HAITÍ: Comicios con exclusiones avalados por la ONU

Las elecciones legislativas de este domingo en Haití están marcadas por la proscripción del partido centroizquierdista Fanmi Lavalas (FL), que cuenta con gran respaldo entre la mayoría pobre.

Y, a medida que avanza la crisis económica mundial, funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York y en Puerto Príncipe se la ven en figurillas para defender un problemático proceso electoral al mismo tiempo que ruegan por la ayuda de los donantes.

Las elecciones senaturiales despiertan una generalizada aprehensión y hasta antipatía ciudadana, según una encuesta realizada este mes por la organización Haiti Priorities Project (HPP), con sede en Miami.

"Apenas cinco por ciento de los potenciales votantes (encuestados) en todo el país dicen estar prontos para elegir en las urnas a 12 senadores", informó HPP en un comunicado, luego del sondeo realizado por 70 voluntarios, 10 de ellos procedentes de Estados Unidos.

Muchos de los entrevistados ni siquiera estaban al tanto de la identidad de los principales candidatos.
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El Consejo Electoral Provisorio (CEP) anunció en febrero que no reconocería las candidaturas de FL, porque las dos listas presentadas no contaban con la firma de su líder, el ex presidente Jean-Bertrand Aristide, exiliado en Pretoria desde 2004, cuando fue depuesto en un golpe de Estado patrocinado por Estados Unidos.

Los dos sectores de FL acordaron una lista única y la presentaron bajo la firma del apoderado del partido, Emmanuel Cantave, como en los comicios realizados en los 13 años anteriores. Pero el CEP volvió a rechazar la solicitud y, con pocos días de plazo, reclamó una firma no facsimilar de Aristide.

La ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA) urgieron al CEP a lograr que no hubiera exclusiones en los comicios.

"Nos alegra que FL use todo instrumento legal a su alcance para revertir la decisión", dijo Jorge Urbina, representante de la ONU, quien más tarde atribuyó el problema a la falta de voluntad de Aristide para estampar su firma.

Por su parte, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, manifestó su "preocupación" porque "un importante grupo de ciudadanos haitianos podrían sentir que no están representados en este proceso".

El juez Jean-Claude Doyoun dictaminó en marzo que el CEP carecía de facultades para descalificar a los candidatos de FL y que "los derechos políticos de FL fueron violados", por lo que ordenó "la restauración de sus candidaturas, si individualmente cumplen con los requisitos legales".

Pocos días después, el juez Douyon fue misteriosamente removido del cargo y el CEP dejó de lado su sentencia. A fines de marzo, luego de una visita a Haití de la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, las elites del gobierno acordaron celebrar las elecciones con FL excluida. Las críticas se acallaron.

Ahora, el CEP y la ONU atribuyen la no participación de FL en los comicios a la falta de voluntad de Aristide de firmar los documentos requeridos.

Circulan en Haití versiones según las cuales el ex presidente, quien se niega por ahora a regresar a su país, no desea dar legitimidad a elecciones organizadas por lo que considera los remanentes de una dictadura apoyada por la ONU entre 2004 y 2006, que, asegura, mantienen capacidad para cometer fraude.

Altos dirigentes de FL han sido sistemáticamente atacados, lo cual explica, en parte, las divisiones internas.

Yvon Neptune, quien fue en otros tiempos el máximo dirigente del partido, pasó dos años en cárcel y hace también dos años que pende sobre su cabeza un juicio que, según un dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, debió dejarse sin efecto.

Otro dirigente, Gérard Jean-Juste, pasó preso siete meses durante los cuales no se le trató el cáncer que sufría. Hoy está convaleciente en un hospital del sudoriental estado estadounidense de Miami.

Ronald Daulphin, también de FL, continúa preso luego de cinco años sin ser juzgado. Los casos de miles de detenciones ilegales y asesinatos durante el gobierno interino siguen sin procesar por la justicia.

Aun así, un puñado de senadores compitieron en elecciones sin el aval de Aristide, representando a FL sin que el CEP objetara sus candidaturas. Sólo en este año el partido logró unificarse a nivel nacional para presentarse en los comicios de este domingo.

El gobierno y la ONU "no aprenden", se lamentó Jacob François, de HPP. "No pueden excluir a un gran partido de las elecciones. Esto socavará todo el proceso. Además, el CEP no tiene facultades para entrometerse en los asuntos internos de Famni Lavalas."

Todo se complicó desde el colapso de la alianza entre FL y el presidente haitiano René Préval, elegido en 2006.

Préval se consagró con el apoyo de la mayoría pobre que confiaba en que el país regresaría a la normalidad y pondría fin a la represión que acabó con miles de vidas humanas después del golpe de Estado.

Pero el presidente fijó sus prioridades de acuerdo con los deseos de los donantes extranjeros y las elites económicas nacionales, según sus críticos. Hoy lo acusan de concentrarse en poco más que la exportación de indumentaria y productos textiles.

Miles de activistas de FL participaron en manifestaciones contra la exclusión de su partido. Se prevén más movilizaciones para este fin de semana.

Pero sus actividades no ocuparon el centro de las noticias haitianas, sino la conferencia celebrada esta semana en Washington para recaudar ayuda financiera de los donantes internacionales.

"La comunidad internacional, con la complicidad de Préval, decidió desembarazarse de FL y excluirla porque todos saben que es el partido mayoritario", dijo Ronique, feminista de Cité Soleil, un empobrecido barrio de Puerto Príncipe.

"La gente no está entusiasmada. El silencio en torno de estas elecciones es completo. No se ve a los candidatos por los barrios donde la gente sufre. A nadie le interesa", agregó.

La activista recordó el caso de Lovinsky Pierre-Antoine, uno de los principales líderes de FL, reconocido incluso en el exterior.

Pierre-Antoine, quien denunció con firmeza a los escuadrones de la muerte que mataron y violaron a miles de personas en los años 90, fue secuestrado a fines de 2007, poco después de anunciar que se presentaría como candidato a senador, y permanece desaparecido.

Un comandante del escuadrón de la muerte conocido como FRAPH, Louis Jodel Chamblain, fue entrevistado hace un año por IPS en el lujoso hotel Ibo Lele, el mismo donde se alojan muchos representantes de la ONU y de organizaciones no gubernamentales internacionales

*Con aportes de Wadner Pierre, desde Miami.

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