DEFENSA-EEUU: Talibán en ruta de la ayuda militar a Pakistán

El gobierno estadounidense de Barack Obama persuadió al Congreso legislativo de extender la asistencia militar a Pakistán por cinco años pese a que aún persisten las dudas sobre si ese país continúa o no ayudando al movimiento extremista Talibán.

Se señala que hay evidencias que implican al actual jefe del ejército pakistaní, general Ashfaq Pervez Kayani, en un importante programa de asistencia militar para los insurgentes del Talibán.

Los funcionarios de Obama que promovieron la ampliación de la asistencia, liderados por el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, alegaron que Kayani se comprometió a poner fin al apoyo que el Talibán y otros movimientos islámicos radicales reciben de la Inteligencia Inter Servicios (ISI), pero que él todavía no puede controlar los operativos de esta entidad.

A fines del año pasado, Estados Unidos presionó a Kayani para lograr cambios de largo alcance en la ISI, que pusieran fin a su rol en el apoyo a insurgentes en Afganistán y Cachemira.

El senador estadounidense John Ferry, del gobernante Partido Demócrata, reclamó que la ISI fuera puesta bajo control civil y amenazó con votar alguna herramienta que condicionara la asistencia militar de su país a Pakistán a la evidencia de que el ejército de ese país haya abandonado su apoyo al Talibán.
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Pero Kerry retiró su propuesta y, en febrero, dijo que conversaciones con Mullen y "otros actores" le habían persuadido de que Kayani y su elegido para nuevo jefe de la ISI, Ahmad Shuja Pasha, tenían "disposición para comprometerse en la transformación" de esa entidad.

La legislación presentada por Kerry y Richard Lugar, que fue aprobada por el Congreso en junio, brinda 2.000 millones de dólares en asistencia militar y 4.000 millones de dólares en asistencia económica a Pakistán a lo largo de cinco años.

No menciona en absoluto las evidencias de ayuda militar al Talibán. Simplemente requiere que la Secretaría de Estado (cancillería) certifique que "las fuerzas de seguridad de Pakistán" están haciendo esfuerzos concertados para impedir que el Talibán y otros grupos insurgentes asociados usen el territorio de Pakistán como santuario desde el cual lanzar ataques hacia Afganistán.

El equipo de seguridad nacional de Obama estableció una base crítica para su discusión en el Congreso filtrando al periódico The New York Times una versión según la cual Kayani no podría controlar las actividades de la ISI a corto plazo.

El artículo, publicado el 26 de marzo, reconoció el "apoyo directo de los operativos" de la ISI a la insurgencia afgana del Talibán, pero citó a funcionarios estadounidenses anónimos, diciendo que "es improbable que altos funcionarios en Islamabad estén coordinando directamente los esfuerzos clandestinos".

Esta fórmula, cuidadosamente elegida, no niega que estén liderando una política de asistencia al Talibán.

El artículo señaló que funcionarios estadounidenses no identificados "también dijeron que operativos de grado medio de la ISI ocasionalmente cultivan relaciones que no son aprobadas por sus jefes".

Esa declaración desvió la atención de si la dirigencia militar pakistaní aprobó ayuda militar para el Talibán.

Mullen sugirió que Kayani ha demostrado buena fe purgando la ISI. A comienzos de abril declaró al Philadelphia Inquirer que el nuevo director fue cuidadosamente seleccionado.

En su testimonio ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el 21 de mayo Mullen enfatizó que en los seis meses anteriores Kayani había cambiado "casi todo el liderazgo de la ISI".

Luego de una conversación con Mullen, David Ignatius, columnista del diario The Washington Post, lo citó en un artículo publicado el 29 de junio, diciendo que Kayani y su opción de jefe de la ISI "se comprometieron muy específicamente a cambiar la cultura de la ISI", pero que "eso no va a ocurrir de la noche a la mañana".

Sin embargo, Mullen ha evitado cuidadosamente decir que Kayani dio garantías de intentar poner freno a la asistencia militar al Talibán.

La evidencia histórica de la relación pasada de Kayani con el tema sugiere que él no tiene ninguna intención de cambiar la política pakistaní en relación al movimiento extremista.

El propio Kayani se desempeñó como jefe de la ISI desde fines de 2004 a fines de 2007, y lideró el desarrollo de un importante programa logístico y de entrenamiento para las fuerzas del Talibán que operaban fuera de la sudoccidental provincia pakistaní de Baluchistán.

El programa de asistencia militar de la ISI fue revelado en un informe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre una batalla de dos semanas que libraron sus fuerzas contra el Talibán en la sudoriental provincia afgana de Kandahar.

Durante esa batalla, que tuvo lugar en septiembre de 2006, la OTAN capturó a varios combatientes pakistaníes que detallaron el rol de la ISI en el apoyo a la ofensiva del Talibán.

El relato de la OTAN, que el 6 de octubre de ese año fue reproducido en The Telegraph, describió dos campos de entrenamiento de la ISI para el Talibán cerca de Quetta, en Baluchistán.

También documentó el hecho de que la ISI suministró 2.000 granadas impulsadas por cohetes y 400.000 municiones, solamente para esa campaña del Talibán.

El tamaño y alcance del programa de apoyo descrito en el informe a duras penas fueron consistentes con la idea de que la asistencia al Talibán es una operación aislada de funcionarios de la ISI.

Mullen y el secretario de Defensa Robert Gates presumiblemente conocen el apoyo que Kayani brindó en el pasado al programa de asistencia al Talibán.

Las evidencias sobre la continua ayuda de la ISI a las fuerzas del Talibán luego que Kayani reemplazó a Musharraf como máximo general del ejército fueron compiladas en una evaluación de inteligencia que a mediados de 2008 circuló entre los principales funcionarios de seguridad nacional del gobierno de George W. Bush (2001-2009), según el libro de David Sanger "The Inheritance" ("La herencia").

También se pudo oír a Kayani en una conversación interceptada por la inteligencia estadounidense. Allí se refirió a un líder del Talibán de alto rango, Maulavi Jalaluddin Haqqani, como "un bien estratégico", según el relato de Sanger.

Kayani no es el primer líder militar pakistaní en asegurarle a Estados Unidos que está purgando a la ISI de los elementos pro-Talibán. El entonces presidente Pervez Musharraf (2001-2008) hizo lo mismo para aliviar la presión de Washington cuando Estados Unidos invadió Afganistán, en octubre de 2001.

En una entrevista que concedió el 29 de marzo a Fox News, Gates dijo que los pakistaníes tenían vínculos con el Talibán en parte para cubrirse contra lo que podría ocurrir en Afganistán si Estados Unidos se fuera de su territorio.

Estados Unidos tiene que convencer a los pakistaníes de que "pueden contar con nosotros y que no necesitan esa cobertura", enfatizó Gates.

Pero Mullen y otros líderes militares estadounidenses tienen un interés diferente de Afganistán.

Otrora tuvieron vínculos cercanos con el ejército de Pakistán, al que durante décadas usaron como base para la influencia de Estados Unidos en el país, pese a las agudas divergencias entre los intereses estratégicos de ambas naciones.

Esos lazos se cortaron en los años 90, a raíz de una legislación que requirió poner fin a la cooperación militar en torno al programa de armas nucleares de Pakistán. Ahora, Mullen y otros líderes militares argumentan que estrechar esas relaciones debe ser una de las prioridades de Estados Unidos.

* Gareth Porter es historiador y periodista especializado en políticas de seguridad nacional estadounidenses. Su último libro, "Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam", ("Peligros de la dominación: desequilibrio de poder y el camino a la Guerra de Vietnam") fue publicado en 2006.

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