UNA LEYENDA URBANA SOBRE EL COMERCIO INTERNACIONAL

Los análisis económicos ayudan a comprender porqué las naciones necesitan el comercio para prosperar. Pero si los aspectos económicos del comercio son claros, las políticas del comercio son altamente complejas. La política comercial tiene ramificaciones en cuanto a cómo son distribuidos los recursos, lo que crea grupos con un mismo interés que compiten en las sociedades.

La inevitablemente contestada formulación de esas políticas desafía la idea de que el comercio abierto trae en su conjunto beneficios para la sociedad y al mismo tiempo proporciona un campo fértil para el crecimiento de leyendas urbanas y de creencias basadas en falsas premisas.

Una generalizada falacia afirma que es perjudicial que el crecimiento del intercambio comercial sea mucho más rápido que el crecimiento de la producción.

Después de la Segunda Guerra Mundial el comercio internacional se expandió mucho más velozmente que la producción mundial. La proporción del comercio internacional con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) mundial ha subido del 5,5% en 1950 a más del 20% actualmente.

Aunque algunos argumentan que esta expansión representa un peligro para la economía global, es en verdad un reflejo de la fragmentación internacional de la producción y del aumento del comercio en los productos llamados intermedios. Las reducciones en los costos del transporte, la revolución de la tecnología de la información y las políticas de apertura comercial han hecho posible distribuir la producción en diversos países. Las partes y componentes que integran un producto final son fabricados en diferentes países alrededor del globo.

Esos bienes intermedios pueden cruzar varias veces las fronteras nacionales antes de ser ensamblados como un producto final. De esta manera, una parte de lo que se considera comercio internacional es en realidad intercambio de bienes intermedios procesados en establecimientos de distintos países pertenecientes a la misma empresa. Al hacer que cada país integrante de la cadena de suministros se especialice en el componente en el cual tiene una ventaja comparativa, la internacionalización de las cadenas de suministros crea enormes beneficios económicos.

Esto significa que las estadísticas comvencionales sobre las importaciones exageran el grado de competencia entre las naciones. En la teoría comercial internacional, el comercio en bienes es visto como un sustituto del movimiento de los factores de producción (trabajo y capital). Se considera que las importaciones de bienes que hace un país equivalen a suministros de fuerza de trabajo y de capital del país exportador en competencia con los trabajadores y empresas del país importador. Sin embargo, la porción de valor agregado por los factores de producción del país exportador es ahora considerablemente menor que en el pasado.

Por ejemplo, un iPod ensamblado en China por Apple, según un reciente estudio, tiene un valor de exportación de 150 dólares, pero el valor agregado atribuible a la elaboración en China es de sólo cuatro dólares, mientras el restante valor agregado proviene de Estados Unidos, Japón y otros países asiáticos.

Por consiguiente, el grado por el cual un volumen dado de bienes implica competencia entre los factores de producción entre el país exportador y el importador suele estar sobrestimado. Enfocar la atención en los valores brutos del comercio o de las importaciones provenientes de un país en particular también subestima el grado en el cual las empresas del país importador se benefician del comercio porque parte de su producción está incorporada en los bienes importados. Sin embargo, las estadísticas convencionales atribuyen 150 dólares a la exportación chinas de un iPod.

Las estadísticas convencionales nos dan un panorama distorsionado de los desequilibrios comerciales entre los países. Lo que cuenta no son los desequilibrios medidos en base a los valores brutos de exportaciones e importaciones, sino cuánto valor agregado está incluido en esos intercambios. Sobre la base de datos del Institute of Developing Economies (IDE-Jetro) y estimaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2008 el contenido doméstico comprendió el 80% del valor de los bienes exportados por Estados Unidos. La cifra análoga fue del 77% en el caso de Japón, del 56% en Corea del Sur y del 42% en los de Malasia y Taiwán, lo que significa en estos últimos casos que alrededor de la mitad del valor exportado se originó en otros países.

Si se usan las estadísticas convencionales se sobrestima el déficit de Estados Unidos con respecto a China en alrededor del 30% en comparación con la medición que tiene en cuenta el contenido de valor agregado. Por lo tanto, tiene sentido comenzar a calcular el comercio teniendo en cuenta el valor agregado en lugar del valor bruto, como se hace actualmente.

Pero desacreditar las falacias que circulan acerca del comercio no es suficiente. Necesitamos un debate y buena información sobre las opciones, porque el comercio tiene un impacto en nuestras vidas, tanto cuando somos trabajadores como cuando somos consumidores. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Pascal Lamy es el Director Geneeral de la Organización Mundial del Comercio.

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