MARRUECOS: Una ley no basta contra la sociedad patriarcal

La oposición de políticos y jueces al código de familia reformado hace cinco años en Marruecos impide cambiar la mentalidad de la sociedad patriarcal, según activistas a favor de los derechos femeninos.

El nuevo Código de Estatuto Personal, Mudawana en árabe, fue promulgado por el rey Mohammad VI en enero de 2004. Había sido creado en los años 50, basado sobre interpretaciones del Corán, libro sagrado del Islam.

Desde 2004, la mujer puede presentar una solicitud de divorcio sin tener que contar para ello con la aprobación del marido. Antes, el esposo podía repudiar a su cónyuge de forma arbitraria, ahora la justicia exige el divorcio.

La nueva Mudawana modificó el sistema tradicional de poligamia.

Desde 2004, el hombre sólo puede tener una segunda, tercera o cuarta esposa si puede probar que la necesita para procrear o si es capaz de garantizar el mismo nivel de vida a todas ellas, como lo estipula el Corán. Además, la edad mínima de las adolescentes para casarse se elevó de 15 a 18 años.
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La anterior reforma de 1993, durante el reino de Hassan II (1929-1999), obligaba al marido a informar a su esposa que deseaba volver a casarse, fue un triunfo para la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos (ADFM), la misma organización que trabajó más de 20 años para que se aprobara el código de familia.

Lo más difícil ha sido cambiar la percepción de la sociedad sobre la legislación islámica, puntualizó Rabia Naciri, presidenta y cofundadora de ADFM.

"La gente cree que la ley islámica es sagrada, pero es sólo una interpretación del Corán", dijo a IPS. "Nos llevó años y años de trabajo con más de 200 organizaciones democráticas movilizar, enseñar y crear consciencia a fin de preparar a la sociedad para el cambio que queríamos hacer".

El 8 de marzo de 2000, con motivo del Día Internacional de la Mujer, su esfuerzo fue coronado con la llamada "marcha sobre Casablanca", en la que más de 1.000 personas salieron a la calle a reclamar al gobierno una reforma de la Mudawana.

Los islamistas respondieron con una contramarcha aún más masiva. La líder de la rama femenina del movimiento islamista Justicia y Espiritualidad, Nadia Yassine, consideró la movilización un atentado contra el Islam y sus valores y sostuvo que era una conspiración de Occidente para evitar el crecimiento demográfico en el mundo árabe.

Lo que más contribuyó a cambiar la situación de la mujer en la sociedad marroquí, según Rabia Naciri, fue el debate público que suscitó la reforma.

"De 1998 a 2004, la Mudawana ocupó la primera plana de los medios, era tema de discusión en la radio y en la televisión. Las mujeres se dieron cuenta de que formaban parte de una sociedad y de que eran reconocidas", señaló.

"Las mujeres ahora suelen reclamar sus derechos, van a la justicia más a menudo porque saben que pueden ganar. Pero lamentablemente no siempre es así", añadió Naciri.

La reforma no logró terminar con la inequidad en el seno familiar. Las marroquíes siguen sufriendo violencia domestica.

"Persiste la discriminación y la violencia contra la mujer", subraya un estudio de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), divulgado a principios de julio.

La permanente violencia es un "verdadero obstáculo" para la equidad de género, señala el documento. "Los diferentes programas e iniciativas anunciados por el gobierno tras la aprobación de la nueva Mudawana siguen siendo una interrogante".

"La violencia persiste y la injusticia continúa", indicó Sumia Idman, trabajadora social de la organización Solidaridad Femenina, con sede en Casablanca, que brinda asistencia financiera, legal y capacitación laboral a mujeres solteras.

"La nueva Mudawana no trata de forma adecuada la violencia", remarcó Idman, "lo que contribuye a generalizar la impunidad".

Los tribunales de familia no aplican las nuevas disposiciones con rigurosidad. Cada vez se casan más adolescentes, según las últimas cifras del Ministerio de Justicia. Las autoridades judiciales recibieron más de 30.000 solicitudes para desposar a menores en 2006.

Al año siguiente aumentó a 39.000, 68 por ciento de los cuales fueron aprobados. Uno de cada 10 matrimonios involucró a una menor de edad en 2007. Las cifras de 2008 no han sido publicadas.

"Los jueces suelen tomar decisiones de acuerdo con sus propias concepciones morales, como si tuvieran el deber de preservar los valores de la familia patriarcal", señaló Rabia Naciri.

"Además, hay políticos que se atreven a decir que la Mudawana no se aplica porque la sociedad no está preparada para ello", añadió.

El código de familia no se aplica por "la falta de evaluación y control. No hay nadie encargado de estudiar la reforma en el terreno", señaló Sumia Idman.

Gran parte del código fue pensado para lidiar con el problema de las madres solteras y el consiguiente abandono de niños y niñas, pero no logró cambiar la mentalidad de la sociedad marroquí.

Sesenta y cinco por ciento de las mujeres que llegan a la organización Solidaridad Femenina son adolescentes embarazadas y abandonadas por sus parejas cuando se enteran de su estado de gravidez.

También llegan jóvenes violadas por uno o varios hombres y víctimas de incesto. La organización alberga a las mujeres a partir del séptimo mes de gestación. Luego las capacita laboralmente para que puedan ganarse la vida.

"Ser madre soltera en Marruecos es un estigma", subrayó Sumia.

"Según la mentalidad marroquí, toda relación fuera del matrimonio es prostitución, por lo que las adolescentes embarazadas son consideradas prostitutas. Las jóvenes no están lo suficientemente protegidas por la justicia, no pueden vivir con su familia y están condenadas por la sociedad", remarcó.

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