MUJERES-VENEZUELA: Los sí y los no de la lucha contra la pobreza

Elisa Manrique, tras muchos años de trabajo mal pagado como costurera a destajo, va saliendo de la informalidad y la pobreza en Venezuela, con un crédito para la pequeña industria que le animó a conformar una cooperativa textil en la que participan algunas de sus hijas y una nuera.

Mujeres en una cooperativa mientras producen camisas de color rojo, distintivo del gobierno Crédito: Humberto Márquez/IPS
Mujeres en una cooperativa mientras producen camisas de color rojo, distintivo del gobierno Crédito: Humberto Márquez/IPS
En cambio, Andreína García (nombre modificado a su pedido), quien trabajó más de 20 años en el área de comunicación de un ente cultural del Estado, fue compelida a tomar una magra jubilación que le obliga, para remediar parcialmente sus ingresos, a colocarse como cocinera por días en casas de algunos conocidos.

"Gracias a las políticas de este gobierno, somos muchas las que tenemos un mejor ingreso, damos empleo a otras mujeres, aprendemos a manejar un negocio e integramos una red productiva con proveedores de textiles", dijo Manrique cuando IPS visitó un galpón de cooperativas textiles en La Yaguara, un polo industrial en el sudoeste de Caracas.

García dijo a IPS que "después que me despidieron porque no parecía suficientemente oficialista trabajé unos meses como recepcionista en un negocio que cerró con la crisis económica. Fui dos veces desempleada y ahora cargo el síndrome del jubilado, porque siento que puedo hacer un trabajo útil pero ya no me tienen en cuenta".

Ambas historias pueden nutrir los contradictorios informes del Observatorio Bolivariano de Género, un brazo del Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, y del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, una coalición de 37 reconocidas organizaciones no gubernamentales (ONG).
[related_articles]
"La población femenina ocupada en el sector formal de la economía disminuye. En julio de 2008 era de 60,3 por ciento de las mujeres empleadas y de 58,4 por ciento un año después", dijo a IPS Virginia Olivo, coordinadora de la coalición, crítica con el manejo del gobierno de las políticas de género.

Olivo, quien fue ministra de la Familia en 1986-1989, destacó que "según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE, estatal), la ocupación informal creció entre 2007 y 2009 en 249.150 personas, de las cuales más de la mitad, 132.162, fueron mujeres".

"¿Cómo se genera empleo para personas que no saben leer ni escribir? Este gobierno comenzó alfabetizando y educando para el trabajo, y aunque falta mucho por hacer las brechas se van cerrando", dijo a IPS Virginia Aguirre, directora del observatorio oficial y de su voluminoso informe sobre políticas hacia la mujer en 1999-2009.

En 1999 comenzó la presidencia de Hugo Chávez, reelegido con una nueva Constitución en 2000, de nuevo en 2006 y ya precandidato para otro sexenio.

Aguirre mostró tablas del INE, según las cuales 58 por ciento de las mujeres ocupadas en 1994 lo estaban en el sector formal, cayó 10 puntos en 1999 y se recuperó hasta 57 por ciento en 2008.

Según el estudio, en el periodo 1989-1998 el empleo público femenino creció 30 por ciento y el masculino ocho por ciento, mientras que en los diez años siguientes el empleo público aumentó 35 por ciento para los hombres y 60 por ciento para las mujeres. Actualmente hay 1,2 millones de empleadas y obreras del Estado.

En 1989 las mujeres conformaban 25 por ciento de la fuerza laboral empleada en el sector privado, 32 por ciento en 1999 y actualmente es de 35 por ciento.

En materia de economía popular, el informe del observatorio oficial destaca al Banco de la Mujer, que entre su creación en 2001 y 2008 había entregado 98.500 créditos por unos 160 millones de dólares para crear más de 400.000 empleos, entre directos e indirectos.

Venezuela, con 28,7 millones de habitantes, tiene una población económicamente activa de 13 millones de personas, de las cuales 10 por ciento están desocupadas, según datos oficiales.

Otro programa destacado fue Madres del Barrio, mediante el cual desde 2006 unas 100.000 jefas de familia en situación de extrema pobreza reciben mensualmente durante un año entre 60 y 80 por ciento del salario mínimo, es decir, entre 150 y 190 dólares.

"Se trata de auxiliar a mujeres en extrema pobreza con tasas reproductivas muy altas y con un programa de cobertura nacional y carente de sesgo político, aunque las mujeres reconozcan que cuentan con un presidente que las acompaña", dijo Aguirre.

Para Olivo, en cambio, Madres del Barrio "debería ser un programa de alcance más profundo y para un número mayor de hogares, al menos un millón, mejor regulado para su evaluación, y sin el excluyente sesgo proselitista y clientelar".

Según el INE, la pobreza en Venezuela golpea a 24,2 por ciento de la población y la pobreza extrema o miseria a seis por ciento.

En materia de salud, educación, vida familiar, violencia, y vida pública y política, los puntos de vista de ambos observatorios también muestran contrastes, a partir de las respectivas caracterizaciones del contexto político y social del país.

Así, para el observatorio oficial "la característica más resaltante de los 10 años de gobierno bolivariano es el combate a todas las formas de exclusión social de mujeres y hombres. La vindicación de las mujeres en el proyecto bolivariano es un hecho".

En cambio, para la coalición de ONG, "Venezuela vive una profunda crisis. El Estado no ha aprovechado los inmensos ingresos de la renta petrolera para el desarrollo económico y social de su población", a lo que se suma "la maduración de un indeseable y creciente conflicto y confrontación interna de la ciudadanía".

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe