirán los jefes de gobierno o de Estado de Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Holanda, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

Para asegurar una representación regional equilibrada también están invitados el presidente de la Nueva Asociación para el Desarrollo de África (Nepad, por sus siglas en inglés), el de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) y el de la Comisión Europea, rama ejecutiva de la Unión Europea.

El primer ministro británico Gordon Brown también invitó a los líderes de instituciones internacionales como la ONU (Ban Ki-moon), el Banco Mundial (Robert Zoellick), el Fondo Monetario Internacional (Dominique Strauss-Kahn), la Organización Mundial del Comercio (Pascal Lamy) y el Foro de Estabilidad Financiera (Mario Draghi).

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