CAMBIO CLIMÁTICO: «No hemos terminado», advierten activistas

La COP-15 demostró ser un «espectacular fracaso en sus propios términos», pero la sociedad civil tuvo algunos «éxitos», como imponer temas en la agenda climática y hacer oír más fuerte la voz del Sur.

Sociedad civil mantiene el alerta Crédito: Ana Libisch/IPS
Sociedad civil mantiene el alerta Crédito: Ana Libisch/IPS

Así evaluaron activistas sus esfuerzos al cierre de la COP-15 (la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que todavía sesionaba agónicamente este sábado en Copenhague.

Excluidos del Bella Center, sede de las conversaciones oficiales, y soportando la represión contra algunas de las numerosas manifestaciones, representantes de la sociedad civil, reunidos en forma paralela en el Klimaforum también en la capital danesa, destacaron victorias en estas dos semanas.

«A pesar de la falta de transparencia, el movimiento social ha permitido hacer visible las posturas más consistentes con la justicia climática, que nosotros la concebimos como la única forma de transitar hacia un mundo sustentable», dijo a IPS/TerraViva Eduardo Geisen, coordinador para América Latina y el Caribe del Programa de Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra Internacional.

Además, «hemos dado un vital apoyo para que los países en desarrollo se hayan mantenido unidos frente a las exigencias del mundo industrializado y no hayan cedido a las presiones que en algunos casos rayaron en lo colonialista», añadió.
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Las dos semanas de actividades en el Klimaforum fueron selladas el viernes con un espectáculo artístico y el traspaso de la organización de la próxima cumbre paralela, en 2010, a representantes de México y América Latina.

«El sentimiento generalizado es que lo que no se logró en el Bella Center se logró en el Klimaforum», en términos de sintonía de contenidos y construcción de alianzas, resumió Giesen. Por su parte, la periodista e investigadora canadiense Naomi Klein llamó a los activistas a no desanimarse.

«Es realmente importante asegurarnos de que no nos vayamos de esta reunión desalentados», afirmó.

El hecho de que los negociadores en el Bella Center no logren un acuerdo dentro de sus propias concepciones de cómo resolver el problema demuestra que se trata de un modelo fallido, sostuvo.

«Es muy importante contar una historia diferente de lo que ocurrió en Copenhague. La historia debe ser que su modelo demuestra ser un espectacular fracaso incluso en sus propios términos», afirmó.

«Y porque su modelo fracasó, ahora es nuestro turno. Por tanto, no se permitan deprimirse», añadió.

Para Klein, todo el proceso está fallido por su énfasis en el mercado de carbono y otros mecanismos de carácter económico.

«El discurso sobre cambio climático ha sido asaltado por tecnócratas… y se ha vuelto extremadamente exclusivo. Esto es de hecho muy similar a las discusiones sobre comercio hace una década, donde todo eran acrónimos, todo eran conversaciones increíblemente largas e impenetrables», dijo.

«Mucha gente pensaba: no puedo ser parte de la discusión, no tengo un título en economía», agregó.

La canadiense subrayó la necesidad de rechazar «el modelo» en que se manejan las negociaciones en el marco de la Convención.

«Debemos rechazar cualquier medida que permita a los países que crearon el problema evadir su responsabilidad: deben recortar sus emisiones», enfatizó.

Por su parte, Giesen repudió a organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales que «siguen el discurso» de los países del Norte, y apoyan mecanismos que tienen efectos contraproducentes.

«Nosotros somos ONG que trabajamos con las comunidades por la justicia ambiental. No nos hemos convertido en empresas consultoras que buscamos financiarnos de cualquier modo, como lo están haciendo algunas ONG multinacionales, que han visto en el mercado de carbono una forma de adquirir mucho dinero. Han entrado en el orden del capitalismo», afirmó.

Mientras, Klein destacó los «éxitos» de las últimas dos semanas. «El mundo rico ya no puede argüir no saber lo que implica dejar de actuar. Las voces del Sur, el costo de millones de vidas, la desaparición de países y culturas… todo eso ha aterrizado en la agenda», indicó.

CAMBIANDO EL SISTEMA

«Cambiemos el sistema, no el clima», es el título de la declaración final del Klimaforum, firmada por unas 360 organizaciones de todo el mundo.

Preparado desde hace meses y discutido durante la semana pasada en la capital danesa, el documento de seis puntos plantea que «hay soluciones a la crisis del clima».

«Lo que necesitan los pueblos y el planeta es una transición justa y sostenible de nuestras sociedades a un modelo que garantice el derecho a la vida y la dignidad de todas las personas, y entregue un planeta más fértil y vidas más plenas a las generaciones presentes y futuras», señala. Los firmantes llamaron a los gobiernos a abandonar los combustibles fósiles en los próximos 30 años, con metas específicas para cada período quinquenal.

También exigieron una reducción inmediata de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países industrializados de 40 por ciento respecto de 1990 para 2020, así como el reconocimiento y pago de la deuda generada por el consumo excesivo del espacio atmosférico y los efectos sobre las poblaciones afectadas.

El texto rechaza las «falsas y peligrosas soluciones orientadas al mercado», como la energía nuclear, los agrocombustibles, la captura y almacenamiento de carbono, los Mecanismos de Desarrollo Limpio, el carbón vegetal, los transgénicos denominados «climate ready» y la iniciativa REDD (Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques).

Las «soluciones reales» estarían basadas en el «uso seguro, limpio, renovable y sostenible de los recursos naturales, y la transición a la soberanía alimentaria, energética, sobre la tierra y las aguas».

También propusieron un impuesto equitativo a las emisiones de dióxido de carbono, en lugar del régimen de cuotas comerciables, y el reemplazo de los organismos financieros multilaterales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, por instituciones «equitativas y democráticas».

Asimismo, buscan la creación de un mecanismo que controlelas operaciones de las empresas trasnacionales.

«Independientemente de los resultados de la Cumbre de Copenhague sobre el Cambio Climático, hay una necesidad urgente de construir un movimiento mundial de movimientos que trabajen a largo plazo a favor de una transición sostenible para nuestras sociedades», concluyeron.

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